La pandemia lo ha cambiado todo en nuestras vidas en el último año: la forma de trabajar, las relaciones familiares y sociales, el ocio… Cuando escribimos estas líneas, la incidencia acumulada en España supera los 700 casos por cada 100.000 habitantes. Hay que recordar que el Ministerio de Sanidad considera un nivel de riesgo extremo cuando se supera el umbral de los 250 casos.
Ante tales circunstancias, todas las comunidades autónomas están anunciando medidas como la fijación del toque de queda, restricciones a la movilidad, cierre de establecimientos de hostelería o control de la afluencia en espacios públicos.
“Desde el inicio de la pandemia, las autoridades han publicado diferentes normativas que deben cumplir tanto espacios públicos como privados. Entre estas medidas se encuentra el control y la reducción de los aforos en establecimientos y espacios públicos, que afecta tanto a hostelería, centros de ocio y deportivos, centros de culto, etc. Van desde una reducción de aforo de un 30% hasta un 75%. Las normativas varían en función de la regulación de cada comunidad autónoma”, declara detalla Nuño Azcona, director general de Almas Industries B+Safe.
La gestión de aforo puede resultar sencilla en locales pequeños, pero presenta mayor complejidad cuando se trata de espacios públicos de mayor tamaño, como centros comerciales, iglesias, gimnasios, teatros, hospitales, oficinas, grandes tiendas, zonas de ocio, oficinas de las administraciones públicas, etc. Este tipo de espacios necesitan sistemas más sofisticados de gestión de aforo y controles de acceso.
“Estas soluciones permiten controlar y gestionar de manera autónoma la entrada y salida de personas al interior de un espacio o recinto, informando en todo momento de la cantidad de personas que han accedido, cuántas de ellas han salido y el aforo disponible en tiempo real. Esta tecnología permite cumplir a los establecimientos con las diferentes normativas de control de aforo y permitir el acceso a un determinado número de personas para garantizar las distancias de seguridad en su interior, al mismo tiempo que se evitan las aglomeraciones”, detalla Azcona.
Además, precisa que este tipo de sistemas “se pueden instalar en espacios con una entrada y una salida, varias entradas y una salida o varias entradas y varias salidas”. “Será necesario instalar una cámara en cada punto de interés y éstas transmitirán la información a un sistema centralizado para ofrecer la información sobre el aforo total del edificio”, especifica.
Así pues, las soluciones de gestión de aforo son fundamentales para evitar concentraciones excesivas de personas y cumplir con la normativa vigente. Pero la principal ventaja es que permiten hacerlo de manera totalmente automatizada y autónoma, facilitando la gestión de aforo sin que sea necesario contar con personal que controle los accesos. “Permiten gestionar el número máximo de personas que pueden acceder a un recinto de una manera automática, rápida y en tiempo real”, afirma Jesús Uralde, delegado comercial para la Zona Centro de Sonotrack,
Especifica que la información procesada por las cámaras “se lleva a un sistema de gestión que regula el paso de personas mediante elementos indicadores, que pueden ser sonoros —timbre, zumbador, etc.— o visuales —semáforo, luces, etc. —”. Además, se pueden combinar con sistemas de control de acceso, como barreras o tornos, “permitiendo o impidiendo el acceso si se ha llegado o no al número máximo de aforo marcado por la ley para ese recinto”.
También aportan otros beneficios. Por ejemplo, el director general de B+Safe explica que estos sistemas permiten ofrecer la información a los usuarios a través de pantallas, “de tal manera que ellos mismos conocen el aforo disponible y si pueden o no acceder”.
“Estas pantallas incluyen información en tiempo real del número de personas que han accedido, aquellas que han salido y el total de aforo disponible. Además, para una mayor comprensión hacia el público, los niveles de disponibilidad se traducen en un código de colores representado a través de un semáforo: verde —aforo disponible—, amarillo —pocas plazas disponibles—, rojo —aforo completo, prohibida la entrada—”, añade.
Asimismo, remarca que estas soluciones cuentan con un software que “ofrece la posibilidad de generar informes con la tendencia de visitantes, permitiendo una toma de decisiones con fundamento que puede impulsar el crecimiento del negocio”.
Azcona explica que estos sistemas están basados en la tecnología de analítica de vídeo. “Se captan las imágenes de las entradas y salidas al edificio a través de una cámara de videovigilancia con funciones de análisis de vídeo, recogiendo información de las personas que acceden o salen de las instalaciones. Esta información es enviada en tiempo real a un servidor local compatible con el sistema y procesada por su software específico, que traduce los datos para comunicarlos a través de una pantalla situada en los accesos”, puntualiza.
Por su parte, el responsable de Sonotrack indica que “se utilizan cámaras con un software específico, en algunos casos basado en tecnología de inteligencia artificial y visión artificial, que llevan el conteo de personas, tanto de entrada como de salida”.
Una de las dudas que surgen respecto a la utilización de los sistemas de gestión de aforo se refiere al tratamiento de las imágenes y al cumplimiento de la normativa de protección de datos personales. “En los sistemas de control de aforo, aunque utilizan cámaras parecidas a las de CCTV, no hay grabación de imágenes, por lo que no hay conflicto con las exigencias del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD)”, precisa Uralde.
Igualmente, el director general de B+Safe asegura que en este tipo de soluciones no existe conflicto con el cumplimiento del RGPD, “ya que no se recogen datos de tipo personal de los usuarios que acceden a las instalaciones”. “Los datos que se registran están relacionados con la cantidad de personas que acceden y salen del edificio en cada momento, pero no se registran sus imágenes”, especifica.
En cualquier caso, el representante de Sonotrack recuerda que “si opcionalmente se quiere utilizar o integrar en un sistema de CCTV, entonces se deberán cumplir los requisitos que exige el RGPD para estos sistemas”.
Otro aspecto que puede preocupar respecto al uso de las herramientas de gestión de aforo es la seguridad frente a posibles ciberataques. Una intrusión no deseada podría manipular el sistema para ofrecer datos erróneos, permitir una concentración de personas superior a la permitida, bloquear el acceso de manera injustificada o acceder a las imágenes captadas por las cámaras.
“En sistemas pequeños o locales, donde no hay salida o entrada de datos, no hay posibilidad de hackeos. En las instalaciones donde hay conexión a una red —porque se requiera el control de varios edificios, por ejemplo— se tomarán las medidas oportunas de seguridad y protocolos que ya se usan para estos sistemas, evitando accesos no deseados ni autorizados”, apunta Uralde.
Asimismo, tanto en instalaciones locales como conectadas a internet, Azcona pone el acento en importancia de controlar el acceso al sistema estableciendo credenciales de usuario y contraseña.
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