El bitcóin está en boca de todos en este tramo final del año por sus valoraciones históricas. En noviembre superó por primera vez los 10.000 dólares. Y hace poco incluso se duplicó, lo que lleva a pensar si el precio de esta moneda está justificado. Si su crecimiento tiene una base sólida. Y si puede llegar incluso más alto.
“Es evidente que lo que está impulsando los precios del bitcóin en este momento es su legitimidad como activo de inversión”, comenta al respecto Daniele Bianchi, profesor auxiliar de Finanzas en la Warwick Business School, al que Silicon.es ha preguntado sobre el boom de las criptomonedas y que aprecia “claros signos de una profesionalización acelerada del comercio” de dichas monedas.
“Hace solo unos días, tanto el CME como Cboe Global Markets recibieron luz verde en términos regulatorios para la inclusión de contratos de futuros en Bitcoin”, recuerda Bianchi, como “paso importante” en su trayectoria. Y ahí no se queda la cosa. “Otro impulso de confianza, a mayores, para los inversores de criptomonedas llegó después de que el Mercado de Valores de Australia (ASX) declarara que reemplazará su sistema de compensación actual con tecnología blockchain”, añade este experto.
Para llegar a comprender los índices de crecimiento que ha ido experimentando el bitcóin durante 2017, Adolfo Contreras, que es director en Patrón Bitcoin y a quien también hemos consultado sobre este tema, explica que “el dinero es sistema de información que representa el valor que generamos” cuando trabajamos o bien por medio de productos y servicios. Partiendo de esta base, “a las personas nos gusta que lo que generamos hoy siga teniendo valor dentro de muchos años. No nos gusta por lo tanto la inflación, ni que nos roben”, ni los “impuestos abusivos, bancarrotas bancarias, burbujas” y demás problemáticas.
“Es decir, no nos gusta nada que haga perder valor a lo que en algún momento hemos generado, y este ha sido el problema tradicional del dinero fiduciario o del oro”, resume Contreras. En este punto, “Bitcoin pretende ser la solución”.
Lo que hace Bitcoin es usar “software, creando una base de datos distribuida inmutable, en la que públicamente cualquiera [puede] mantener unos datos que son una representación del valor que en algún momento generó. Por lo tanto”, razona este segundo experto, “el valor potencial de todos los bitcoines, es igual al valor de toda la masa monetaria mundial”, más o menos. Así, “si en el mundo hay 100 trillones de dólares y el total de mercado de bitcóin es de 160.000 millones de dólares, significa que el valor potencial de bitcóin es muy pero que muy superior al actual”.
“La falta de un fundador o autoridad central que suponga una vulnerabilidad” pero también “la sencillez del lenguaje de programación empleado para bloquear y desbloquear las transacciones es un buen ejemplo de que lo que prima es eliminar cuantos más vectores de ataque mejor”, ahonda Contreras.
La aceptación que está teniendo hasta ahora esta moneda, concuerda Daniele Bianchi, tiene que ver con que “es visto como un ‘activo seguro’. Aunque sigue siendo altamente volátil”, dice el profesional de la Warwick Business School, “Bitcoin es visto como un activo alternativo como los metales preciosos y el arte y, como tal, no se relaciona con el mercado bursátil, lo que lo convierte en un diversificador atractivo. En este sentido, no está ligado a las decisiones políticas de ni un solo país, lo que es una ventaja clave en tiempos de incertidumbre política y económica”.
“La segunda razón principal de éxito”, continúa Bianchi , “es su creciente legitimidad”. Aquí “dos ejemplos obvios” son esa “introducción de contratos de futuros en CBOE y CME, dos de las bolsas de derivados más grandes del mundo. Además, grandes firmas minoristas como Expedia y Microsoft están aceptando bitcóin para reservas y compras”.
Por último, hay que tener en cuenta que “cada vez recibe más exposición y cobertura por parte de los medios de comunicación. La narración sobre Bitcoin es atractiva no solamente para los inversores institucionales en busca de altos rendimientos”, expone este docente de temas financieros, “sino también para los inversores minoristas que se sienten atraídos por las tasas de crecimiento de tres dígitos”.
Llegados a este punto, ante la duda de si lo que está pasando con Bitcoin es un mero furor especulativo que no hace más que hinchar una nueva burbuja tecnológica o el principio de una nueva era financiera, y a pesar de que “muchos comentaristas sostienen que Bitcoin es una burbuja pura”, Daniele Bianchi ve “más probable que la gente que invierte en bitcoines invierta principalmente en blockchain como una tecnología a la vanguardia de la innovación en los mercados financieros. El aumento de la legitimidad de las criptomonedas como inversión también se refleja en el creciente número de intercambios activos”, cuenta.
“Todo esto generará una presión creciente en el lado de la demanda del mercado de criptomonedas, es decir, es probable que los precios aumenten aún más a corto y medio plazo”, auguran desde la Warwick Business School.
Según Contreras nos encontramos ante “un paso más en la era de la información, un nuevo paradigma en el que los Estados tienen serios problemas para controlar la información”. Ya “les ocurre con las redes sociales y ahora les puede ocurrir con el dinero” también. “La única cuestión clave es si la seguridad de Bitcoin es la suficiente como para aguantar todos los ataques que constantemente le llegan. Hasta el día de hoy han sido muchos, y los ha superado satisfactoriamente. Y su comunidad de desarrolladores”, agrega, “es lo mejor que existe en el mundo hoy en día”.
