Uno de los problemas de base de la brecha de género en el sector tecnológico es la escasez de mujeres que se deciden por una carrera STEM. Por eso, Ana Vertedor, vicepresidenta de Salesforce Iberia e Italia, considera que hay que dar mayor visibilidad a las mujeres en carreras tecnológicas, como referentes que sirvan para animar a las niñas y jóvenes a decantarse por estas profesiones. Así lo explica en esta entrevista, enmarcada en nuestra serie ‘Women in Tech’.
Vertedor es vicepresidenta de Salesforce Iberia e Italia y responsable de Alianzas y Canal. También lidera Salesforce Women’s Network en Iberia. Es ingeniera informática por la Universidad de Málaga y a lo largo de su carrera ha desempeñado puestos de responsabilidad en diversas empresas tecnológicas, como Siemens, Siebel Systems y Oracle. Además, ha sido reconocida como una de las ‘100 Mujeres más influyentes en España’ por Mujeres&Cia.
– ¿Cuál es su valoración sobre el papel de la mujer en las carreras STEM en España, particularmente en el sector tecnológico?
A nivel profesional, hemos visto una mejora paulatina en los últimos años, con una creciente participación de mujeres en empresas y en cargos directivos, pero no es suficiente y seguimos teniendo desafíos por delante. Un problema esencial es que hay pocas chicas que se decidan por una carrera STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) en nuestro país. Creo que podemos trabajar, desde gobiernos y empresas, en dar visibilidad a mujeres en carreras tecnológicas para que sirvan de referencia a las chicas a la hora de tomar una decisión. Las empresas deben dar a conocer a las mujeres que tienen en sus compañías, precisamente para atraer talento femenino. En el sector TI, entre clientes y competidores, existe una preocupación mayor en este sentido, con la idea de llegar a la paridad. También en puestos de dirección, donde hay un claro desequilibrio.
Según la Unesco, las investigadoras científicas representan únicamente un 28%. Y sólo el 35% de los estudiantes matriculados en disciplinas STEM son mujeres. En España, esa cifra desciende hasta el 13%, según un estudio de la Organización de Estados Iberoamericanos (IOE), a pesar de que más del 55% de los universitarios de nuestro país son mujeres. El desequilibrio es dramático.
– ¿Qué se está haciendo bien desde el ámbito universitario y formativo? ¿Y en qué iniciativas cree que queda más camino por recorrer?
En mi opinión, el trabajo para motivar a las niñas a estudiar carreras STEM debe comenzar mucho antes del Bachillerato. Y en esta dirección deberíamos aportar todos desde nuestra posición: gobiernos, empresas y también cada uno de nosotros a nivel personal. Podemos ir al colegio de nuestro barrio para presentarles referencias y contarles por qué este tipo de grados son los más demandados por las empresas en la actualidad. La última decisión será de cada una de ellas, pero es necesario que sepan que estas carreras existen, que son una realidad y que nos preparan para acceder a un trabajo con mucho futuro. Si ellas no conocen estas referencias y oportunidades, nunca lo van a escoger.
– ¿Cuáles cree que son los perfiles de carreras donde hay más potencial y/o oportunidades para la mujer?
Todas las carreras de las disciplinas STEM tienen un gran potencial. Lo que necesitamos en las empresas es contar con profesionales flexibles, con un gran conocimiento en ciencia y tecnología y que puedan adaptarse a las especializaciones que requieren las empresas: analistas de datos, gestores de CRM, especialistas en blockchain, desarrollo de software, arquitectos cloud, etc. El requisito fundamental para estos profesionales es poseer una titulación en Ingeniería técnica o superior. Estos perfiles reciben una retribución que parte alrededor de los 40.000 euros brutos anuales, según su experiencia.
– ¿La brecha de género es mayor que en los países de nuestro entorno? En caso de ser así, ¿por qué?
La pandemia no ha ayudado a mejorar la situación. El último informe de 2020 del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) es claro al respecto. España contaba con 727.000 especialistas TIC, el equivalente al 3,8% del empleo en el conjunto del país, un punto por debajo de la media europea, situada en el 4,8%. En esta línea, del informe de ONTSI se desprende también que el mercado laboral ‘tech’ es claramente masculino, en general. No obstante, y, pese a requerir profundos cambios económicos y sociales que habrá que abordar de inmediato, la situación del empleo digital femenino es ligeramente más positiva en nuestro país que en el conjunto de Europa. En concreto, en 2020, había 144.000 expertas en TIC, lo que supone un 19,8 % del total, algo más que la media europea, que es del 18,5 %.
– ¿Qué percepción tiene de este último año? ¿Se ha reducido esta brecha o la situación es similar?
