#AFondo | César Alierta, el abogado que comandó un gigante de las telecomunicaciones
Dentro de una semana se estudiará el nombramiento de José María Álvarez-Pallete para sustituir a Alierta al frente de Telefónica.
En el año 2000, Juan Villalonga dimitió como presidente de Telefónica y en su lugar se colocó a César Alierta. Esta misma semana ha sido Alierta el que ha renunciado a seguir presidiendo este gigante de las telecomunicaciones. Para cubrir su hueco, el Consejo de Administración de la compañía española ya tiene previsto estudiar el nombramiento de José María Álvarez-Pallete, actual consejero-delegado que lleva casi dos décadas en plantilla, a instancias del propio César Alierta. Será justo dentro de una semana, en la reunión que los consejeros celebrarán el próximo viernes día 8 de abril. Pero la salida de Alierta no está siendo tan polémica como la de su predecesor. Para empezar, este zaragozano que en mayo cumplirá 71 años no tiene pensado desvincularse de Telefónica. Continuará siendo miembro de su Consejo, un rol que conoce bien porque lo ha desempeñado durante los últimos veinte años de su vida.
A mayores, retendrá la presidencia ejecutiva de la Fundación Telefónica, que se ha impuesto como misión “mejorar las oportunidades de desarrollo de las personas a través de proyectos educativos, sociales y culturales, adaptados a los retos del mundo digital”. De hecho, la intención de César Alierta es mantenerse activo en cuestiones de progreso y aprendizaje a través de Telefónica Educación Digital, que es la empresa del Grupo Telefónica que se dedica a ofrecer soluciones de formación online. Él, que estudió para abogado licenciándose en Derecho por la Universidad de Zaragoza, ha acabado siendo una de las figuras más destacadas del mundo de la telefonía y las TIC en general. En 2010, por ejemplo, la Americas Society decidió entregarle su Medalla de Oro en una ceremonia celebrada en Nueva York, reconociendo con este galardón sus contribuciones al desarrollo de la región latinoamericana.
Telefónica ya se había internacionalizado antes de que Alierta asumiese su presidencia. En 1990, comenzó a operar en Chile y Argentina. En 1994, desembarcó en Perú. Y en 1998, ganó un concurso para hacerse con Telesp en Brasil. Pero a partir del 2000 se desataría el gran cambio. Ese año, en un movimiento que se inició con Villalonga aún al mando, se acometió la conocida como Operación Verónica, por la que Telefónica se dispuso a hacerse con el control total de sus filiales en la parte latina de América. A día de hoy Telefónica tiene presencia en ese continente a través de Vivo, que es su marca en Brasil, y con el sello de Movistar en otros trece países como Uruguay, Perú, Ecuador, Venezuela o México, entre otros. A medida que la crisis económica y la competencia entre operadoras han ido haciendo mella en un mercado español cada vez más saturado, la Telefónica de César Alierta ha sabido sostenerse sobre la base de un negocio establecido al otro lado del océano.
Durante 2015, el importe neto de la cifra de negocio en Telefónica España ha sido de 12.402 millones de euros. Telefónica Hispanoamérica habría aportado de enero a diciembre un total de 14.387 millones de euros. Y Telefónica Brasil por sí sola, para seguir poniendo las cifras en perspectiva, ya generaba en el mismo periodo 11.060 millones de euros. El potencial de Latinoamérica para la firma de César Alierta se ha convertido en historia recurrente. Esta región emergente consiguió desmarcarse por primera vez en 2012 como principal fuente de ingresos de la multinacional, que ha aprendido a liderar más allá de su lugar de origen la revolución de la banda ancha móvil, los smartphones y el 4G. Ahora, cuando las infraestructuras ya están desplegadas, el desafío consistirá en gestionar el contenido multimedia y rivalizar con los OTT. Pero ése es un reto que, en plena revolución digital, asumirán las nuevas generaciones. Esto es, Álvarez-Pallete y su equipo.
