La internacionalización marca la trayectoria de Altia en los próximos meses, una presencia en el exterior que ya supone casi la mitad de los ingresos de la coruñesa.
La compañía lograba cerrar 2020 casi doblando su cifra de ingresos, gracias especialmente al impulso que la compra de Noesis ha dado a su negocio en el mercado luso.
Analizamos con Tino Fernández la digitalización de la Administración Pública, la importancia de los fondos Next Generation para la reactivación económica de nuestro país y, cómo no, el papel que Altia quiere jugar en los próximos años, “que serán apasionantes”, según su presidente.
– Altia lograba cerrar 2020 con un aumento en su facturación por encima del 80% en sus ingresos. ¿Cómo lo han conseguido?
Es cierto que personalmente, en 2020, yo esperaba que hiciéramos mejores números pero, la verdad, después de la crisis desatada por el COVID19, lo cierto es que no son tan malos e, incluso, podemos calificarlos de positivos.
Tras el parón inicial, a partir de finales del mes de abril, afrontamos un ambicioso plan de reasignación de proyectos, control de gastos… Teníamos que adaptarnos a la nueva realidad y así lo hicimos.
Porque es evidente que la crisis ha acelerado la transformación digital pero, en un principio, hubo proyectos que se paralizaron o se retrasaron y teníamos que responder a ello.
Afortunadamente, todo se está reactivando y lo que sí puedo decir es que, a pesar de que son muchas las empresas que están “tocadas” a nivel económico, todas tienen algo en común: están convencidas de que invertir en TI es lo que les va a permitir salir de esta situación.
-Apenas unos meses antes de que estallara la pandemia, Altia había adquirido la lusa Noesis. ¿Cómo se integra una nueva compañía en tiempos de coronavirus?
Pues, sinceramente, como yo digo, hemos aprendido a esquiar lanzándonos directamente por una pista roja.
El balance es más que positivo pero, reconozco, que no han sido las mejores circunstancias. Yo regresaba de Portugal, donde habíamos tenido una reunión con todo el equipo de Noesis para iniciar todo el proceso, justo el día de antes o dos días de que se decretara el Estado de Alarma, así que imagínate…
Ha sido un proceso complicado, que hemos gestionado básicamente a distancia y, aunque todo ha funcionado, no es lo mismo lógicamente.
-A pesar de las circunstancias, lo que es evidente es que la compra de Noesis ha impulsado su peso en el exterior… ¿Qué presencia tiene actualmente Altia fuera de nuestras fronteras?
España sigue siendo nuestro principal mercado; concretamente, en 2020, el 53,7% de nuestros ingresos provino de negocio realizado en España, un 22,6 % de Portugal, un 20,2% del resto de Europa y un 3,4% del resto del mundo.
La adquisición de Noesis nos ha aportado negocio como se puede ver pero además nos ha ha aportado mucho en cuanto a talento (son casi 1.000 profesionales), líneas de negocio en las que no estábamos trabajando o un claro impulso en otras, en las que sí estábamos ya como es el área de Inteligencia Artificial.
En definitiva, el balance es muy positivo.
-¿Tan positivo como para que Altia protagonice nuevas adquisiciones en los próximos meses?
Nosotros no buscamos empresas para comprar por que sí. No tenemos un plan de adquisiciones. Si encontramos empresas que compartan nuestra visión, que tengan la misma filosofía de mercado, de atención al cliente y que aporten… Perfecto. Pero no vamos a crecer a base de adquisiciones simplemente por crecer, no somos un “anexador de ebitdas”.
-Lo que sí están es abriendo nuevas delegaciones. De hecho, abrieron en Barcelona en plena pandemia. ¿Tienen previstas nuevas aperturas este año?
La apertura de Barcelona fue una medida estratégica; Cataluña es un mercado muy importante en el que, creemos, había que estar presencialmente. Este año 2021 tenemos previsto facturar allí 2 millones de euros una cifra que, partiendo de cero, es bastante ambiciosa.
Incluso, barajamos adquirir alguna empresa catalana, en esa línea que comentaba: empresas que aporten y estén alineadas con nuestra forma de trabajar.
¿Nuevas aperturas? Sí, estamos valorando nuevas ubicaciones en las que abrir oficinas, en lugares donde ya tenemos proyectos y en los que incluso adquirir alguna empresa local.
Así, estamos estudiando aperturas en Baleares y Canarias y en Málaga, donde nos gustaría tener presencia porque creo que es un enclave muy atractivo para el talento.
-La Administración Pública es, tradicionalmente, uno de sus grandes clientes. ¿La transformación digital está calando también en este ámbito, con la misma fuerza que en la empresa privad?
En 2020, la AAPP representó casi el 28 % de nuestro negocio y tenemos grandes proyectos de digitalización en marcha con organismos como el de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares (CAIB) para la implantación integral, soporte y mantenimiento de un sistema para la gestión electrónica de expedientes y la licitación electrónica, por citar alguno de los más recientes.
Yo creo que la AAPP española, en general, es bastante innovadora y va a seguir protagonizando grandes proyectos de digitalización, impulsados por la analítica o la IA.
De hecho creo que los fondos Next Generation supondrán un impulso también en este sentido.
-Hablando de los fondos Next Generation, ¿Qué considera esencial para que realmente supongan la gran palanca transformadora que todo el mundo espera?
Lo cierto es que creo que se ha generado tal expectativa que luego puede traducirse en desilusión porque es imposible que realmente pase, gracias a los fondos, todo lo que se está diciendo que va a pasar.
Por eso creo que es importante que expliquen bien cuanto antes en qué consisten y para qué proyectos. Mucha gente no acaba de entenderlo y se está generando cierta confusión. Los fondos Next Generation no son para resolver determinados temas como la crisis que vive, por ejemplo, la hostelería que hay que resolverla, claro, pero por otras vías.
Es importante por ello decirle a la gente la verdad de las cosas cuanto antes, explicarles para qué son estos fondos, cómo se van a tramitar… La gente no tiene información.
Es una oportunidad única como país y si no lo hacemos bien, otros nos van a adelantar.
Es una cantidad económica muy importante y hay que saber gestionarla bien. Históricamente España no ha sido capaz de gastar bien los fondos europeos que ha tenido asignados, siendo de cuantías mucho menores.
-¿Qué camino se ha marcado Altia para este año? ¿Cuáles son sus principales objetivos?
Seguiremos apostando por la internacionalización. Es cierto que, en 2021, no queremos ir mucho más allá de donde ya estamos porque creo que hay que esperar un poco a ver cómo evolucionan todos los mercados pero sí profundizaremos donde ya estamos.
Esa es nuestra estrategia para este año: crecer donde ya estamos.
Y bueno, la verdad es que yo soy un gran optimista pero sí creo que estamos en un momento muy positivo, una época de ebullición de cambios dentro y fuera del ámbito tecnológico y, por lo tanto, de oportunidades.
Creo que los próximos 10 años van a ser apasionantes. Y nuestro objetivo será seguir formando parte de esos grandes cambios, ayudando a nuestros clientes a extraer todo el valor de lo que está por venir.
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