¿Por qué la empresa debe migrar a Windows 7?
Toda inversión, y la migración hacía otro sistema operativo lo es, debe ser sopesada en el centro de las organizaciones en base a su retorno de la inversión (ROI).
Actualmente -merced especialmente a estos momentos de incertidumbre económica- es importante evaluar de manera precisa sus necesidades y expectativas en lo concerniente a sus sistemas de TI, garantizando una utilización óptima de su infraestructura tecnológica concretada sobre el hardware y el software de su empresa a través del sistema operativo.
El sistema operativo es, por tanto, el puente de comunicación entre su hardware y su software o, lo que es lo mismo, entre sus equipos y las aplicaciones que le dan valor a los mismos. En consecuencia, el sistema operativo constituye el auténtico corazón de sus sistemas de información. Cualquier intervención sobre dicho órgano debe ser meticulosamente estudiada.
Un diagnóstico precipitado como el que pueda sugerir una migración nacida por la necesidad de estar actualizado o estar a la “moda” puede suponer, además de costes estériles, daños irreversibles en sus sistemas.
Windows 7 es ya en su Release Candidate un sistema operativo muy robusto que en su esencia aventaja a su antecesor Vista utilizando todo su potencial gráfico y eliminando sus principales debilidades como son el uso abusivo de recursos (básicamente procesador y memoria). La compatibilidad de drivers y gestión de red está garantizada si procedemos de Vista, por lo que sólo en este caso reducimos drásticamente los riesgos inmediatos de una migración. En los equipos más actuales, su kernel o núcleo X64 real supone una serie de importantes beneficios entre los que cabe destacar la ampliación en la capacidad de memoria direccionada, la sustancial mejora en la velocidad de cálculo y la inmunidad a virus del catálogo de 32 bits.
En la migración a Windows 7 desde sistemas precedentes a Windows Vista (XP, 2000, 98, 95 o incluso NT) debemos básicamente evaluar por un lado las bondades tecnológicas y su repercusión sobre la mejora de la productividad en sus usuarios, y por otro, el coste de actualizar el parque informático condicionado por la capacidad que requiere el nuevo W7 en concepto de velocidad de proceso, capacidad gráfica y memoria del sistema. No hay que olvidar analizar la compatibilidad de sus drivers y sobre todo la garantía de buen funcionamiento en sus aplicaciones de negocio.
En la migración a Windows 7 desde Vista o XP los usuarios de su empresa percibirán innumerables ventajas y mejoras. Algunas de las más destacadas son un arranque más rápido, una mejora sustancial en el empleo de la memoria, agilidad en la lectura y grabación sobre disco así como un interface más potente e intuitivo que se viste con una nueva barra de tareas.
La seguridad y la fiabilidad son también dos aspectos claves en la valoración de un sistema operativo y, a juzgar por las pruebas de rendimiento hechas hasta el momento, W7 supera con creces el resultado obtenido por Vista. Con todo, podemos concluir afirmando que la migración a W7 desde Vista o XP es natural y lógica, por lo que es recomendada para la mayoría de las empresas y/o usuarios que puedan permitirse la inversión que supone el coste de adquisición de las respectivas licencias.
En otros escenarios la migración debe pasar por un estudio de riesgos así como del ROI. En estos casos, es aconsejable dejar la evaluación para un experto, el cual le asesorará informándole sobre las ventajas, inconvenientes (si hubiera) así como de los costes asociados.
En resumen, una migración bien evaluada a la versión de W7 que más se ajuste a sus necesidades, le supondrá, al margen de costes en concepto de licencias y actualización del parque informático (si se requiriera), un potente y novedoso puente de comunicación con su equipo que le augurará agilidad y seguridad en su información. Sus usuarios mejorarán su productividad una vez adiestrados incrementando las posibilidades de explotación de las nuevas capacidades de conectividad, búsqueda, web y servicios multimedia.