Las listas de predicciones sobre lo que dará de sí 2020 son largas y abarcan todos los ámbitos, desde la analítica a la robótica, pasando por la ciberseguridad y el comercio electrónico. Los miembros de la industria están poniendo sobre aviso a consumidores y profesionales, para que no les pillen de improviso las innovaciones programadas para los próximos meses.
En cuestión de seguridad, por ejemplo, la convocatoria de elecciones presidenciales en Estados Unidos volverá a agitar el avispero de las noticias falsas. Las conocidas como fake news se han convertido en uno de los grandes desafíos. Así lo consideran empresas como S2 Grupo, Check Point y también ESET, para quien “la niebla de noticias falsas se espesa”. Los expertos creen que la polémica de la manipulación de datos vivida durante la campaña de 2016 volverá a repetirse en 2020.
“Ya sea desinformación o propaganda, el armamento de la información continuará”, afirma Tony Anscombe, evangelista de seguridad global de esta compañía de seguridad. “Somos testigos de violaciones masivas de datos y compromisos del sistema en empresas y departamentos gubernamentales, entonces ¿por qué la tecnología o los procesos de votación estarían exentos de ataques similares?”, se pregunta Anscombe, dando por hecho que la falsificación seguirá vigente el año que viene.
En este sentido, los internautas tendrán que agudizar sus sentidos. Por ejemplo, tendrán que aprender a distinguir vídeos reales de vídeos manipulados. Y todo ello por los avances que se producen en inteligencia artificial. “Los deepfakes están aumentando su calidad a un ritmo impresionante, el futuro podría ver esta tecnología convertirse en un lugar común para dañar a las figuras públicas al hacer que parezcan decir lo que el creador quiera”, analiza Jake Moore, que considera que el uso de herramientas inteligentes por parte de los ciberdelincuentes será un hecho en 2020. El segundo desafío de seguridad que observa ESET tiene que ver, por tanto, con el “aprendizaje automático” y la pregunta de si sirve para “crear seguridad o atacarla”, ya que la tecnología no solo está al alcance de la industria de la ciberseguridad, sino también de los cibercriminales.
El valor de los datos apenas se puede cuantificar. Es demasiado alto, para usuarios y empresas. Y su protección supone otro gran reto. ESET cree que, con el estreno de década, “es hora de un cambio radical” en la “privacidad de datos”. Esto pasaría por sustituir la protección con contraseñas por la autenticación multifactor y también por mayores multas en concepto de violación de privacidad, que deberían llevarse un porcentaje mayor de los ingresos de las organizaciones que incumplen las normativas. Para Lysa Myers, investigadora principal de seguridad de ESET, solo las empresas que conserven la funcionalidad respetando la privacidad “probablemente tengan una ventaja significativa en el mercado”.
ESET se plantea, asimismo, si las “ciudades inteligentes” son seguras o, más bien, “inseguras”. La realidad es que muchos dispositivos y sistemas que se utilizan en estas ciudades del futuro carecen de protocolos de autenticación férreos y ni siquiera cuentan con soluciones de seguridad. “Aunque los sistemas utilizados por los edificios inteligentes y las ciudades no navegan por la web ni abren el correo electrónico, aún necesitan protegerse contra el malware“, apunta al respecto la investigadora de seguridad Cecilia Pastorino, que ve los ataques de software malicioso a las ciudades como un problema que hay que tener en cuenta.
Otro punto de acción sería la “transformación digital” en la que están inmersas las empresas, especialmente para favorecer la movilidad, algo necesario pero que al mismo tiempo pone en riesgo a las corporaciones. “Nuestra capacidad para mantenernos conectados a las redes, independientemente de dónde nos encontremos, sigue aumentando la superficie de ataque de las organizaciones y la exposición al riesgo… la velocidad cada vez mayor de las empresas en la adopción de tecnología móvil a menudo ocurre sin la debida consideración por la seguridad”, advierte Camilo Gutiérrez jefe de Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica. Gutiérrez pronostica que en meses venideros “veremos a las organizaciones implementar cambios importantes en casi todas las áreas de sus negocios. El hilo conductor de todo esto será cómo manejan la información y los datos involucrados en sus operaciones”.
También aumentará su incidencia el comercio electrónico, que solo en España acumuló el año pasado 41 500 millones de euros en volumen de negocio, según datos de la ONTSI. Los internautas están llevando a cabo unas 50 compras al año o 4 por mes, especialmente en lo que se refiere a reservas de alojamiento, billetes para transporte, ropa y complementos, entradas para asistir a espectáculos y comida a domicilio. De cara a 2020, Webloyalty, que también ha lanzado sus predicciones particulares, opina que se apostará por “viajes y personalización”. El año que viene debería potenciarse un turismo “más sostenible, ecológico y social”, que tendrá en consideración el cambio climático. La tecnología ayudará a enviar al móvil de los usuarios consejos sobre destinos o a abrir las puertas de los hoteles directamente con el teléfono, en vez de con la típica tarjeta. “El móvil”, por supuesto, funcionará también “como dispositivo para comprar online”, más cómodo y cada vez más seguro.
“Los consumidores demandan que la interacción con las marcas sea rápida, personalizada y efectiva en cualquier momento y lugar. El mobile shopping, a través del canal móvil y las redes sociales, los programas de fidelización, logística inteligente y herramientas tecnológicas punteras como voice commerce, chatbots o el análisis de datos, determinarán las tendencias de los retailers en los próximos meses”, apuesta Paula Rodríguez, directora de Bussiness Development en Webloyalty.
Así, Webloyalty señala como fenómeno para el 2020 el “Social Commerce, para comprar sin salir de las redes sociales”, algo que representa a la perfección Instagram Checkout, disponible de momentos en los Estados Unidos, y que se antoja especialmente útil para el sector moda. Los expertos confían igualmente en los programas de “fidelización y suscripciones online”,para incrementar las ventas. Aquí destacan los programas de puntos, los clubes de compras y los programas monedero o cashback. Respecto a la “logística inteligente”, que también forma parte de las previsiones, supone el aprovechamiento del Big Data y la inteligencia artificial para estar al corriente del stock de productos en tiempo real, controlar la reposición, aplicar líneas de preparación de pedidos según estimaciones de ventas o utilizar las taquillas de recogida.
El “voice commerce“ o las compras por voz seguirán en auge en 2020, esta vez aplicándose a casos de uso como los pedidos a domicilio a través de comando de voz con dispositivos especializados, por lo que las tiendas deberían revisar sus estrategias omnicanal. Y, por último, “Big Data, inteligencia artificial y chatbots“ formarán un trío que permitirá estrechar el contacto con los usuarios y optimizar la atención al cliente. Muy importante será no solo generar gran cantidad de datos, sino extraer conocimiento de ellos.
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