A fondo: La jugosa oportunidad del ‘edge’
Los datos son oro puro que hay que almacenar, procesar y analizar. ¿Los están aprovechando las empresas españolas como deberían?
“La inmensa mayoría de los responsables de TI ya están adoptando el edge” o al menos “se están preparando para ello”. Esa es la gran conclusión a la que llega Aruba, compañía de HPE, tras recabar los testimonios de 2400 directores de tecnología de diferentes partes del mundo. Entre ellos, los de un centenar de empresas españolas.
¿Y qué es el edge? Aruba lo define como “el lugar donde personas, dispositivos y cosas se conectan al mundo digital”: “donde las empresas interactúan con sus clientes, donde los fabricantes diseñan productos, donde los empleados interactúan con sus compañeros, donde la gente explora, compra, se entretiene y aprende”.
Cada vez existen más smartphones, más tabletas, más ordenadores… más gadgets. Cada vez se generan más datos. Y cada vez hay también más gente con necesidades de conexión. Esto crea riesgos de congestión en la red y obliga a buscar garantías. Ser capaces de trabajar con los datos en tiempo real, cerca del extremo, lo cambia todo.
“Desarrollar una estrategia edge en el contexto de las implementaciones cloud existentes se está convirtiendo en una necesidad dado que el número de dispositivos conectados está creciendo”, indica Partha Narasimhan, CTO y HPE Senior Fellow para Aruba, “y resulta poco práctico transferir grandes volúmenes de datos a entornos cloud o centros de datos, sobre todo a medida que las organizaciones se someten a la transformación digital para avanzar en sus objetivos de negocio y atender las necesidades de los clientes”.
“Aprovechar la información que reside en el edge es una oportunidad para que las empresas revolucionen su enfoque de datos y desbloqueen su valor como activo empresarial”, continúa. Es una oportunidad para no acabar ahogadas por los datos.
“Las organizaciones que pueden procesar, almacenar y analizar datos en el edge serán capaces de utilizar esos datos, primero, para optimizar su modelo de negocio existente, y con el tiempo desarrollarán productos, servicios y experiencias innovadoras que no sólo aumentarán, sino que transformarán sus ofertas para clientes y empleados”, resuelve Partha Narasimhan.
España, por delante de la media mundial
En estos momentos la mayoría de las empresas aprovechan tecnologías edge de forma activa para generar nuevos resultados. En España lo hace el 74 %, superando la media global, que se sitúa en el 72 %, de acuerdo con el informe de Aruba. Además, otro 16 % de las compañías en todo el mundo planea hacerlo a lo largo del próximo año.
Son muchos los que reconocen la urgencia de implementar sistemas integrados para manejar los datos. Y es que la situación tiene que ir cambiando (y parece que lo hará). Existe margen de mejora.
Un 33 % de directores de tecnología reconoce que sus sistemas se enfrentan a demasiados datos y el 28 % dice que no son capaces de procesarlos con la suficiente rapidez. Eso en términos generales. En España, el cumplimiento del reglamento destaca como el gran reto entre los retos (55 %).
Otros problemas serían la incapacidad para recopilar datos de múltiples fuentes o de integrar formatos diferentes, el presupuesto disponible y la carencia de habilidades. En cambio, el uso de tecnologías edge ayuda a mejorar decisiones y los propios procesos de negocio, lo que debería animar a su adopción.
Principales ventajas
En concreto, recopilar y actuar sobre los datos en el extremo de la red permite optimizar la eficiencia, la productividad y los ingresos. El beneficio que más destacan los españoles es la agilidad mejorada (59 %). Más de la mitad también aprecia un “aumento de la productividad de los empleados” y destaca que los datos proporcionan información detallada sobre sus clientes. La mitad exacta ve “mejora en la eficiencia de las operaciones y en los costes”.
Además, el 44 % apunta directamente a la creación de “nuevos modelos de negocio, fuentes de ingresos y productos y servicios diferenciados”.
Por sectores, despuntan ciertos casos de uso del edge como la aplicación del reconocimiento facial en hostelería o la potenciación de los proveedores de servicios sanitarios con herramientas siempre activas y el diagnóstico acelerado de accidentados antes de su traslado al hospital.
En educación se están integrando sensores y cámaras para monitorizar la atención del alumnado, se han creado aulas inteligentes para fomentar la colaboración y se están automatizando los envíos de contenido. En el retail se pueden hacer cálculos instantáneos del precio y el impacto medioambiental de los artículos a punto de ser adquiridos. Y, en la industria, funciona el acceso seguro de máquinas, empleados y contratistas a través de una red compartida.
Algunos desafíos
Como ocurre con todas las innovaciones, también hay barreras por superar. Los directores de tecnología se muestran especialmente preocupados por algunas de ellas. La falta de experiencia, conocimiento o entendimiento de las tecnologías edge inquieta al 32 % de estos profesionales a nivel mundial y a casi una cuarta parte en España.
Los directivos reclaman habilidades para contribuir al desbloqueo del valor de los datos. En particular, en nuestro país hacen falta capacidades técnicas (38 %), inteligencia artificial y aprendizaje automático (35 %), gestión del riesgo y seguridad de la información (también con un 35 %) y habilidades analíticas (33 %).
El tema de la relación entre el edge y la seguridad es controvertido ya que un 55 % de los españoles encuestados (57 % en todo el mundo) opina que conectar internet de las cosas y los dispositivos de los usuarios en el edge supondría aumentar la vulnerabilidad de sus negocios. Sin embargo, un 52 % (47 % en el mundo) señala que recopilar datos de los dispositivos mejora la seguridad y es uno de los beneficios más importantes.
Hoy por hoy, las compañías de la región de Asia-Pacífico son las más propensas a extraer los datos de los dispositivos y usarlos para mejorar procesos y decisiones de negocio. Se encuentran más cerca de aprovechar la mayoría de los datos recopilados en sus redes que las empresas de EMEA (Europa, Oriente Medio y África) o América.