El 16 de enero ha entrado en vigor la llamada Tasa Google, un impuesto que se aplica a las actividades de grandes empresas tecnológicas y que, como parecía previsible, estas trasladarán directamente a sus clientes, usuarios o proveedores.
En el caso del gigante del comercio electrónico y la logística creado por Jeff Bezos, será a partir del 1 de abril cuando Amazon comience a cobrar a las empresas que venden a través de su plataforma una cantidad equivalente a lo que la propia Amazon debería pagar a causa de este impuesto.
Se calcula que esta medida afectará a unas 9.000 empresas. Casi todas han recibido ya un aviso sobre esta decisión a través de un correo electrónico que explica la situación. Desde Amazon se argumenta que a desde el 1 de abril del presente año entra en vigor el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (comúnmente conocido como Tasa Google, por ser esta una de las empresas afectadas más representativa) aprobado por el Gobierno de España y, sin solución de continuidad, se anuncia que con tal motivo se aumentarán las tarifas de referencia en un 3 % única y exclusivamente para los productos vendidos en España.
Esto significa que Amazon traslada el impueto directamente a quienes usan sus servicios para vender productos, de manera que como muchos pronosticaron, el impuesto finalmente terminan pagándolo los consumidores o los usuarios y no las empresas a quienes van dirigidos dichos tributos.
El problema no solo lo tendrán las grandes empresas sino también las pequeñas y medianas empresas, en cuyos márgenes repercutirá ese aumento de tarifas en un 3 %, pero con ventas cuantitativamente menores les resultará más complicado obtener unos beneficios óptimos.
La Tasa Google se aplica en algunos países de la UE (como España, Francia o Italia) con la finalidad de compensar los impuestos que las grandes empresas tecnológicas dejan de ingresar en la Hacienda local debido a la posibilidad de tener su domicilio fiscal en otros países comunitarios con legislaciones tributarias que le son más ventajosas. Habitualmente Irlanda es uno de estos “paraísos fiscales intracomunitarios” que permiten asentar el domicilio fiscal para toda Europa. Los bajos impuestos les permiten dirigir desde allí la gestión en toda la UE abonando en dicho país los impuestos correspondientes.
En virtud del principio que se opone a la doble tributación, los beneficios que genera en este caso Amazon en España no tributan en nuestro país sino en Irlanda, y de ahí esa Tasa Google.
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