La pérdida neta que ha experimentado AMD en el tercer trimestre del año es de 396 millones de dólares (279,18 millones de euros). Las ventas de la compañía crecieron un 23 por ciento, llegando a los 1.630 millones de dólares. Los portátiles impulsaron las ventas de la compañía, con una subida del 43 por ciento.
El retraso en la salida de los últimos procesadores de la compañía y el gasto que supuso la compra de ATI (5.400 millones de dólares, 3.807 millones de euros) han puesto a AMD en una posición un poco difícil. Tanto, que las mencionadas pérdidas del tercer trimestre son una buena señal, pues resultan menores de lo esperado. De hecho, quizá en el cuarto trimestre pueda empezar a hablarse de cifras en positivo.
Para el presente trimestre, en efecto, AMD espera que la estacionalidad del mercado favorezca un crecimiento mayor en as ventas de la compañía. Aunque AMD ha preferido no realizar unas especificaciones específicas, su consejero delegado Héctor Ruiz tiene buenas perspectivas.
Citado por Bloomberg, afirma que no será necesario reducir la plantilla ni abandonar nuevos desarrollos. “Si conseguimos llegar a los 2.000 millones, creo que podremos hacerlo. Lo digo desde hace mucho tiempo, no vamos a recortar nuestras vías de prosperidad.”
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