Un estudio compara las contraseñas online con la ropa interior
Desde Kaspersky Lab recuerdan la importancia de no compartir con otras personas las credenciales que dan acceso a cuentas online privadas y recomiendan reemplazarlas por otras contraseñas a menudo, como ocurre con la ropa interior.
¿Qué tienen en común las contraseñas que dan acceso a distintos servicios online y la ropa interior que todo el mundo usa?
Según Kaspersky Lab y el Instituto Francés de Opinión Púbica (IFOP), más de lo que pudiera parecer así, de buenas a primeras. Y para ello han puesto a prueba a los europeos. Estas dos organizaciones han elaborado un estudio en el Viejo Continente que lleva por título “Las contraseñas son como la ropa interior”.
“Tendemos a pensar que las contraseñas realmente no nos protegen y que no son más que un requisito molesto creado por expertos TI para hacernos creer que nuestras credenciales son seguras”, señala Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Lab Iberia.
“La realidad es que los ciberdelincuentes están dispuestos a gastar mucho tiempo y dinero en tratar de robar las contraseñas que protegen nuestra información más confidencial”, continúa Ramírez. “El estudio”, dice este experto en referencia a la investigación compartida con IFOP, “muestra claramente las actitudes contradictorias que tienen los usuarios frente a las contraseñas”.
“Preferimos asumir el riesgo de exponer nuestra vida privada en lugar de cumplir con las directrices para protegernos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, mantener la información a salvo consiste en seguir solo unas cuantas reglas básicas. Por ejemplo: no se deben compartir las contraseñas, no deben estar a la vista de todo el mundo y conviene cambiarlas regularmente -al igual que la ropa interior”, determina Alfonso Ramírez.
Y es que las conclusiones a las que llega el estudio son reveladoras. Los internautas cuidan más sus hábitos de higiene personal que los de conexión a Internet.
Por ejemplo, se sabe que dos quintas partes de los usuarios han revelado alguna vez sus credenciales a otras personas. Y que alrededor de 1 de cada 4 personas las habría compartido con compañeros de piso y con colegas de la oficina, concretamente.
Ante la disyuntiva de dejar su ropa interior o decirle a un conocido cuál es su contraseña, la mayoría prefiere esto último. Habría respondido así un 71 % de los encuestados.
Otro porcentaje que merece la pena destacar es el que determina que no se renuevan las contraseñas tan a menudo como se debería. Frente al 87 % de los europeos que se muda de ropa interior a diario, la cantidad de quienes modifican su contraseña menos de un par de veces al año o que nunca lo hace es del 50 %.