Antes se necesitaba un complejo laboratorio, pero gracias a Gene-Z, que utiliza energía solar, se conecta un móvil a un lector de chips de microfluidos que permite realizar análisis genéticos de microARN a un precio muy bajo.
El móvil permite una pantalla y procesador, abaratando enormemente el precio del aparato, luego los chips de microfluidos en láminas permiten numerosos tests genéticos que permiten detectar el cáncer, los niveles de hemoglobina glicosilada, resistencia a los antibióticos, la carga viral de VIH y diferentes agentes infecciosos.
Esto supone una enorme revolución para la detección y control de enfermedades para, no sólo países en vías de desarrollo, sino también pueblos alejados de las ciudades en países como el nuestro, de los supuestamente “civilizados”.
Sus desarrolladores son Syed Hashsham de la Universidad Estatal de Michigan y Reza Nassiri del Instituto Internacional de Salud. Esperemos que puedan conseguir que este genial dispositivo se expanda por el mundo y mejorar la salud global. [MedGadget]
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