Actualizar
Mientras mejorar el hardware es una costumbre entre los usuarios, la
desatención por el software también es un hábito.
Los fabricantes de software y especialistas en seguridad inciden
constantemente en la necesidad de que actualicemos nuestro software para
evitar fallos de seguridad. Suena repetitivo y paternalista pero sigue
asombrando cómo la principal causa de afecciones en los ordenadores es
el descuido de la salud de nuestro ordenador.
Es cierto que es
una labor tediosa y que los productos comercializados tendrían que
aparecer en el mercado con unos estándares de seguridad mínimos, pero de
nada sirve quejarse cuando tenemos el ordenador repleto de agujeros de
seguridad y somos un blanco ideal para las intrusiones sean del tipo que
sea.
También nos genera reticencias el hecho de que determinadas
actualizaciones suministren información privada a determinadas
organizacione. Por ello, los fabricantes de software tendrían que
simplificar el lenguaje de qué producen las actualizaciones y evitar
largos tomos contractuales que ahuyentan al usuario y a la larga van en
detrimento de la imagen del producto y la compañía.
El
usuario debe saber, por otro lado, que no actualizar supone caminar por
la cuerda floja y que un ordenador no sólo lo constituye unos buenos
componentes. El acite del motor de nuestra computadora es el software, y
debemos mantenerla siempre engrasada para que no se nos gripe.