Amazon intensifica su rivalidad con Google en la búsqueda de libros
La compañía de comercio electrónico se opone al desarrollo de Book Search argumentando que los de Mountain View disfrutarían del monopolio sobre las obras y demasiado control sobre los precios de los libros digitalizados.
Amazon se suma al carro de los opositores al desarrollo de Google Book Search con el argumento de que esta herramienta le daría a los de Moutain View el monopolio sobre las obras huérfanas y demasiado control sobre los precios de los libros digitalizados.
No obstante, el proyecto del gigante de los buscadores cuenta con el apoyo de Sony, Interread, Unión Europea y varios grupos de derechos civiles. Por otra parte, Jeffrey Lindsay, de Bernstein Research, ha afirmado que la herramienta es buena para el público lector.
Amazon, que compite con Google en el escaneo de libros que luego proporciona en Kindle, ha manifestado que se opone a Book Search, ya que les permitiría a los de Mountain View cultivar un monopolio a través de millones de obras huérfanas. La compañía también ha apuntado que incluso podría fijar los precios a su voluntad.
Amazon, que junto con Microsoft y Yahoo! forma parte de la Open Book Alliance, orientada a oponerse a los desarrollos de Google al respecto, ha señalado lo siguiente: “El acuerdo propuesto usurpa el papel del Congreso en legislar las soluciones complejas planteadas por la interacción entre las nuevas tecnologías y las leyes de copyright del país”.
A pesar de los esfuerzos de Amazon y de la Open Book Alliance, Book Search cuenta con varios partidarios: Sony, que ofrece el servicio a través de Sony Reader, Interread, que lo proporciona a partir de Coolerbooks, la Unión Europea y varios grupos de derechos civiles.
Sin embargo, el apoyo decisivo ha podido llegar de la mano de Jeffrey Lindsay, de Bernstein Research, quien ha afirmado que Google está a punto de alcanzar algo sorprendente que beneficiará a Estados Unidos para las próximas generaciones, al reducir la brecha digital y ubicar al país en el liderazgo mundial de un área clave: las becas.
Aunque reconoce la falta de suficiente competencia y privacidad, aporta un argumento sólido para dar validez al proyecto: “Con una buena regulación de este dispensario de conocimiento humano e ideas podría asegurarse su acceso a bajo o a cero coste, mientras que la garantía del derecho al conocimiento y la privacidad establecidas en la Carta de Derechos podría preservarse para futuras generaciones”, concluye Jeffrey Lindsay.