Los efectos de la pandemia de coronavirus se han dejado notar en los resultados de Atos durante su último ejercicio fiscal, sobre el que ahora ofrece detalles.
Sus ingresos anuales se quedaron en los 11 181 millones de euros, que es un 3 menos % orgánicamente y un 2,3 % menos a tipo de cambio constante. Las restricciones de movilidad y los confinamientos en la mayoría de los países en los que opera la compañía tienen algo que ver en esta caída. Su actividad se vio afectada por el aplazamiento de proyectos, por ejemplo.
Atos celebra que el descenso de su facturación fue limitado y destaca el “perfil resistente” de su modelo de negocio.
De hecho, al igual que existen consecuencias negativas, también hubo beneficios de la crisis sanitaria. Esta crisis ha desencadenado una fuerte migración a la nube y alta demanda de soluciones de trabajo digital, servicios de datos y seguridad. Por divisiones, la de Big Data y ciberseguridad fue, precisamente, la única de Atos que mejoró en ingresos durante 2020: un 15,8 % hasta los 1237 millones.
Por industrias, sólo registró crecimiento en el sector Público y defensa (un 7,5 % hasta los 2565 millones) y salud y ciencias de la vida (0,7 % para 1288 millones).
Para 2021, Atos espera volver a la senda del crecimiento y mejorar un 3,5-4 % en ingresos anuales.
“En el último trimestre de 2020 y a pesar de una prolongada crisis por la COVID, el fuerte dinamismo comercial del grupo llevó a un récord de reservas para todo el año”, anuncia Elie Girard, CEO de Atos.
El margen operativo de Atos se establece en 1002 millones de euros, que es un 9 % de los ingresos. Su beneficio neto fue de 550 millones de euros. La deuda neta bajó a los 467 millones frente a los 1736 millones de 2019. Y el flujo de caja libre ese sitúa en 513 millones.
La multinacional francesa consiguió alcanzar todos los objetivos que se había marcado para 2020 “ya en abril”, al inicio de la pandemia.
Girard revela que los ingresos se fueron “recuperando durante el segundo semestre” de forma progresiva. Atos implantó “un programa de costes estructurales y la generación de efectivo se ha mantenido fuerte”.
“Este logro es resultado de la aceleración del grupo para establecer una base duradera para el crecimiento en un momento en el que todas las empresas necesitan avanzar en su viaje digital”, ahonda el directivo. “El grupo también ha avanzado rápidamente en todas las dimensiones de Medioambiente, Social y Gobernanza” para “lograr una verdadera sostenibilidad”.
Una de las diez adquisiciones que Atos acometió en 2020 tuvo que ver con su meta de emisiones cero. Se trata de EcoAct, con la que ofrece compromisos medibles de reducción de CO2 en grandes contratos a través de acuerdos de nivel de descarbonización. En caso de no cumplir la reducción acordada, los clientes son indemnizados.
Esta es sólo una de las medidas que Atos ha tomado para volverse más sostenible. El año pasado también introdujo un mecanismo interno de fijación de precios de carbono y una aplicación que ayuda a sus empleados a causar menos impacto medioambiental.
La meta final de Atos es llegar a una emisión neta cero en el año 2028. De este modo se adelantará 22 años al objetivo fijado en el Acuerdo de París sobre el calentamiento global y en 7 años al propio objetivo que la compañía se había autoimpuesto con anterioridad.
En concreto, ha anunciado que reducirá las emisiones bajo su control e influencia en un 50 % para el año 2025 y que compensará las emisiones residuales en 2028.
Esto supondrá alcanzar el objetivo del SBTi de reducción de gases de efecto invernadero dentro de cinco años en vez de en 2030.
“Es hora de acelerar la lucha contra el cambio climático. Al aumentar nuestra propia ambición de descarbonización, apoyaremos mejor a nuestros clientes en su camino aprovechando el poder de las tecnologías digitales y su potencial identificado para reducir las emisiones de carbono hasta en un 20% en otros sectores”, comenta Elie Girard.
El director ejecutivo de Atos añade que “nuestro liderazgo mundial en la descarbonización beneficiará directamente a todos nuestros clientes”.
Durante 2020, la compañía redujo sus emisiones globales de carbono un 15 %, pasando de 3,3 a 2,8 millones de toneladas de CO2.
Las emisiones de sus oficinas cayeron un 34 %, en parte por el efecto del teletrabajo, con una apuesta acelerada por la energía limpia y renovable, que ya alimenta a un 44 % de sus instalaciones. Y ahora sus centros de datos consumen un 15 % menos y al menos 1 de cada 2 se apoya en energía libre de carbono.
Atos también está aplicando criterios de descarbonización a la cadena de suministro. Ha reducido en un 10 % el consumo de los nuevos PC. Y ha lanzado la supercomputadora más ecológica del mundo, ubicada en el Centro de Supercomputación de Jülich, en Alemania.
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