Anonymous: Poniéndole rostro al mito
Comenzó su andadura en 2003 y ya cuenta con multitud de ataques DDoS a sus espaldas, una recién estrenada web para intercambio de datos y hasta su propio sistema operativo. Éste es el recorrido de la organización hacktivista más famosa de la escena internacional.
Los ataques más sonados
A nivel internacional se marcó un punto de inflexión con el caso WikiLeaks. Cuando en diciembre de 2010 varios servicios de pago como PayPal, PostFinance, Visa y MasterCard deciden bloquear los sistemas de donación que hasta ese momento sustentaban a la organización de Julian Assange, al interpretar que la filtración de cables es una actividad ilegal, Anonymous respondió con la Operación Payback y se comprometió a divulgar sus informes con vehemencia. Antes ya se había solidarizado con los fundadores del tracker de ficheros BitTorrent The Pirate Bay, coordinando varios ataques DDoS contra de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), el organismo responsable de la defensa de los intereses de los artistas en materia de grabación.
Y después se han sucedido muchas otras protestas: contra la votación de las leyes SOPA y PIPA en los Estados Unidos; contra la Iglesia de la Cienciología; contra bancos, instituciones, compañías y gobiernos que coartan “la libertad y el progreso” (incluidos los recientes ataques a Sony, Apple, Stratfor y las administraciones sirias, iraníes y malasias); y, muy significativamente, contra el arresto de Kim Dotcom y el cierre del servicio de alojamiento de archivos Megaupload. En este último ejemplo, la legión de anónimos fue capaz de cargarse las páginas del Departamento de Justicia, el FBI y la Casa Blanca, las de Universal Music, Warner Music Group y Broadcast Music, las de la RIAA (Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos), la MPAA (Asociación Cinematográfica de América) y HADOPI, entre otras. Pero también contra la captura de sus propios miembros.
Apoyo al software open source
Venticinco personas de entre 17 y 40 años fueron detenidas a finales de febrero en España y distintos países latinoamericanos por asociación ilícita, daños informáticos y revelación de secretos. Al menos dos de los españoles ingresaron en prisión, en el marco de una operación guiada por la mismísima Interpol, sumándose a otros tres miembros que ya habían sido localizados en junio de 2011 y que según la Policía Nacional se correspondían a la “cúpula” de la organización. O a los 32 ciudadanos turcos que el pasado verano participaron en un ataque DDoS masivo para frenar el control de los contenidos disponibles en Internet por parte del gobierno. La intensificación de las reprimendas policiales contra Anonymous a lo largo y ancho del globo son significativas, ya que hasta hace poco sólo se contaba con precedentes similares en el Reino Unido y los Estados Unidos.
Eso sí, de momento el grupo sigue vivo e innovando. Entre sus últimas aventuras se encuentra el desarrollo de su propio sistema operativo basado en Ubuntu 11.10 “Oneiric Ocelot”, Anonymous-OS, que utiliza el entorno de escritorio Mate e incluye todo un arsenal de aplicaciones pre-instaladas del estilo de Tor, XChat IRC, Anonymous HOIC y SQL Poison, y el lanzamiento de AnonPaste, un sitio de intercambio de datos sin ningún tipo de moderación ni censura que parte del software open source ZeroBin y pretende convertirse en la alternativa perfecta a Pastebin.