En los últimos años, no paramos de oír hablar acerca de las grandes posibilidades que traerá el 5G para el despliegue del internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Sin embargo, hay muchas aplicaciones que no requieren de este nuevo estándar de conectividad, puesto que ya son factibles gracias a la tecnología 0G.
“La tecnología 0G, impulsada por Sigfox, es una alternativa en cuanto a la conectividad para IoT. Para la mayoría de casos de uso de IoT industrial, como logística, gestión de instalaciones, monitorización de activos, etc., no es necesario contar con una infraestructura costosa ni de gran capacidad. Basta con emitir pequeños paquetes de datos de poco peso. Con este enfoque, somos capaces de desarrollar soluciones escalables, de bajo coste y mínimo consumo energético”, declara Rebecca Crowe, managing director de Sigfox España.
Iñigo Arizaga, director de Tecnología de la División ICT de Tecnalia, explica que esta tecnología se utiliza “en sistemas de acceso de banda estrecha —baja velocidad de datos— y largo alcance —decenas de kilómetros—, orientados fundamentalmente a aplicaciones de IoT, particularmente aquellas que requieren de la conexión masiva de dispositivos sencillos, que no necesitan transmitir grandes cantidades de información”.
Carlos Callejero, director gerente de Sensowave y cofundador de Digitanimal, señala que esta solución ofrece “la comunicación entre dispositivos conectados sin estar ligados a la cobertura y disponibilidad de la red móvil convencional”, ya que permite enviar y recibir datos sin necesidad de conexiones complejas o tarjetas SIM. “Las estaciones base simplemente escuchan y capturan mensajes de radio con un protocolo universal, mientras que los dispositivos asociados necesitan simplemente algo tan sencillo y tan pequeño como el chip de silicio que se encuentra en cualquier mando a distancia”, aclara Crowe.
De este modo, Arizaga destaca que el 0G ofrece “largo alcance sin necesidad de repetidores, funcionamiento en bandas libres de licencia —lo que en ocasiones también puede ser un inconveniente— y la posibilidad de contratar el servicio a una red ya desplegada u optar por un despliegue propio —Sigfox o LoRa, por ejemplo—”.
Otra de las ventajas del 0G es que estos dispositivos son muy sencillos, por lo que tiene un bajo coste de despliegue. La responsable de Sigfox indica que esta tecnología resuelve el desafío que comporta el elevado coste por escalabilidad. “Normalmente, a mayor número de objetos conectados, mayor es el coste, lo que es un problema a la hora de diseñar soluciones industriales. Un factor clave de la red 0G de Sigfox es su bajo coste. La simplicidad de nuestra tecnología permite que podamos ofrecer la mejor experiencia al usuario a un coste mínimo”, señala.
Asimismo, se trata de equipos con un bajo consumo energético, por lo que dispositivos del IoT que operan con esta tecnología pueden ser alimentados por baterías que ofrecen una autonomía de varios años. “Al ser soluciones sencillas, su autonomía y eficiencia energética son elevadas. Muchas de las soluciones basadas en la tecnología de Sigfox tienen una autonomía de varios años de duración. E incluso algunos dispositivos son capaces de generar la energía que precisan de manera autónoma, mediante fuentes renovables”, remarca Crowe.
En cualquier caso, no debemos entender el 0G en contraposición con el 5G. “No puede asegurarse que una tecnología es mejor que otra de forma categórica o absoluta. Para una aplicación concreta, habrá alguna tecnología que se adapta mejor que el resto, en función de las características que se prioricen”, expone el responsable de Tecnalia. Igualmente, Crowe opina que el 0G y el 5G no pueden considerarse “enemigos”, sino que son “estándares complementarios para la economía digital”.
Arizaga explica que “en la comparación entre el 0G y las tecnologías IoT basadas en los estándares celulares de 3GPP más próximos —Narrowband IoT o LTE-M—, las tecnologías 0G son superiores en aplicaciones en las que el coste y la autonomía de los dispositivos son aspectos críticos en el diseño, normalmente porque están asociados a un despliegue masivo”. Por su parte, considera que “los sistemas basados en tecnologías celulares son más apropiados para aquellos casos en los que hay requisitos superiores en cuanto al volumen de datos que hay que trasmitir, la velocidad necesaria y la latencia, muy importante para el control de algunos procesos”.
Las aplicaciones del 0G en el despliegue del IoT son muy variadas. “En general, son aplicaciones que necesitan de un despliegue masivo de dispositivos que transmiten una pequeña cantidad de datos a baja velocidad, no tienen requisitos de latencia y sí limitaciones importantes de coste y consumo. Se puede pensar en infinidad de aplicaciones con estas características: control de cultivos y agricultura de precisión, seguimiento de ganado en semilibertad, trazabilidad en el transporte de mercancías, aplicaciones de control industrial mediante sensores sencillos, sistemas de eficiencia energética en edificios —control de temperatura—, medición de parámetros ambientales —contaminación, ruido…— en una smart city…”, desgrana Arizaga.
