A fondo: Con el cambio de década, “todo empieza a estar definido por software”
Así lo cree Veeam. Mientras, NetApp advierte de que las arquitecturas compositivas basadas en hardware perderán potencial.
Los mercados del almacenamiento y el backup de datos seguirá fuertemente marcado por la tecnología de cloud computing a lo largo de 2020. Hoy en día son mayoría las empresas que optan por opciones como la nube híbrida y el multicloud, y esto no cambiará de la noche a la mañana.
De hecho, su impacto se dejará notar con fuerza. “Con la adopción generalizada del multicloud híbrido como arquitectura de facto para los clientes corporativos, las organizaciones de todo el mundo se encuentran bajo una enorme presión para modernizar su infraestructura y ofrecer un valor de negocio tangible en torno a aplicaciones y cargas de trabajo que requieren una gran cantidad de datos”, opina Atish S. Gude, CSO de NetApp.
Gude cree que la clave estará en la adquisición de herramientas modernas y flexibles que ofrezcan capacidades de personalización.
Además, los ciberdelincuentes no van a frenar su actividad, por lo que la complejidad será mayor y “las empresas tendrán que garantizar que el 100 % de los datos críticos para su negocio se pueden recuperar”. Así lo apunta Dave Russell, vicepresidente de estrategia empresarial de Veeam, que en su caso ve como otra gran tendencia de 2020 la asimilación de soluciones al elegir entre la nube pública y el on-premise.
En concreto, Russell pronostica seis grandes situaciones para los próximos meses. En primer lugar, dice que “la adopción de los contenedores será más generalizada” que antes, siendo Kubernetes la plataforma predilecta de orquestación. Con ellos, la producción de soluciones se acelerará a través de capacidades DevOps.
Además, parece que “la gestión de datos en cloud aumentará la movilidad y portabilidad de los datos” en distintos entornos de almacenamiento. Veam cree que este año las empresas invertirán unos 41 millones de dólares de media en tecnologías de gestión de datos en la nube, algo que tiene que ver con la estrategia CDM y la necesidad de tener “tus datos, cuando y donde los necesitas”.
A lo largo de 2020, se incidirá en la afirmación de que “el éxito y la velocidad del backup permiten restaurar el éxito y la velocidad”. La interrupción de servicios, por el motivo que sea, con tiempos de inactividad más o menos largos es algo que los usuarios se niegan a aceptar. Esto implica pérdidas de reputación y económicas. Por eso, la fase de recuperación se llevará ahora el énfasis en el proceso de recuperación y backup. Aumentará la importancia de los SLAs y la disponibilidad de los datos. “La principal preocupación de las empresas en la actualidad es que el 100 % de los datos se pueda recuperar y que una recuperación completa sea posible en cuestión de minutos”, insiste Dave Russell.
Sobre las copias de seguridad, “las empresas reemplazarán, no actualizarán, las soluciones de backup”. Se apostará por soluciones de continuidad para las operaciones y una aceleración de las implantaciones tecnológicas. “A las empresas les preocupa la capacidad de los proveedores tradicionales para garantizar la disponibilidad de los datos y por eso optan por el reemplazo total de las soluciones de backup y recuperación en lugar de aumentar el número de soluciones de backup adicionales”, explica Russell. “Empezar de cero les aporta tranquilidad”.
Con el cambio de década, “todo empieza a estar definido por software”, sigue este experto. “Las empresas seguirán escogiendo las tecnologías y el hardware de almacenamiento que mejor se adapten a su organización; sin embargo, la gestión de los data centers se centrará aún más en el software”. Se pasa así de las prestaciones manuales de infraestructura TI a la infraestructura como código o IaC, que ayuda a ahorrar tiempo y dinero.
Veaam también considera que “todas las aplicaciones se convertirán en fundamentales para la misión” empresarial, “sentando las bases de un entorno en el que cada app será considerada de alta prioridad”. Y es que diferenciar entre aplicaciones realmente críticas y no fundamentales es difícil con la infraestructura digital.
Por su parte, NetApp dibuja un panorama para este 2020 marcado por tres grandes cuestiones. De acuerdo con su CSO, Atish S. Gude, el internet de las cosas impulsado por la inteligencia artificial (IA) se hará realidad gracias al 5G, que por fin dejará sentir su presencia. Así, por ejemplo, se espera que los entornos del conocido como edge computing acaben provocando mayor disrupción que la propia nube, con “un mundo en el que internet trabajará por nosotros, sin siquiera tener que preguntarnos”.
“De cara al despliegue generalizado del 5G, se utilizarán sensores de menor coste y aplicaciones de IA en proceso de maduración para crear entornos de edge computing que requieren un uso intensivo de la computación”, dice. “Este esfuerzo sentará las bases para entornos de internet de las cosas impulsados por IA con gran ancho de banda y baja latencia, capaces de propiciar grandes innovaciones y la misma magnitud de disrupción”.
Otro que dejará huella será el blockchain, con casos de uso que irán más allá de las criptomonedas. “El mundo está avanzando rápidamente y dejando atrás el Bitcoin para adoptar registros contables indelebles distribuidos” basados en Hyperledger, lo que en este caso “sienta las bases de una transformación que es exponencialmente mayor que el efecto que las criptomonedas han tenido en el blockchain en el ámbito de las finanzas”, indica Gude.
El año 2020 marcará un antes y un después. El blockchain se generalizará e impactará en sectores como la asistencia médica, con registros de pacientes universales y mejoras en la cadena de custodia.
Por último, “las continuas mejoras en el rendimiento del hardware de consumo, la virtualización basada en software y las arquitecturas de software de microservicio eliminarán gran parte de las ventajas de rendimiento de las arquitecturas compositivas basadas en hardware propietario, relegándolas pronto a funciones de nicho en los centros de datos”, predice NetApp. Es decir, la arquitectura compositiva basada en hardware, con una estandarización y adopción lentas, perderá potencial, ya que la virtualización del almacenamiento y las soluciones de virtualización de redes y computación basados en software aportan flexibilidad a menos precio y con un rendimiento considerable.
“El próximo año, los intentos de construir un verdadero modelo de computación a escala de rack basado en hardware sin duda seguirán su curso”, señala Atish S. Gude. “Sin embargo, la mayoría de las organizaciones que deben transformarse en 2020 se beneficiarán de una combinación de arquitecturas HCI modernas (incluida la HCI desagregada) y de virtualización y contenerización basadas en software”.