Tras un año que siempre será recordado por la pandemia, llega el momento de mirar hacia adelante y sobreponernos. Y para ello, nada mejor que revisar cuáles son las tendencias tecnológicas que despiertan más interés para 2021 y los años venideros.
En primer lugar, hay que indicar que el impacto del coronavirus se deja sentir en la economía y, por ende, en la inversión en tecnologías de la información ( TI). Según las predicciones de IDC Research España, el gasto en TI alcanzará en nuestro país los 45.300 millones en 2020, un 4,1% menos que el pasado año. Y 2021 cerrará con una inversión de 44.900 millones de euros, con un descenso del 0,8% respecto al ejercicio que ahora concluye. Pese a todo, pronostica que el periodo 2020-2023 marcará una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) del 0,6%.
La consultora apunta que las principales palancas que impulsarán el gasto de TI en nuestro país en 2021 serán la necesidad de garantizar la continuidad de las operaciones de negocio, eficientar los procesos, garantizar la seguridad y acompañar el trabajo híbrido. Y esto se traducirá en varias tendencias.
IDC señala que las empresas se enfrentarán en 2021 a la modernización de las aplicaciones y a la integración de datos en los silos de nubes. La consultora predice que el 20% de las organizaciones adoptará arquitecturas de nubes conectadas para superar dichas dificultades. No en vano, indica que el porcentaje de empresas europeas que cuentan con más de un proveedor cloud ha aumentando en 20 puntos en los últimos tres años.
Además, adelanta que, en 2023, más de una cuarta parte de las nuevas cargas de trabajo que se están desplegando en las nubes públicas utilizarán desarrollo de hardware específico para cloud y componentes de infraestructura construidos expresamente por los proveedores, con el fin de optimizar para su uso los requisitos específicos de cada caso.
Fijando el horizonte en ese mismo año, también prevé que más del 60% de los proveedores de software se verán obligados a rediseñar o construir nuevas aplicaciones portátiles nativas de la nube por la demanda de las empresas de soluciones SaaS portátiles y dotadas de múltiples funciones, consumibles en la nube que ellos escojan.
Asimismo, predice que las empresas modernizarán más de la mitad de sus aplicaciones actuales para 2022, mediante el uso de servicios de desarrollo y despliegue de nubes ‘llave en mano’, con el fin de ganar agilidad empresarial.
Ignacio Gallego, Country Senior Officer de Nokia España, afirma en que “los proveedores de servicios deberán seguir preparando su infraestructura de redes para futuras eventualidades, debido a que los niveles de tráfico se han mantenido elevados incluso cuando no ha habido restricciones por la pandemia”
De esta forma, cree que asistiremos a “un crecimiento de las inversiones durante la próxima década en infraestructuras de nube distribuida en el borde de la red, para acercar los contenidos y la capacidad de computación a los usuarios finales”. Del mismo modo, opina que “la aceleración de la implantación de tecnologías como 5G y FTTH de próxima generación contribuirán en gran medida a mejorar el acceso y la conectividad en áreas rurales, remotas y con carencias de servicio”.
Recalca que “la pandemia de la COVID-19 ha incrementado aún más el potencial de creación de valor de 5G a medio y largo plazo, al acelerar la digitalización, especialmente entre los sectores menos avanzados en tecnología digital”. Así pues, opina que “el auge global de las inversiones en 5G hará que el 72% de las empresas invierta en 5G en los próximos 5 años”.
Además, hace hincapié en que las organizaciones han de comenzar o intensificar su planificación y acelerar la innovación de su modelo de negocio para aprovechar las grandes oportunidades del 5G y seguir siendo competitivas. “Más allá de la inversión en la tecnología en sí, esta transformación requerirá digitalizar las operaciones, los procesos y las maneras de trabajar para aprovechar todo el potencial de 5G”, detalla.
No hay que olvidar que la mejora de la conectividad es una de las prioridades de los fondos de recuperación que va a movilizar la Unión Europea.
Gallego explica que “se espera que la adopción de dispositivos IoT, desde sistemas inteligentes de monitorización de seguridad para el hogar hasta drones y dispositivos médicos, siga creciendo a medida que los consumidores y las empresas se muevan para aprovechar el alto ancho de banda, la latencia ultrabaja y las capacidades de red fundamentalmente nuevas que permiten las redes móviles 5G”.
Al hilo de ello, puntualiza que “cobra especial relevancia el tema de la seguridad”. “La protección de los dispositivos IoT y de la infraestructura de conectividad que los soporta será un factor clave para garantizar el éxito de la digitalización y la automatización de las operaciones y de los procesos en los sectores industriales”, detalla.
