Amenazas por doquier
Los ataques TI están tomando fuerza en sectores hasta ahora desconocidos como el del automóvil, una problemática que se enfrenta a la inteligencia empresarial.
La difusión de los virus informáticos y del temido correo basura no ha hecho más que comenzar según las últimas investigaciones. Lejos de conformarse con inundar los equipos tecnológicos más conocidos y utilizados como el ordenador, la onda expansiva puede amenazar no ya al mismo móvil con el que nos comunicamos día a día sino incluso al coche, esa herramienta de transporte imprescindible para acortar distancias y tiempos muertos.
Los automóviles que salen actualmente del concesionario esconden una media de veinte procesadores y, lógicamente, el software necesario para su funcionamiento; circunstancias ambas favorecedoras aún sin intención de que los fallos TI se multipliquen sin saber cómo ni porqué. En otras palabras, lo que nos faltaba a los que nos las vemos y deseamos para cambiar una simple rueda pinchada.
Además, dejando a un lado las cifras que muestran lo desolador de la situación en segmentos como el “malware” o los picos a los que el spam puede llegar en momentos críticos, los posibles ataques remotos y los problemas asociados a tecnologías de relevancia como la voz sobre Internet van a dar significativos dolores de cabeza a más de uno.
No obstante, que el ánimo no caiga. Tal y como aseguran los expertos en la materia, “las empresas y los consumidores se están volviendo cada vez más astutos e inteligentes” ante esta clase de amenazas. Esperemos, pues, que se aplique el ingenio oportuno para que podamos hablar sin que ningún gusano nos moleste y, lo que es más, sigamos conduciendo sin problemáticas de motor añadidas. Con la velocidad y la atención debida en la carretera ya tenemos bastante.