El Gobierno de Estados Unidos ha terminado emitiendo una prohibición en el terreno tecnológico que ya está teniendo sus primeras consecuencias. Su postura respecto a la entrada de Huawei en las redes 5G era conocida por todos y parecía anticipar una escalada de tensión de las relaciones entre el país americano y el gigante chino. Y finalmente así ha ocurrido.
La semana pasada, el presidente Donald Trump firmaba una orden ejecutiva bajo el enunciado de “Asegurando las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y la Cadena de Suministro de Servicios” que , sin nombrarla directamente, no solamente excluía a esta compañía de las redes 5G de ámbito estadounidense, sino que, alegando motivos de seguridad, va directa a la cadena de suministro y evita sus relaciones comerciales con fabricantes patrios.
“El presidente ha dejado claro que esta Administración hará lo que sea necesario para mantener a los Estados Unidos seguros y prósperos”, han declarado desde la Casa Blanca, “y para proteger a los Estados Unidos de adversarios extranjeros que están creando y explotando de manera activa y cada vez más las vulnerabilidades en la infraestructura y los servicios de tecnología de la información y las comunicaciones en los Estados Unidos”.
“Esta Orden Ejecutiva”, continúa el comunicado oficial, “declara una emergencia nacional respecto a las amenazas contra los servicios y la tecnología de la información y las comunicaciones en los Estados Unidos y delega autoridad al Secretario de Comercio para prohibir las transacciones que supongan un riesgo inaceptable para la seguridad nacional de los Estados Unidos o la seguridad de los estadounidenses”.
Tal y como explican nuestros compañeros de Silicon.co.uk, en la práctica se prohíbe a Huawei la adquisición de tecnología vital de Estados Unidos sin contar antes con una aprobación especial por parte del Gobierno. Los proveedores estadounidenses deberán solicitar permiso para proporcionarle productos, algo que dependerá de la demostración de que dicha transferencia tecnológica no daña la seguridad nacional estadounidense.
Teniendo en cuenta el mapa de alianzas actual de Huawei, esto podría dañar seriamente su capacidad para hacerse con elementos necesarios para la fabricación de sus dispositivos y sus ventas futuras. Sobre todo si se mantiene en el tiempo. Algo similar le ocurrió a su compatriota ZTE con la prohibición de componentes de abril del año pasado, que terminó levantándose unos meses después.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos habría añadido a Huawei y unos 70 afiliados a su Entity List. Y el veto ya se está dejando notar. Por un lado, Google no entregará ni hardware ni software ni servicios a Huawei, según informa Reuters, salvo lo que está sujeto a licencias de código abierto. ¿Qué significa esto? Que Huawei quedará apartado de productos como el servicio de correo electrónico Gmail o la plataforma de vídeos YouTube. O incluso de la tienda de aplicaciones Google Play. Tampoco podría implementar versiones íntegras de Android en sus próximos terminales.
Los responsables de Android se han manifestado a través de Twitter y han explicado que “estamos cumpliendo con la norma y analizando las implicaciones. Para los usuarios de nuestros servicios”, puntualizan, “Google Play y las medidas de seguridad de Google Play Protect continuarán funcionando en los dispositivos Huawei existentes”.
¿Y cómo está recibiendo el golpe la firma asiática? Desde la compañía han querido recordar que su equipo “ha contribuido considerablemente al desarrollo y crecimiento de Android alrededor del mundo. Como partner clave de Android”, dice, “hemos trabajado conjuntamente con la plataforma de código abierto para desarrollar un ecosistema que ha beneficiado tanto a la industria como a los usuarios”.
Sobre el futuro añade, sin dar grandes detalles que “seguiremos construyendo un ecosistema de software seguro y sostenible, para ofrecer la mejor experiencia a todos los usuarios del mundo”. Promete que “seguirá proporcionando actualizaciones de seguridad y servicios posventa a todos los smartphones, tabletas y dispositivos Huawei y Honor, tanto a los que ya se hayan vendido como a los que siguen estando en stock en todo el mundo”.
Las consecuencias de la orden ejecutiva no se quedan ahí. Van más allá de Android e implica a otros grandes nombres de la industria. De acuerdo con informaciones de Bloomberg, los fabricantes de semiconductores también estarían reaccionando y compañías como Intel, Qualcomm, Broadcom o Xilinx le están cerrando las puertas a Huawei.
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