El bitcóin no es la única criptomoneda que existe, ni mucho menos. Hoy por hoy “hay más de mil criptomonedas que se cotizan activamente en varias bolsas. Algunas de los más famosas son Bitcoin Cash, Ethereum, Litecoin y Ripple”, enumera Daniele Bianchi.
“Algunas de ellas se basan esencialmente en el mismo protocolo de Bitcoin”, indica Bianchi. Sería lo que ocurre con Bitcoin Cash, nacida este mismo año como división de la criptomoneda más popular de todas alas que han ido surgiendo. Mientras que “algunas otras están basadas en diferentes protocolos, por ejemplo Ethereum y Litecoin”.
“En cualquier caso, deberíamos tomarlas en consideración por diferentes razones”, considera este profesor de Finanzas, que explica que “Ripple ofrece pagos de precio eficiente en menos de un segundo usando una variante de la tecnología blockchain, que podría reemplazar al ampliamente utilizado sistema de pago transfronterizo SWIFT. Aunque en muchos aspectos es casi idéntica a Bitcoin, LTC” o, lo que es lo mismo, Litecoin, “tiene un coste de pago casi nulo y facilita pagos más rápido que Bitcoin al tener un tiempo de generación de bloque reducido, un número máximo de monedas mayor y un algoritmo de hash diferente”.
“Finalmente, a diferencia de Bitcoin, Ethereum representa una plataforma informática distribuida de código abierto que presenta contratos inteligentes, esto es, scripting” o una “funcionalidad basada en una máquina virtual Turing-completa descentralizada donde los scripts se pueden ejecutar usando una red internacional de nodos públicos y la validación se basa en una prueba de participación en lugar de en una prueba de trabajo”, desgrana Bianchi. “Ethereum está haciendo posible la explosión de la Oferta Inicial de Monedas (ICO), que se está convirtiendo en un método muy relevante para financiar start-ups y pequeñas empresas que han basado su actividad en las aplicaciones de blockchain”.
Lo que tienen en común “la mayoría de, si no todas, las criptos” es que “intentan resolver un problema simple, que es establecer un medio rápido y seguro de intercambios que no dependan de autoridades centrales ni de terceros”, apunta Daniele Bianchi.
Adolfo Contreras, director en Patrón Bitcoin, sin embargo, no cree que ninguna otra criptomoneda pueda equiparse al bitcóin. “Ninguna resuelve todavía un problema real, ni ninguna está haciendo algo que no se pueda hacer hoy en día en un servidor centralizado de manera mucho más eficiente”, argumenta.
“Además”, señala, “todas tienen fundador” o “equipo centralizado de desarrolladores, luego serían fácilmente manipulables por cualquier grupo de presión o Estado que no tendría más que encarcelar a sus fundadores para pararla”.
Este especialista en Bitcoin también ve muchas de las alternativas como “enormemente vulnerables a los ataques, precisamente por ofrecer supuestas acrobacias computacionales que no resuelven absolutamente nada. Son todas propuestas de valor que nadie ha probado todavía y que, en caso de hacerlo de manera segura, serían fácilmente implementables en Bitcoin, que ofrecería una red mucho más descentralizada que la que ofrece ninguna otra criptomoneda”, asegura, “por no hablar de sus efectos de red, es decir, el hecho de que al haber empezado antes, está mejor posicionada en todas las métricas de seguridad y descentralización que quieras emplear”.
“Un escenario posible es, sin embargo, que algunas criptomonedas que se creen terminen empleándose para determinados usos en ‘sidechains’, o cadenas paralelas a la blockchain de Bitcoin”, concede Contreras, pero con estas criptomonedas siempre referenciadas a Bitcoin”.
El invento está ahí, pero ¿de qué depende que estas monedas se acaben integrando en el día a día de la gente? ¿Se convertirán en algo mainstream? “Es demasiado pronto para saber si las criptomonedas se convertirán en mainstream a corto plazo. Sobre todo depende del hecho de que atraigan a operadores del mercado a gran escala y ganen legitimidad”, contesta Daniele Bianchi. “En otras palabras, la utilidad de las criptomonedas depende en gran medida de su difusión como método de pago, de modo que su volatilidad reducirá las preocupaciones sobre su riesgo percibido como inversión”.
Serían tres los grandes desafíos a los que se enfrentan: “violaciones de seguridad y hacking, intervenciones de tipo regulatorio y las actualizaciones tecnológicas y la posterior competencia de otras criptos”.
El tema de la seguridad es clave. De hecho, para Adolfo Contreras es “el aspecto más importante” para el funcionamiento de un invento tan pujante como Bitcoin. “Mientras su comunidad de desarrolladores sea capaz de prevenir ataques y de ir por delante de los hackers, no se me ocurre manera alguna de parar Bitcoin”.
“Si efectivamente nadie lo para, un escenario posible es que poco a poco aquellas personas o empresas que busquen seguridad para su dinero, empiecen a confiar en la criptografía”, que es algo que “ya está ocurriendo”. Y “a medida que esto ocurre, el valor total de todos los bitcoines empieza a ser significativo, y es entonces cuando pueden empezar ataques especulativos contra divisas más débiles”, hila Contreras.
“Aquellos bancos centrales que sean ‘atacados especulativamente’ podrían terminar comprando bitcoines para mantener el valor de sus reservas”, pronostica este experto , “y si esto ocurriese, no tengo duda de que llegaríamos a tener un auténtico patrón Bitcoin en un plazo de tiempo no muy largo”.
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