Si se teclea ‘trucos de Pet Society’ en Google, el buscador recupera 90.100 entradas. Pet Society acompañado de Facebook da como saldo final 812.000 direcciones. El nombre del jefe de Estado español, Juan Carlos I, supera ligeramente el millón doscientos. ¿Es la aplicación de la red social Facebook un nuevo éxito del ciberespacio?
Por lo de pronto ya cuenta con su entrada en tres idiomas en la Wikipedia y con un número al alza de usuarios, en todos los países en los que está presente la red social. Con su aspecto infantil y sus atractivos colores pastel, Pet Society parece un precioso e inofensivo entretenimiento aunque lo cierto es que es, como todo, un aspecto más del negocio.
En su primera hora de vida, Pepi, la mascota virtual creada por Silicon News para probar el producto, visitó, abrazó, besó y bailó con sus más de 20 amigos. Por cada visita, recibió unas doradas monedas virtuales, que pudo gastar en ropa, comida, muebles y cortinas. Cada compra invita a comprar aún más, por lo que Pepi acabó corriendo en el estadio de carreras para poder conseguir más dinero y comprar más cosas.
“Lo tienen muy bien montado”, apunta María, usuaria desde las pasadas Navidades y la más antigua en el juego de las amigas de Pepi. María apunta que cuanto más se juega, más se avanza en niveles y más habitaciones añaden en la casa de la mascota, lo que invita a seguir jugando. Y, además, recuerda la jugadora, al principio se avanza muy rápido, para después ralentizarse el crecimiento a medida que el nivel es más alto.
En ningún momento, Pepi se planteó acudir al banco virtual en el que un animado banquero permite comprar más monedas de oro. La fiebre consumista, por el momento y según se desprende de los usuarios encuestados, no lleva a que los dueños de estas mascotas virtuales compren este dinero dorado.
“¿Gastarías dinero en tu mascota?”
“No, ni en broma”, confiesa Helena, cuya mascota, Cho, ha conseguido en menos de una semana hacerse con una casa bastante completa. “De hecho me quedé bastante sorprendida cuando me enteré de que puedes comprar monedas (el dinero de Pet Society) dando tu número de tarjeta… ¿Quién está dispuesto a eso?”, se pregunta.
“Como todo, puedes tener una cuenta gratuita o no”, apunta Ana, otra usuaria. “Supongo que la gente se vuelve adicta”, añade con cierta resignación, aunque especifica que ella nunca pagaría por mantener con vida a su mascota virtual. Entonces, si los usuarios no parecen muy convencidos con la idea de pagar por estar en las sociedades de mascotas, ¿cómo se mantiene Pet Society? y, sobre todo, ¿qué puede hacer de ella la aplicación del millón de dólares?
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