Se acabó. LG no seguirá participando en el mercado de telefonía móvil ni en calidad de fabricante ni como comercializador.
La compañía surcoreana ha decidido abandonar su aventura en el mercado de los smartphones, donde competía con grandes nombres como Apple, Samsung, Huawei o Xiaomi. Acaba de anunciar el cierre de su negocio global de telefonía en lo que supone una decisión definitiva sobre un tema que se venía rumoreando, por las pérdidas que sufría desde hace años, y que ha sido ratificada por el Consejo de Administración.
La fecha prevista para el cierre de la unidad de negocio de móviles de LG es el 31 de julio.
No habrá venta. Sus responsables explican que trabajarán “de forma estrecha con proveedores y partners para asegurar la máxima transparencia en la disolución”.
LG ya no lanzará modelos nuevos. Sin embargo, aquellos terminales que han sido producidos seguirán estando disponibles para su compra durante un tiempo.
La compañía promete seguir ofreciendo soporte a sus usuarios, lo que supone mantener la atención posventa. También respetará la política de actualizaciones de software, incluyendo el sistema operativo. Las funcionalidades de apps de terceros deberían seguir intactas.
Para tranquilizar a los consumidores sobre qué les depara el futuro, LG ha comunicado que “se mantendrá en todo momento la garantía estipulada” y “se seguirán proporcionando accesorios y piezas de servicio para los modelos existentes”.
Aunque LG dice adiós como fabricante de teléfonos, seguirá vinculado al sector móvil a través del desarrollo de tecnologías como el próximo 6G.
Este gigante tecnológico había intentado diferenciarse y ganar cuota, sin éxito, con avances como las pantallas plegables y dobles. Una de sus últimas creaciones, el LG WING escondía una segunda pantalla entre sus especificaciones.
Al desinvertir de un negocio que no le aportaba beneficios, la compañía podrá centrarse en otras áreas.
La idea de ahora en adelante es impulsar áreas como el internet de las cosas y soluciones y servicios B2B, lo que implica centrarse en componentes para vehículos, dispositivos conectados, robótica, inteligencia artificial y el hogar inteligente.
LG es sólo la última compañía en retirarse del, lucroso para unos pero ruinoso para otros, negocio móvil. Antes hubo otros ejemplos.
Tras pagar 7000 millones de dólares para hacerse con el negocio móvil de Nokia y probar suerte con los teléfonos Windows Phone, Microsoft acabó vendiendo sólo dos años después su negocio de feature phones y despidiendo a cientos de trabajadores.
Después de eso, la marca Nokia, que lo había sido todo el mercado móvil, buscó un nuevo camino.
También Google tuvo sus dificultades tras la compra de Motorola, que terminó pasando a manos de Lenovo. El gigante de Mountain View se quedó con las patentes.
Otras compañías que han pasado por problemas en el sector móvil son BlackBerry, Sony o incluso Canonical.
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