Por ejemplo, habla de sus posibilidades en sistemas de ayuda al aparcamiento en las ciudades. “Hay una parte importante del tráfico en las ciudades que corresponde a vehículos que se encuentran buscando una plaza de aparcamiento. Los ciudadanos pierden diariamente mucho tiempo en esto. Existen despliegues basados en 0G —desarrolladas en España por empresas como Libellium o Urbiótica— que ofrecen soluciones a este problema. Mediante el uso de sensores de muy bajo coste y con varios años de autonomía que son instalados en las plazas de aparcamiento, se detectan aquellas que están sin ocupar y su localización es transmitida a través de una aplicación a los vehículos que están buscando aparcamiento por la zona, como San Francisco, Singapur, Berlín, Santiago, Sydney o Barcelona”.
Callejero destaca soluciones como los dispositivos GPS para localizar y monitorizar ganado. “Digitanimal ha diseñado y fabricado la solución en España y se ha asentado internacionalmente como líder en localización y control del ganado. Tiene presencia en más de 58 países, más de 15.000 dispositivos vendidos y más de 3500 clientes”, anota.
Por su parte, la responsable de Sigfox apunta que uno de los casos de uso más comunes es la monitorización de activos a lo largo de toda la cadena de suministro logística. “Cuando dichas cadenas son complejas, tener una visión clara en tiempo real de dónde se encuentra cada activo es esencial para ahorrar costes innecesarios y cumplir plazos de entrega. Dado que nuestra red es capaz de proporcionar cobertura en zonas aisladas o remotas —como en alta mar—, es un caso de uso especialmente extendido”, explica.
Otro ejemplo es la agricultura inteligente o de precisión. “Nuestra tecnología permite desplegar soluciones que, automáticamente y de manera remota, informen sobre un diverso abanico de datos, como el nivel de lluvia, el momento idóneo para abonar el terreno…”, especifica Crowe.
También tiene aplicaciones en el ámbito de la salud y los cuidados de las personas de edad avanzada. “Hemos lanzado una solución para monitorizar la salud y bienestar de las personas mayores que residan solas, especialmente vulnerables y dependientes. Permite detectar situaciones de riesgo y alertar a los familiares de la persona monitorizada mediante tecnología IoT. Además, es capaz de mapear las actividades habituales de la persona en su vivienda durante 15 días para aprender sus hábitos. Entiende cuándo acostumbra a levantarse y acostarse la persona monitorizada, cuánto tiempo está en casa o fuera del domicilio u otras situaciones comunes. Así, si hay una desviación significativa o un riesgo potencial, avisa por correo electrónico o SMS a sus seres queridos de manera inmediata”, detalla la portavoz de Sigfox.
Además, señala que la compañía ha desarrollado recientemente una solución para ayudar a BMW a monitorizar la ubicación de sus coches en un concesionario de Zaragoza, tanto en interiores como en exteriores. También ha ayudado a Correos a monitorizar la ubicación de sus jaulas de transporte de paquetes en territorio español. En ambos casos, sus soluciones resuelven el problema que supone la localización de activos que están en constante movimiento. “La gran autonomía, sencillez de despliegue y bajo coste de nuestra tecnología permite monitorizar de manera fácil un gran número de activos sobre el terreno”, remarca.
En ejemplo práctico de la aplicación de la tecnología 0G es el de la comercializadora de energía Servigas S XXI, a través de la marca comercial Gas Hogar. La compañía emplea tecnología Sifgox para monitorizar contadores de gas y electricidad y depósitos de gasoil. “Generamos más de 20.000 informes mensuales para nuestros clientes, con diferentes parámetros como temperatura, historial, predicción, alarmas tempranas de deficiencias, etc”, comenta Luis Tejados, director técnico de la empresa.
“Trabajar con redes 0G y con Sigfox nos permite tener costes bajos en la comunicación y poder ofrecer gratuitamente a todos nuestros clientes la monitorización de sus consumos. Y el despliegue de Sigfox nos permite operar en todas las ciudades. Nuestra tasa de comunicación está por encima del 94%”, explica.
“Todas las operaciones de cálculo se realizan en una plataforma de middleware, lo que nos permite transmitir pocos datos y realizar los cálculos a posteriori. Descartamos la posibilidad de usar M2M por la alta demanda que requiere la batería. Usando red 0G con Sigfox tan sólo necesitamos una pila AA para tener años de comunicación”, añade.
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