A fondo: Las empresas tecnológicas se pelean, pero también se desean
Open19 Foundation e Istio son los dos últimos ejemplos de colaboración entre gigantes de la industria tecnológica.
La historia de la tecnología, y la de las compañías que conforman su entramado industrial, está marcada por la innovación constante. Y por la competencia feroz. Incluso por las guerras de patentes. No son raras las disputas que acaban sentando a referentes tecnológicos en los tribunales, aunque a veces se frenan a tiempo y enemigos que parecían irreconciliables se convierten en aliados de negocio. Las multas y sanciones no son la única solución. Hace tan sólo unos días Nokia y Apple sellaban la paz y pasaban de ser adversarios legales a convertirse en socios empresariales para infraestructura de red y salud digital.
Y es que la historia de la tecnología también está plagada de asociaciones, colaboraciones, pactos, acuerdos estratégicos y la fundación de empresas conjuntas, de proyectos a medias y de organizaciones con multitud de miembros que persiguen un objetivo común.
Es el caso de la 5G Automotive Association fundada en 2016 por Audi, BMW, Daimler, Ericsson, Huawei, Intel, Nokia y Qualcomm con el objetivo de explorar las posibilidades de la “movilidad conectada”. Esta iniciativa ha experimentado cambios recientemente. La española Telefónica ha entrado a formar parte de su lista de componentes. Y Samsung Electronics, que se unió a ella en enero, se incorpora ahora a su Junta Directiva. También recientemente, esta misma semana, se ha anunciado la apertura a nuevas incorporaciones de la recién nacida Open19 Foundation y la creación de Istio.
El nacimiento de Open19 Foundation e Istio
La Open19 Foundation es una organización surgida de un concepto que lleva dando vueltas desde 2016 y que ha sido impulsada por LinkedIn, básicamente, además de HPE y otros fundadores como Flex, GE Digital y Vapor IO. Alrededor de su concepto también se reúnen Delta, Inspur, Groupware y Molex. La gran novedad es que el proyecto se transforma en fundación. Y que sus miembros han anunciado que esta Open19 Foundation está abierta a más contribuciones que permitan ir fortaleciendo un ecosistema de socios y la comunidad usuarios, a nivel individual o empresarial.
¿Qué es lo que quiere la Open19 Foundation? “Soluciones de vanguardia”. Y optimizar el segmento de los centros de datos. Lo hará a través de innovaciones de hardware y software para “una nueva generación de centros de datos abiertos”, algo así como lo que pretende desde hace algo más de un lustro el Open Compute Project impulsado Facebook, otra de esas asociaciones entre compañías tecnológicas. Tal y como lo ven las empresas de Open19, cuyo nombre remite a la búsqueda de un estándar que funcione en cualquier rack EIA de 19 pulgadas, sería un grupo capaz de “resolver de forma conjunta los problemas del centro de datos, como si” esas mismas empresas “fueran un mega centro de datos”. Su presidente Yuval Bachar, que es ingeniero de la plataforma para profesionales LinkedIn, en la actualidad en manos de una Microsoft que curiosamente está implicada en el Open Compute Project, explica que “Open19 Foundation representa una solución simple para un problema complejo”.
De momento se está haciendo referencia a una especificación para un factor de forma de servidor que será común entre industrias y servirá de forma económica y flexible a diferentes operadores, con distintos tamaños. No en vano, la misión es encontrar soluciones adecuadas con independencia de la ubicación, pero también del tamaño. Aquí entra la idea de las instalaciones personalizables. De “mejorar la productividad, aumentar la flexibilidad y permitir un rápido despliegue e integración”, como destacan desde HPE. De poner centros de datos en marcha “en cuestión de minutos” encajándolos como si fuesen “bloques de Lego”, como describe Vapor IO.
En cuanto a Istio, depende de Google, IBM y Lyft. Se define como “plataforma abierta que proporciona una forma uniforme de conectar, administrar y asegurar microservicios”, y acaba de ver la luz. Este proyecto de código abierto cuenta ya con su primera versión, la 0.1, que de momento se limita al funcionamiento con Kubernetes. Eso sí, sus responsables ya han prometido que habrá soporte para más y más entornos. En el punto de mira están Cloud Foundry y las máquinas virtuales, y los lanzamientos de calado irán llegando cada tres meses. Además, se espera la adhesión de más miembros. Ya habría compromisos por parte de Red Hat, Pivotal, Weaveworks, Tigera y Datawire.
Entre las características de Istio se encuentra el uso del proxy Envoy. También el hecho de que permite trabajar sin cambios en el código, para imponer políticas de acceso, gestionar el tráfico entre microservicios o agregar datos de telemetría. La cuestión es que se podrían desarrollar, operar y mantener dichos microservicios de forma ágil, con monitorización y visibilidad de la red y cumpliendo con los requisitos de seguridad empresarial. Entre las ventajas que dice introducir se encontrarían las operaciones impulsadas por políticas, el uso de TLS para comunicaciones más un framework de seguridad alineado con la especificación SPIFFE. Esto es, además de la eficiencia o la adopción incremental de características, según las necesidades de cada uno. También pretende impulsar la productividad de los desarrolladores al cubrir la gestión de problemas y cuestiones de resiliencia.
Google, IBM y Lyft hablan de “inyectar de forma transparente una capa de infraestructura entre un servicio y la red que ofrece a los operadores los controles que necesitan, mientras se libera a los desarrolladores de tener que preparar soluciones a problemas del sistema distribuido en su código”. Hablan de “una malla de servicio”. E Istio sería precisamente la solución para convertir “microservicios dispares en una malla integrada”. ¿Hasta dónde llegará?
¿Cómo será acogido Istio? ¿Cuántos apoyos logrará la Open19 Foundation? ¿Se cumplirán todos los objetivos marcados? ¿Y cuáles serán las siguientes propuestas en demostrar que también hay espacio para la colaboración entre rivales tecnológicos? El tiempo se encargará de escribir esa nueva página para la historia de las alianzas.