Como primera reacción, la firma pretende disgregar su división de electrónica de consumo, adquirida en 2006 junto a los chips gráficos de ATI por 5.400 millones de dólares y responsable de fabricar productos para televisores, teléfonos móviles y otros dispositivos.
La decisión de Meyer no es una medida a la desesperada. La idea se concibió el pasado año y ganó fuerza hace unos meses, cuando AMD anunciaba los resultados correspondientes a su primer trimestre fiscal de 2008: pérdidas de 358 millones de dólares.
Así mismo, el principal competidor de Intel ha tenido que enfrentarse a la carga financiera de ATI y a serios problemas técnicos, ocasionando retrasos como en el lanzamiento de los Opteron de cuatro núcleos a mediados de 2007.
Esta vez Intel supo sacar partido, adelantándose con el anuncio de los Xeon de cuatro núcleos y los primeros chips x86 de 45 nanómetros, lo que aumenta el rendimiento a la par que reduce el consumo.
Así, parece que ni la mayor supremacía técnica en el diseño de ‘Barcelona’ (cuatro chips nativos y no la suma de dos ‘dual core’) ha servido para recuperar la distancia perdida.
IDC estima que en el cuarto trimestre de 2007 Intel ostentaba el 76 por ciento del total de de procesadores x86, frente al 23 por ciento obtenido por AMD.
Racionalización
Debido a estos factores, AMD pretende racionalizar su agenda y centrarse en las actividades más rentables: chips para PCs y servidores, sin olvidar la tecnología gráfica ATI para portátiles y sobremesa.