Es la estrella del mes y bien podría ser la del año tecnológico 2014. No hablamos de Apple, que tras un incesante goteo de rumores por fin ha desvelado cómo será su esperadísimo reloj inteligente. Ni de Facebook, a la que Snapchat dio calabazas pero fue capaz de adquirir WhatsApp. Ni tampoco de Microsoft, ahora dirigida por Satya Nadella y con el reto de pulir el legado de Nokia. Sino de Alibaba. A estas alturas de la historia esta empresa de origen chino que opera en Internet ya no necesita presentación. Se estrenó en la Bolsa de Wall Street hace ahora justo una semana y, hasta la fecha, puede presumir de haber protagonizado la OPI más alta jamás registrada. Sus acciones partían de los 68 dólares y, en tan sólo una sesión de cotización, consiguió sacudirse los fantasmas de otras firmas online como Facebook y revalorizarse en un 36%, hasta situar el valor por título en los 92,7 dólares. Incluso registró picos por encima de los 99 dólares.
Alibaba pisa con garbo en la escena internacional. Tanto que mientras ella ascendía ha ido dejando por el camino efectos colaterales, como la caída en el rendimiento de Yahoo!, que al deshacerse de parte de su participación en el accionariado de Alibaba podría intentar comprar a AOL con el dinero ganado, algo que no parece haber gustado en demasía al mercado, o la propia pérdida de peso del Bitcoin, ya que los brokers preferirían invertir estos días en el gigante del ecommerce antes que en esta moneda virtual.
¿Y por qué tanto furor? Alibaba nació en 1999 y se ha propuesto superarnos a casi todos nosotros, durando al menos 102 años. Esto es, quiere vivir en tres siglos distintos, y la cifra no nos la hemos inventado nosotros. Entre sus fundadores se encuentra el ex-profesor de inglés Jack Ma, que ya no es CEO pero sí presidente, cara visible y el hombre más rico de su país. Y su objetivo sería, citando sus propias palabras “construir la futura infraestructura del comercio” con el convencimiento de que Internet es el arma que toda compañía debe abrazar para abrirse al mundo. O simplemente para ser más competitiva.
De momento no le va nada mal en su empeño. De crear un primer portal web orientado a las empresas, a los fabricantes y, muy especialmente, a aquellos compatriotas que tenían intención de exportar sus productos más allá de las fronteras chinas, ha pasado a reclamar la corona del ecommerce. O al menos a disputarla con firmas tan conocidas como Amazon. Alibaba opera al menos una decena de negocios diferentes, que se han diversificado para aprovechar tendencias omnipresentes como el cloud computing, la movilidad o el pago electrónico. Así por ejemplo, encontramos a Alipay, que ahora mismo es el tercer servicio de pago online en China que más dinero mueve. Pero también ha probado con sus propios sistema operativo y buscador, en lo que recuerda a un Google 2.
Asimismo, cabe señalar algunos números de esta plataforma de negocios online que pone en contacto a compradores, vendedores y socios. En el último año que se ha contabilizado por completo, su año fiscal 2014, ha ganado 52.504 millones en renminbi (unos 8556 millones de dólares al cambio). Se calcula que el volumen de sus transacciones es mayor que la cifra conjunta de la anteriormente referida Amazon más eBay. A finales del pasado mes de marzo manejaba ya una cifra de 255 millones de compradores activos. Y cuenta con oficinas en China, Hong Kong, Taiwán, la India, Estados Unidos y Reino Unido.
El caso es que Aliaba no es el único contendiente chino que está llamado a dejar huella con un negocio instalado sobre los cimientos de Internet. Tencent y Baidu le van a la zaga. El primero de ellos coincide en temática, ya que también ha metido la cabeza en el mercado electrónico, además de poseer productos de mensajería instantánea, publicidad y entretenimiento, entre otros. Fue creado justo un año antes que la gran Alibaba y su aplicación WeChat ya es usada al menos por 438 millones personas. El segundo, que data del año 2000, destaca por su buscador web. Pero es más que eso, mucho más. También tiene experiencia en tecnología social, de localización, de navegación, en música y en juegos. Incluso está dispuesto a desarrollar un coche automatizado. Ambas empresas han creado una joint venture sobre ecommerce junto a la también china Wanda.
Favorecidas en parte por la censura que el Gobierno de su país aplica sobre los servicios de ciertos rivales extranjeros, como Google o las propias redes sociales Facebook y Twitter, que cuentan con una comunidad internacional masiva, plataformas con sabor puramente chino al estilo de Sina Weibo, de Sina Corporation, han sabido despuntar. Otros ejemplos de producción local que han ido sonando con más o menos fuerza son Tencent Weibo, como decíamos antes, Qzone, que también pertenece a la todopoderosa Tencent, Renren, Douban, Kaixin, Tianji, Ushi, Youku y Toudu.
Otra área tecnológica en la que brillan con luz propia las empresas chinas es la de la movilidad. Más allá de representantes consolidados como Lenovo, que ha entrado en el top 5 de vendedores de smartphones, Huawei, que además le planta cara a mitos occidentales como Cisco en las infraestructuras de red, o ZTE, se ha tejido una gran maraña de fabricantes más humildes pero guerreros. Nos referimos a marcas como Meizu, Oppo, Zopo, ThL, Goophone, Coolpad, iOcean, Jiayu, Neo y UMi, entre otros. Quizás la más destacada de las nuevas alternativas chinas sea Xiaomi a donde se ha ido a trabajar el ex-vicepresidente de producto para Android, Hugo Barra, y que se suele identificar como la Apple asiática. Tiene teléfonos, tiene tableta y ya ha introducido un aparato de sólo 33 dólares para medir la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea, Xiaomi iHealth.
China es el país más poblado del mundo, con unos 1.360 millones de personas. La inmensa mayoría de sus habitantes da buena cuenta de los aparatos móviles para comunicarse. De ahí la importancia que cobran en su territorio más empresas, aparte de los fabricantes, como son las operadoras de telefonía. En China operan China Telecom y China Unicom para satisfacer las necesidades de cobertura cientos de millones de usuarios, aunque la más importante es China Mobile. China Mobile es, de hecho, la mayor operadora que existe en el mundo.
Y podríamos seguir y seguir enumerando empresas compatriotas de todas estas cuyos nombres suenan dentro y fuera de sus fronteras, por unos u otros motivos, como UCWeb o Sohu, hasta llegar a los 40 y más allá. En un estudio reciente Gartner apunta directamente China como un país preparado para triunfar en los próximos años gracias a una mezcla perfecta de “recursos profundos, marcas cada vez más respetadas y fabricante de diseño original fuertes”, así que tendremos que estar atentos. La etiqueta del “made in China” ya es algo más que un sinónimo de productos asequibles para el bolsillo.
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