Alcatel-Lucent celebra una primera y agitada asamblea general

El fabricante
Alcatel-Lucent
está atravesando un mal momento, que se tradujo en las tensiones vividas el
pasado viernes en su primera asamblea general desde la fusión de las dos
compañías.

El motivo es que el grupo debe hacer frente por un lado, a unos resultados
trimestrales aún algo débiles y por otro, a las sucesivas protestas de muchos de
sus empleados ante el plan social que la compañía anunció en febrero. Fruto de
ese plan, serán suprimidos 12.500 puestos de trabajo en todo el mundo. En
concreto, en España los recortes afectarán a 310 empleados, frente a los 1.500
que serán despedidos en Francia, según informamos en
SiliconNews.

Por esta razón, la directora general del fabricante, Pat Russo, fue
fuertemente abucheada durante toda la presentación por entre 200 y 300
trabajadores que habían asistido a dicha asamblea. Hasta tal punto que incluso
el presidente, Serge Tchuruk, tuvo que intervenir y excusarse para suavizar la
tensa situación.

Pese al descontento de los trabajadores, Pat Russo se esforzó por defender
con su discurso la fusión entre los dos grupos, si bien reconoció que los
primeros resultados han sido ?decepcionantes?.

De hecho, la americana considera que el grupo posee un enorme potencial,
gracias a su división de I+D, sus productos y una presencia internacional, que
permitirán según ella, transformar la situación.

?Es ilusorio querer juzgar una fusión de esta envergadura sobre la base de
uno o dos trimestres?, explicó la directora durante dicha reunión. Por su parte,
los sindicatos respondieron tajantemente argumentando que ?los despidos
debilitan el potencial de I+D?.

El ambiente se deterioró todavía más al tratar el tema de los contratos bli
ndados asignados a algunos de los dirigentes. Así, Serge Tchuruk, que deja su
cargo de director general, recibirá un total de 5,6 millones de euros, cantidad
aprobada por el consejo de administración a pesar de la oposición de algunos
accionistas.

Por lo que respecta a Pat Russo, debería recibir dos años de su salario en
caso de cese, tal y como se ha aprobado en la asamblea general.

Esto también motivó las protestas de los trabajadores durante la asamblea, en
la que Serge Tchuruk aseguró a los sindicatos que ?estas prácticas se han
extendido a nivel internacional, no podemos ser la excepción?, un argumento muy
poco convincente.

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