Telefónica ha decidido recordar a Alierta como la persona que ha conseguido hacerla “líder en los principales mercados que han supuesto su apuesta estratégica; Brasil, Alemania, España e Hispanoamérica”, como firma universal. También como el hombre que la ha posicionado “a la vanguardia de las telecomunicaciones mundiales, adelantándose a la competencia en la toma de decisiones estratégicas que convirtió en tendencia, como la amortización de las licencias UMTS o la creación de Telefónica Digital”. Ésta fue anunciada en 2011, cuando se ejecutó la simplificación de la estructura general de la empresa. Nació asentada en el extranjero, Londres, para aglutinar servicios como Tuenti, Terra o Media Networks e impulsar canales de inversión tipo Wayra. Unos dos años y medio después, se dio el visto bueno a una reorganización que reforzaba y creaba, respectivamente, los roles de directores generales para Recursos Globales y Comercial Digital.
Antes de Telefónica
Telefónica ha llegado a este punto de “Telco Digital” que trabaja en más de una veintena de países con un colchó de clientes que supera los 322 millones de accesos, de la mano de César Alierta. ¿Pero quién era Alierta antes de Telefónica? Tras estudiar Derecho, obtuvo un Master en Administración de Empresas por la Universidad de Columbia, Nueva York, a principios de los 70. El primer trabajo que refleja su biografía es el de director general del área de Mercado de Capitales en el ahora desaparecido Banco Urquijo de Madrid, donde estuvo hasta 1985. El Banco Urquijo acabaría absorbido por el Banco Sabadell de Barcelona años más tarde. También en el ramo financiero, ha fundado Beta Capital. Desde 1991 compatibilizó su presencia en esta sociedad con la presidencia del Instituto Español de Analistas Financieros. Y en su momento ingresó en el Consejo de Administración y de la Comisión Permanente de la Bolsa de Madrid.
Ese tipo de puestos en Consejos no le han resultado ajenos con el paso del tiempo, ya que fue nombrado miembro del de China Unicom y actúa como consejero independiente, aparte de como presidente de la Comisión de Retribuciones y vocal de la Comisión de Nombramientos en International Consolidate Airlines Group, fruto de una fusión entre la patria Iberia y British Airways. Pero Telefónica e Iberia no han sido sus únicos contactos con empresas públicas que han terminado privatizadas. Un capítulo oscuro en su trayectoria laboral lo marca su paso por Tabacalera. Alierta fue designado presidente de Tabacalera hace veinte años, en 1996, un poco antes de entrar en el Consejo de Administración de Telefónica. Con él como máximo dirigente de la firma de tabaco y timbre se creó Altadis, tramitándose la fusión con la francesa Seita. Así que acabaría siendo presidente de la nueva organización hasta julio de 2000, cuando asumió el cargo equivalente en Telefónica, el mismo que ahora deja.
El caso de Tabacalera fue sonado no por esto, sino porque acabó con Alierta juzgado por un delito de utilización de información privilegiada que le habría permitido ganar dinero con la compra de acciones, según relatan los periódicos de la época, antes de que la adquisición de otra compañía, Havatampa, incrementase la cotización y se disparase el propio precio del tabaco. Si bien los años de cárcel que se pedían quedaron en nada. Se acabó resolviendo que el delito ya había prescrito. Esto no le habría impedido engrosar su currículo con nuevos puestos y más premios. Alierta preside tanto el Consejo Empresarial para la Competitividad, que fue creado en 2011, como el Consejo Social de la UNED, es académico de número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de nuestro país y miembro del Columbia Business School Board of Overseers. Atesora la Medalla de Oro de Zaragoza y, en 2005, la Cámara de Comercio de España-Estados Unidos lo nombró “The Global Spanish Enterpreneur” por haber llevado a Telefónica al Dow Jones Global Titans 50.
Imagen destacada por cortesíade Telefónica – www.telefonica.com