El sector de la telefonía móvil está inmerso en un profundo proceso de reajuste. En los últimos años se han producido múltiples acontecimientos que han modificado sus condiciones de base, desde un nuevo reparto del mercado hasta la evolución de los hábitos de consumo de los clientes.
En poco tiempo, hemos pasado de un sector con un operador dominante, fruto de la anterior situación de monopolio en el mercado de las telecomunicaciones, a un entorno en el que tres grandes compañías –Movistar, Orange y Vodafone- compiten casi en posición de igualdad, con un cuarto operador en la lejanía –Yoigo- y un puñado de operadores virtuales (OMV) repartiéndose una pequeña -pero significativa- porción del mercado.
El aumento de la penetración de la conexión móvil a internet explica en buena medida este cambio. Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el segundo trimestre de 2005, antes del ‘boom’ de las conexiones móviles, Movistar controlaba el 48,2% de los 39,5 millones de líneas móviles de nuestro país, seguida de lejos por Vodafone (27,6%) y Orange (24,2%).
Los datos actuales de líneas móviles que aúnan voz y datos (38,5 millones) muestran que estas tres compañías han dejado escapar más del 15% del mercado, a la par que las distancias entre ellas se han estrechado. Si miramos los datos correspondientes al segundo trimestre de 2016, Movistar sigue en primer lugar (29,2% del mercado), pero Orange ha adelantado a Vodafone (28,4% y 26,9%, respectivamente. Y ahora Yoigo, comprada el pasado verano por Másmóvil, se encarama al cuarto lugar (7,6% del mercado). El resto (7,7%) se reparte entre múltiples OMV, varios de ellos en manos de los tres grandes ‘players’ del sector, como Tuenti (Movistar), Lowi (Vodafone), Amena y Simyo (Orange).
Además, hay que anotar otra tendencia clave: la generalización de las tarifas planas y la paquetización de las líneas móviles. El 85,2% de las líneas móviles con conexión a internet son de contrato. Y de éstas, el 82,8% cuentan con una tarifa plana englobada dentro de una oferta paquetizada. Asimismo, el 76,6% de las líneas de contrato no paquetizadas disponen de algún tipo de tarifa plana. Parece evidente que el consumidor español prefiere la comodidad y sencillez de este tipo de tarifas, mediante las cuales accede a determinado volumen de datos por una cuota fija mensual.
La evolución del mercado español no es más que el reflejo de lo que está sucediendo en el resto del mundo. Por ejemplo, en los últimos años hemos asistido al auge de las comunicaciones Over-The-Top (OTT), con plataformas de llamadas y mensajes a través de internet tan populares como Skype o WhatsApp.
Como explica Juniper Research en su documento ‘Mobile Operators – Making the Networks Pay’, la consolidación de un entorno centrado en las aplicaciones ha impactado severamente en los resultados de los operadores móviles. Estas compañías están viendo cómo merman sus ingresos por el descenso de las llamadas convencionales y SMS en favor de las llamadas VoIP y la mensajería instantánea a través de apps como WhatsApp.
Por ejemplo, Juniper señala que en 2016 se enviaron 42.000 millones de mensajes de WhatsApp al día, frente a los 16.400 millones de SMS que se remiten a diario. El informe precisa que el uso de SMS en España se vio históricamente constreñido por su elevado precio -2,5 veces más alto que en Reino Unido, por ejemplo-, por lo que el impacto de WhatsApp y otras aplicaciones ha sido muy notorio. El pico de uso de SMS en nuestro país se alcanzó en 2009, con 9.600 millones de mensajes al mes. Sin embargo, esta cifra ya había caído hasta los 2.300 millones en 2015. Y lo mismo ha sucedido en otros países, como Alemania, Holanda, Corea del Sur o China.
Según las estimaciones de la citada investigación, el traspaso de los clientes hacia las llamadas VoIP y las aplicaciones de mensajería instantánea ha supuesto una pérdida de ingresos para los operadores móviles de más de 84.000 millones de dólares en todo el mundo en 2016. Y se espera que dicha merma de ingresos aumente un 23% este año, llegando casi a 104.000 millones.
El estudio apunta un hecho obvio: el reemplazo del modelo tradicional de negocio basado en el tiempo por los paquetes de tarifa plana. Y en esa línea, Juniper cree que se tenderá a ofrecer paquetes de datos 4G compartidos por diferentes usuarios de una misma unidad familiar.
Según los datos del ‘Cisco Visual Networking Index: Forecast and Methodology , 2015-2020’, el porcentaje de planes de datos compartidos ya es mayor que el de los paquetes regulares en Nortemérica. Así, los planes compartidos suponían el 60% del total en noviembre de 2015, cuando apenas representaban el 11% tres años antes. Juniper explica que esta opción puede ser atractiva para los operadores móviles porque les permitirá mantener un alto nivel de gasto por suscripción mediante la activación de varios dispositivos.