La pandemia ha marcado un antes y un después para el trabajo a distancia. Las empresas que no hayan migrado a la nube todavía seguro que darán el paso este año. IDC afirma que el 30% de los empleados trabajarán desde casa en 2021. A la par, señala que el 38% de las organizaciones fomentarán que se trabaje más desde casa y ajustarán el gasto en tecnologías de la información (TI) para apoyarlo. Además, casi la mitad (47%) de las empresas añadirá o ampliará el trabajo de casa a su política de recursos humanos.
Asimismo, anota que el 25% de las empresas del G2000 desplegarán tecnologías imbuidas de capacidades de manipulación y visualización de datos en 2022, impulsando la productividad colaborativa a través de la teleconferencia para una fuerza de trabajo híbrida.
IDC augura que el 45% de las tareas repetitivas de las grandes empresas se automatizarán o aumentarán mediante el uso de ‘digital coworkers’, fomentando la colaboración hombre-máquina, impulsada por la adopción de la automatización y de la IA. En este sentido, estima que el mercado en EMEA del software de automatización inteligente de procesos crecerá hasta 2023, con tasas superiores al 15%.
Computing también anticipa el auge de la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), con casos de uso que irán desde la automatización de tareas administrativas simples y repetitivas, utilizando robots de software; hasta la automatización de procesos comerciales más complejos, gracias al uso de IA y machine learning.
Sin embargo, advierte que todavía estamos lejos de la ‘automatización inteligente’. Considera que el mercado todavía está inmerso en la automatización de procesos simples de back office, por lo que estas soluciones serán las que demandarán las organizaciones en 2021, junto a algunos procesos orientados al cliente.
IDC también pronostica que más del 30% de las organizaciones habrán añadido capacidad de IA a su entorno de manejo de interfaces conversacionales y call centers en 2023. De igual modo, prevé que la mitad de los trabajadores interactuarán regularmente con su propio asistente de robots mejorado con IA en 2024, ayudando a identificar y priorizar tareas, recopilar información y automatizar el trabajo repetitivo.
Las dudas que se están generando en torno a la opacidad de los algoritmos que gobiernan las decisiones tomadas por la IA impulsarán el desarrollo de mecanismos más transparentes. Gartner reseña que la gobernanza de la ingeniería de IA conduce a una IA responsable, que aborda los problemas de confianza, transparencia, ética, equidad, interpretabilidad y cumplimiento. En este sentido, IDC vaticina que más del 60% de los sistemas de decisión mediante IA centrados en el consumidor incluirán disposiciones para explicar sus análisis y decisiones.
“Cuanta más visibilidad tengan los responsables de la toma de decisiones en los resultados de la IA, más confianza tendrán en las decisiones que toman los modelos. Añadir la supervisión humana y mejorar la explicabilidad de los modelos en cada paso de un proceso de decisión llevará la aceptación de la IA y de la toma de decisiones automatizada”, comenta João Oliveira, EMEA Business Solutions Manager de SAS.
Por otra parte, Cloudera señala que la IA ética va a ser fundamental durante los próximos dos años. “Hoy en día, las conversaciones giran en torno al anonimato de datos, pero el discurso se volverá más profundo. En 2021, la IA ética y la gobernanza de datos se van a aplicar a diferentes áreas, como el rastreo de contactos -en la lucha contra la COVID-19-, los vehículos conectados y los dispositivos inteligentes, así como a los perfiles digitales personales, con respecto al aumento de la huella cibernética que conduce a preguntas de privacidad”, expone la compañía.
Al hilo de ello, incide en la creciente preocupación por el uso de los datos. “Cada vez más personas son conscientes del poder de los datos y de la responsabilidad de su tratamiento por parte de las empresas. En 2021 veremos a más compañías implementar controles de ética de datos en el desarrollo de software. Y es que confirmar que lo que se desea desarrollar es moral va a estar al mismo nivel de importancia que garantizar la rentabilidad”, se apuntas desde Cloudera.
Gartner considera que en 2021 tendrá gran importancia el denominado internet del comportamiento (IoB, por sus siglas en inglés), a partir de la recolección y el uso de datos para dirigir las conductas. La consultora indica que cada vez son más las tecnologías en las que va quedando rastro de nuestra vida cotidiana, información puede ser utilizada para influir en los comportamientos.
Por ejemplo, la telemática puede monitorizar las conductas de conducción, desde el frenado repentino hasta los giros bruscos, permitiendo que las compañías analicen esos datos para mejorar el desempeño al volante, así como la ruta y la seguridad.
El IoB puede recopilar, combinar y procesar datos de muchas fuentes, entre las que se incluyen: datos comerciales de clientes; datos de ciudadanos procesados por agencias gubernamentales y del sector público; redes sociales; despliegues de dominio público de reconocimiento facial; y seguimiento de ubicación. La creciente sofisticación de la tecnología que procesa estos datos ha permitido que esta tendencia crezca. No obstante, advierte que hay que tener en cuenta las leyes de privacidad existentes en cada país.