Según el Foro Económico Mundial, ninguno de nosotros verá cómo se alcanza la igualdad de género. Y es probable que nuestros hijos tampoco. En términos económicos, esta brecha se ha ampliado durante la pandemia. El informe de 2019 estimaba que se necesitarían 202 años para cerrar la brecha de género y este dato aumentó a 257 años en 2020.
Por lo tanto, las modificaciones que apreciamos cada año son muy pequeñas. Por este motivo, es imprescindible que seamos muy constantes en la lucha por la igualdad de género y que, entre todos, diseñemos nuevas iniciativas que nos permitan acelerar el proceso.
– ¿Piensa que se están adoptando las políticas necesarias para reducir dicha brecha? ¿Qué cree que se debería hacer para lograrlo? ¿Y para quebrar el ‘techo de cristal’?
Se han dado algunos pasos, pero queda mucho por hacer. El mayor reto que se plantea es el de la falta de representación de mujeres en empleos emergentes relacionados con cloud computing, la ingeniería y los datos e IA. Las estrategias, con un enfoque claro en la formación y la mejora de habilidades, llevadas a cabo en las plantillas de las distintas organizaciones deben garantizar que las mujeres participen y se preparen para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece la economía digital.
Respecto a romper el ‘techo de cristal’, se puede ampliar la participación femenina, pero es clave proporcionar a las mujeres oportunidades a la hora de liderar. Para avanzar en la igualdad de género, las empresas deben considerar todo el ciclo de vida de los empleados, empezando por cómo atraen y retienen el talento, hasta cómo invierten en su desarrollo. Un trato justo, igualdad de oportunidades, el reconocimiento del éxito y una mayor visibilidad abrirán las puertas de puestos de responsabilidad a más mujeres que, consecuentemente, inspirarán a otras a ascender de categoría.
– ¿Qué representación tiene la mujer en su organización? ¿Están tomando medidas para avanzar hacia la paridad? ¿En qué consisten?
Tenemos un compromiso firme con la igualdad en todos los sentidos y el porcentaje de mujeres en nuestra organización está algo por encima de la media del sector. Pero, desde luego, no estamos aún en una situación idónea. Trabajamos de forma activa para conseguir eliminar, dentro y fuera de la organización, cualquier tipo de discriminación por sexo, religión, edad, orientación sexual, raza… Es clave incorporar todo eso en el proceso de reclutamiento. Y no podemos olvidarnos de la igualdad salarial. Salesforce ha invertido mucho en ello y se están haciendo esfuerzos importantes en el sector. En la compañía soy la responsable de Salesforce Women`s Network, cuyo leitmotiv es trabajar para que la mujer pueda avanzar, desde el punto de vista profesional y personal, y dar visibilidad a su trabajo.
Llevamos a cabo iniciativas muy diversas, tanto a nivel interno como externo. En el ámbito interno hemos organizado, por ejemplo, encuentros con las hijas de nuestros empleados. También hemos ido a colegios con mujeres de nuestra empresa, para contar a qué nos dedicamos y qué hace una matemática o alguien que estudió Economía. Además, colaboramos con organizaciones que ayudan a mujeres que han tenido que salir de sus países con sus hijos, y las ayudamos a lo más básico, desde instalar Wi-Fi, a redactar su currículum.
Promovemos otras actividades dirigidas a la comunidad de Salesforce, que incluye a clientes y partners, en las que las profesionales del sector y directivas de nuestros clientes cuentan su trayectoria profesional, cómo han ido labrando su futuro, para que nos pueda servir a todos de inspiración. En definitiva, llevamos a cabo actividades en distintos ámbitos donde la mujer tenga protagonismo y donde podamos ayudarlas a avanzar.
– ¿Cuál ha sido su experiencia propia? ¿Alguna vez se ha sentido relegada frente a sus colegas por ser mujer?
Cuando estudié Ingeniería Informática en la Universidad de Málaga, las mujeres éramos sólo un 2%. Y cuando empecé a trabajar y me vine a Madrid, estaba rodeada de hombres. Había muy pocas mujeres. La verdad es que a lo largo de mi carrera profesional me he visto muchas veces sola, sin otras mujeres a mi alrededor. Esto puede resultar chocante o incómodo, pero mi experiencia y la de otras muchas mujeres en este sector demuestra que, con perseverancia, se puede conseguir avanzar mucho hacia la igualdad de oportunidades. En este sentido, el sector tecnológico, que indudablemente tiene desequilibrios, es un gran sector para el avance profesional de la mujer. Hay una necesidad acuciante de talento, y eso abre oportunidades. Además, en el sector tecnológico hay una conciencia colectiva, compartida por muchas empresas, a favor de la igualdad de género.
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