Otra tendencia es la contratación de planes de datos escalonados, no ilimitados. Según Cisco, muchos proveedores de todo el mundo están pasando de ofrecer planes de datos ilimitados para proporcionar paquetes de datos móviles escalonados, con un límite de consumo. Es decir, como hacen en España prácticamente todos los operadores.
Hay que tener en cuenta el aumento constante del consumo de datos a través de los smartphones. Según Cisco, en los planes de datos escalonados, el consumo medio por dispositivo alcanzó los 2,7 GB en noviembre de 2015, desde los 1,1 GB de junio de 2014. Y en los planes ilimitados, en el mismo periodo se pasó de 2,6 GB a 6,4 GB. En el caso de los planes compartidos, Cisco cifra el consumo medio en 3,6 GB (noviembre de 2015), mientras que en los planes regulares se sitúa en 4,4 GB,
A la par, Juniper remarca que el precio de este tipo de paquetes se ha contraído sustancialmente entre 2014 y 2016. De este modo, la cuota para un determinado volumen de datos se redujo alrededor de un tercio en este periodo.
De hecho, éste es uno de los mayores retos para los operadores móviles: fijar un precio que permita que la tarifa plana móvil se perciba como un gasto asequible para la economía familiar. Sobre todo si tenemos en cuenta que debe competir con el gasto en otros servicios de entretenimiento, como vídeo bajo demanda, plataforma de videojuego online, etc.
Y también surgen propuestas innovadoras, como FredomPop. Este OMV, que llegó a España el pasado verano, ofrece llamadas y conexión a internet gratuita. Concretamente, 300 SMS y 100 minutos de llamadas a través de su app –VoIP-, así como 200 MB de datos mensuales y uso ilimitado de WhatsApp, cuya utilización no repercute en el consumo de datos contratado. E incluye roaming gratuito en más de 25 países, entre los que se incluyen la mayor parte de los países de la UE y Estados Unidos.
La compañía obtiene ingresos si el cliente agota sus datos, ya que puede contratar más, a un precio de 1,50 céntimos/MB. Además, cuenta con bonos de voz y datos convencionales a un precio muy competitivo. Otro aspecto novedoso son sus servicios adicionales de pago , como la posibilidad de acumular los datos no consumidos o compartir los megas con amigos y familiares (1,99 €/mes), buzón de voz visual (0,99 €/mes) y alertas de uso (0,99 €/mes).
Hay que tener en cuenta que las ‘telecos’ no sólo están perdiendo los ingresos de las llamadas y mensajes sino que, además, ven cómo crece casi exponencialmente el tráfico de datos que soportan sus redes, que canalizan las comunicaciones OTT. A esto hay que añadir un incremento espectacular del uso de redes sociales y, sobre todo, del consumo de vídeo en streaming.
Si cada vez hay más contenidos Full HD, la llegada del vídeo con resolución 4K supondrá todo un desafío para estas redes. De hecho, según el informe de CIsco citado más arriba, el consumo de vídeo supondrá el 75% del tráfico total de datos móviles en 2020, desde el 59% que pronosticaba para 2016.
Además, el previsible aumento de la penetración del cloud computing y del Internet de las Cosas, especialmente en el caso del coche conectado, también repercutirá en el volumen de datos móviles.
En definitiva, Cisco estima que el tráfico de datos móviles alcanzará los 30,6 exabytes al mes en 2020, desde los 6,2 exabytes mensuales que pronosticaba que se registrarían en 2016. Es decir, que crecerá anualmente alrededor de un 53%.
El aumento del tráfico preocupa a los operadores móviles tradicionales, que advierten de la posible saturación de las redes. Dicha situación nos lleva a dos viejos debates. El primero se refiere al desarrollo de las infraestructuras, como la red 4G o la futura 5G. Las ‘telecos’ se quejan porque son ellas quienes han de sufragar el desarrollo de estas redes, cobrando un alquiler a los OMV por el uso de sus líneas. Sin embargo, plataformas OTT como Skype, WhatsApp, YouTube, Netflix, HBO, Xbox Live, etc., no tienen que pagar nada por circular por estas ‘autopistas’.
Y esto conduce al segundo punto de discusión: la neutralidad de la red. Muchos operadores defienden la necesidad establecer un internet de dos velocidades, permitiendo que los operadores puedan imponer mayores tasas a aquellos servicios de internet que requieran una elevada velocidad de acceso a la red.
En definitiva, los operadores de telefonía móvil se encuentran con el difícil de desafío de sostener sus ingresos, a la par que encuentran la manera de reducir sus costes. Satisfacer ambas exigencias parece muy complicado -si no imposible- con el actual modelo de negocio, por lo que parece inevitable la reformulación urgente de este paradigma.
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