Cada vez hay más tecnologías de cloud, big data y web (incluidos contenedores, Hadoop, etc.) de código abierto. Computing explica que las organizaciones no seleccionan estas opciones únicamente porque sean más baratas, sino también por su calidad, por el hecho de que los usuarios puedan contribuir a su desarrollo para satisfacer sus propias necesidades, porque llenan los vacíos en la cobertura que ofrecen las soluciones propietarias y porque una comunidad activa significa permite que los parches, correcciones y actualizaciones lleguen rápidamente.
De este modo, el software propietario está cediendo el paso a soluciones de código abierto de forma rutinaria, con el objetivo de atraer a los desarrolladores y reducir el tiempo necesario para llegar a la comercialización.
Compunting explica que hay varios factores que llevan a ello. Uno de ellos es el mayor uso de la nube, ya sea como forma de trabajo o como plataforma de distribución. Así pues, GitHub y los repositorios en la nube han supuesto un cambio de paradigma.
Además, remarca la unión de varios componentes de código abierto para construir plataformas que abarcan los distintos modelos de implementación. Un ejemplo de ello es Suse, creando versiones modulares de su distribución de Linux para ejecutarse en todas partes, desde centros de datos hasta dispositivos periféricos o la nube pública, superponiéndolo con otros componentes para crear una capa de infraestructura definida por software.
“Los que ya están contribuyendo a proyectos de código abierto, y participando en las fases iniciales de las comunidades, podrán aprovechar los avances que se están produciendo en el ámbito del código abierto. Esto acelerará el desarrollo de aplicaciones y dará lugar a nuevos casos de uso basados en la recopilación y procesamiento de datos en tiempo real”, afirma RedHat.
Visa prevé que el crecimiento que han experimentado los pagos digitales en 2020 se consolide en el próximo ejercicio. La compañía augura un mayor despliegue de los pagos a través del móvil y de las carteras digitales en España, con un incremento aproximado del 11%-12% en 2021.
También vaticina el impulso de la tecnología ‘tap to phone’, que permite a las pequeñas empresas aceptar pagos contactless sin necesidad de contar con un terminal de aceptación de pagos (TPV), convirtiendo sus smartphones con NFC en terminales de punto de venta sin contacto, sin necesidad de hardware adicional. Visa afirma que es una tendencia incipiente, pero avisa de que los dos próximos años serán un periodo clave en la expansión de esta tecnología.
Además, la empresa adelanta que el sistema ‘compre ahora, pague después’, todavía muy novedoso en España, es una tendencia que va a ir ganando popularidad. Visa afirma que el incremento en los pagos digitales y de las compras en ecommerce que hemos experimentado en 2020 ha hecho que los consumidores demanden mayor velocidad, flexibilidad y conveniencia en la forma de pago.
Por otro lado, hay que recordar que el 1 de enero de 2021 entra en vigor de la Directiva Europea de Servicios de Pago, que exige la verificación de la identidad del usuario mediante al menos dos de los siguientes factores de autenticación: algo que posea (su propio móvil, por ejemplo), algo que conozca (pin o contraseña) y algo inherente al usuario (huella digital, reconocimiento facial, etc.).
“Esta directiva podría condicionar el mundo de los pagos en línea más que la propia pandemia”, apunta PaynoPain. “Por un lado, favorecerá el uso de los rasgos biométricos para la aprobación de los pagos de una forma cómoda y fácil para el usuario. Por otro, planteará la necesidad de que los negocios busquen fórmulas que, además de cumplir con la autenticación reforzada, les permitan realizar cobros recurrentes sin minar la experiencia de usuario. Esto significa integrar tecnologías que eviten al usuario tener que identificarse cada vez que realiza una compra o, al menos, hacer este proceso más rápido”, precisa la compañía.
atSistemas cree que ésta puede ser una de las tendencias tecnológicas más destacadas en 2021, de la mano del Consorcio Alastria y varias grandes empresas españolas. Este proyecto consiste en la aplicación de la tecnología blockchain para desarrollar un modelo de identidad digital autogestionada que permita que el usuario pueda disponga de todos sus datos personales en una sola identidad digital, almacenados en su propio dispositivo móvil.
Este sistema permitirá que el usuario decida con quién comparte sus datos en cada momento de forma rápida, sencilla y segura, facilitando la contratación de todo tipo de servicios sin tener que rellenar formularios. Por ejemplo, podrá utilizar sus datos validados por otras entidades para alquilar un coche, contratar un seguro, pedir un préstamo, dar de alta el servicio eléctrico, etc. Todo ello, con el respaldo de la tecnología blockchain, que aporta la certeza de que la información es fiable y no ha sido alterada.
Además, en la primera y segunda entrega de la serie de reportajes ‘Primeras predicciones de ciberseguridad para 2021’ analizamos cuáles serán las tendencias en este ámbito en el año que está a punto de comenzar.
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