Análisis ZTE Open
El primer smartphone a la venta con Firefox OS se queda muy por debajo de otros smartphones y plataformas en cuanto a prestaciones. Como teléfono básico y orientado a todos, cumple con lo prometido.
El ZTE Open ha sido el primer terminal comercial con Firefox OS que ha visto la luz en el mercado. Y su estreno no se dio en Brasil, como se había hablado en un primer momento. Telefónica y Mozilla escogieron España como punta de lanza de su sistema operativo basado en la web el pasado 1 de julio. Posteriormente, el Open ha llegado a Colombia y Venezuela y en breve se dejará caer por Reino Unido y EE.UU, dos mercados que no acaban de casar con la estrategia de mercados emergentes planteada en un primer momento por el tándem Mozilla-Telefónica.
En cuanto a sus características físicas, el ZTE Open es un teléfono bastante modesto, simple, cuyos únicos motivos para destacar son los colores azul o naranja en los que se puede encontrar en su carcasa. De no ser por eso y por si interior, el terminal podría pasar inadvertido entre cientos de terminales Android de bajo coste. En su rededor solo hallamos el botón de encendido y el jack de 3,5 mm en la parte superior, los de volumen en el lateral izquierdo y una ranura microUSB en el área inferior.
Aunque el smartphone permite un buen agarre gracias a sus formas curvas y a su ligereza, su grosor se hace demasiado evidente a la mano (tiene 12,5 mm). El material del que está hecho no es de primera calidad, pero sí es un plástico resistente y que no da la sensación de endeble.
La pantalla del ZTE Open deja bastante que desear en comparación con otros teléfonos inteligentes. Su tamaño se queda bastante alejado de la nueva hornada de terminales insignia, con tan solo 3,5 pulgadas. Lo mismo ocurre en cuanto a su resolución. Son 320 x 480 píxeles, una medida que hace que nos olvidemos para siempre de la alta definición para visualización de imágenes y películas.
El pequeño tamaño del panel y las carencias responsivas ocasionan que la navegación por la web o el uso de ciertas aplicaciones no resulten la mejor experiencia del mundo. Sencillamente, la pantalla no va tan fluida como debería cuando se pulsa sobre ella. Esto es algo que se evidencia al pinchar sobre pequeños botones o al jugar a algún juego de los que vienen preinstalados en el ZTE.
La cámara sigue esa tendencia decepcionante de otros elementos físicos del Open. Solo cuenta con una resolución de 3,2 megapíxeles y eso, obviamente, se nota en las imágenes que se obtienen. Las fotos presentan tonos poco vívidos, una imagen lavada y cierta falta de nitidez.
En cuanto a la tienda de aplicaciones de Firefox OS (Firefox Marketplace), por el momento, le falta cierta solera. No solo en su interfaz de usuario, sino en la selección de títulos que contiene. Hoy en día, los usuarios tienen en cuenta la variedad y la calidad de las apps como un factor determinante para optar por una plataforma u otra y ahora misma no se puede decir que Firefox OS juegue con ventaja en este aspecto. En el almacén no hay rastro de apps tan conocidas como Instagram o WhatsApp ni de juegos con cierto renombre. Pero puede que no tarden en llegar. No hay que olvidar la ventaja de este SO: la universalidad. La plataforma de Mozilla está pensada para acoger cualquier app con HTML5.
Las aplicaciones se pueden desinstalar muy fácilmente de una manera muy parecida a cómo se hace en iOS. Basta con dejar pulsado el dedo sobre una aplicación y aparecerá un aspa en la parte superior, que se puede marcar para eliminar el título en cuestión.
En cualquier caso, no hay que olvidar ni quién es el público al que se dirige el teléfono ni tampoco lo que se ofrece por el bajo precio. Telefónica comercializa el ZTE Open en España por tan solo 69 euros con 30 euros de regalo. Por esa cantidad, poco más podemos pedir. Sin embargo, teniendo en cuenta el amplio abanico de modelos económicos con Android, es probable que muchos usuarios se decante por una plataforma con más variedad de aplicaciones, mayor nivel de customización y mayor recorrido.