A fondo: Así afectan las tecnologías móviles a la empresa
Un estudio de NetMediaEurope entre cientos de organizaciones que operan en Europa desvela cuáles son sus prácticas en movilidad y sus previsiones para los próximos cinco años.
Cloud computing. Big Data. Internet de las Cosas. Wearables. Mensajería instantánea y redes sociales. Redes definidas por software… Son varios los fenómenos tecnológicos que obligan a las empresas a modernizarse si no quieren verse superadas por la competencia y sin posibilidad de recuperar las posiciones perdidas en poco tiempo. Otro de estos fenómenos que alteran, y mucho, la forma de operar de las organizaciones hoy en día es la movilidad. Smartphones y tabletas se están convirtiendo en dos herramientas de trabajo clave cada vez más habituales entre los trabajadores, que esperan poder conectar incluso sus dispositivos personales a la red corporativa. En Europa, 65 de cada 100 empresas ya han abrazado el BYOD, siglas de Bring Your Own Device o “trae tu propio dispositivo” a la oficina. Así lo desvela el informe “How mobile technologies are affecting organisations?” (“¿Cómo afectan las tecnologías móviles a su empresa?”) que ha elaborado NetMediaEurope.
Este informe, que recoge la impresión de 395 directivos, entre responsables TI y de negocio que trabajan en compañías de diferentes tamaños en Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España, descubre además que son las organizaciones de menor tamaño las que más abiertas se encuentran a esta tendencia. El 69 % y el 67 %, respectivamente, de las compañías encuestadas que no superan las 100 contrataciones permiten el uso de todo tipo de dispositivos con capacidades móviles para cuestiones de trabajo, incluido el ordenador portátil, o apuestan directamente por la combinación de smartphone y tableta. Estos porcentajes caen al 65 % y el 63 % en el caso de las plantillas de entre 100 y 1.000 personas, y hasta el 62 % y el 58 % para empresas que sobrepasan los 1.000 trabajadores. El problema es que se infravaloran los riesgos que lleva aparejado el BYOD. Dos quintas partes de las compañías aún no han implantado una política de seguridad BYOD eficaz, que entre otras cosas restrinja el acceso a datos sensibles, a pesar de que la introducción de los dispositivos personales en la oficina es una realidad innegable. Y, curiosamente, esta dejadez se vuelve más evidente cuanto más pequeña es la empresa, justo donde más BYOD se implanta.
Más allá del uso de dispositivos personales para tareas profesionales, es evidente que la movilidad empresarial está en auge. El uso de tabletas y dispositivos híbridos, que son capaces de funcionar tanto como tableta como a modo de ordenador portátil con sólo incorporarles un teclado a sus especificaciones, experimentó un incremento de dobles dígitos durante el último año. Esto significa que la opción tradicional de los sobremesas está sufriendo con fuerza las acometidas de alternativas igual de prácticas, pero más ligeras. Son varias las organizaciones que han admitido la entrada de tabletas en sus dominios a las que les preocupa el impacto del gasto de hardware, lo que al final provoca la imposición de medidas de contención como elegir híbridos en vez de ordenadores tradicionales cuando hay que hacer una compra, renovar equipos con menor frecuencia y fijarse en modelos más baratos que puedan dar un buen rendimiento. Durante los últimos meses también ha aumentado el número de empresas que proporcionan smartphones a sus empleados, hasta el 82 %.
El impacto de la movilidad puede estudiarse de dos formas diferentes: desde el punto de vista de las preocupaciones o bien explorando su beneficios. El tema de la seguridad despunta como la principal pega respecto a los dispositivos móviles que se utilizan en la empresa, principalmente entre las grandes firmas. Se trata de una preocupación que ha crecido 10 puntos en 2016 en comparación con la situación de 2015, y que tiene que ver con la posibilidad de que un dispositivo acabe robado o perdido de forma accidental, con las infecciones causadas por malware y con la desobediencia de los trabajadores. No en vano, el uso de aplicaciones no aprobadas por los superiores, como los almacenes cloud Dopbox y Google Drive, las redes sociales Facebook y Twitter o el sistema de mensajería Skype estarían a la orden del día. Como contrapartida, los empleadores son conscientes de que la movilidad trae mejoras de comunicación entre el personal de oficina, un incremento de la disponibilidad entre clientes y usuarios y mayores posibilidades de colaboración para los trabajadores. Esto repercute para bien en los niveles productividad.
¿Y qué pasará en el futuro? ¿Cómo será el panorama dentro de cinco años? Se cree que la seguridad permanecerá en la lista, como desafío de movilidad pendiente. Pero no será su único miembro. Entre un 35 % y un 41 % de las empresas esperan toparse con otras piedras en el camino a medida que avancen en movilidad, desde la velocidad de respuesta del departamento de TI a los proyectos de negocio hasta los costes de gestión y desarrollo de apps que se puedan integrar o ciertas limitaciones en conectividad. Pero al mismo tiempo se palpa optimismo. Hasta 6 de cada 10 compañías europeas prevén impulsar la productividad en el próximo lustro gracias a sus proyectos de movilidad y ser más eficientes, entre otras ventajas como la disponibilidad, la colaboración, la comunicación y la simplificación de procesos. A esto hay que añadir que el 59 % de los encargados de tomar decisiones en las compañías consultadas también adelanta que la movilidad acabará modificando el concepto que se tiene actualmente de la oficina y el trabajador Algunos de ellos incluso ven signos ya mismo de esa transformación y suplantación del modelo tradicional. Por último, parece que la interacción del móvil con el Internet de las Cosas superará a la integración establecida entre móvil y wearables, con un 54 % frente a un 37 %.
Puedes acceder al contenido completo del informe “¿Cómo afectan las tecnologías móviles a su empresa?” a través de la sección de whitepapers de Silicon.es, pinchando en este enlace.