SiliconWeek ha visitado la planta que la firma estadounidense CSC tiene en Avilés, Asturias, para conocer la forma en que trabaja, su visión del mercado y ha podido hablar con Igor Botamino, Delivery Center Manager en la empresa y de Maria Pardee, Vice President and General Manager a nivel global de WorkPlace en CSC GIS.
Más de 800 trabajadores, jóvenes y de diversas nacionalidades, sentados frente a sus escritorios. Respondiendo llamadas a personas de toda Europa o solucionando problemas a empresas de la región en una amplia variedad de asuntos relacionados con software y servicios de tecnología. Se siente un ambiente cómodo y distendido. En los pasillos hay grupos de personas que charlan. Se trata de la empresa CSC, o Computer Science Corporation, que provee de servicios relacionados con un amplio rango de tecnologías de la información.
Sorprende que se encuentra en Asturias, una región al norte de España que hasta hace poco era rica gracias a la extracción del carbón, cuya industria ha ido cerrando poco a poco en las últimas décadas, y gracias a su actividad siderúrgica y metalúrgica, que ahora está en decadencia. Asturias parece no haber sabido reinventarse, lo que se demuestra al ver a la gente joven, sobre todo aquella que se ha formado, obligada a emigrar a otras regiones de España o del extranjero.
Sin embargo, CSC se muestra como un ejemplo de saber aprovechar las oportunidades en medio de esta crisis económica: ha multiplicado su plantilla por veinte en nueve años y hace unos meses confirmaba los planes de expansión de la multinacional en nuestro país, en un futuro corto.
Cuenta como principales clientes a una amplia lista de multinacionales centradas en diversos ámbitos como aseguradoras, fabricantes de automóviles o firmas de telecomunicaciones, además de instituciones públicas. En 2012 amplió sus oficinas, inauguró un nuevo edificio en el Parque Tecnológico de Avilés y los directivos no descartan tener que rentar nuevas oficinas próximamente para tener donde alojar a más empleados.
La estadounidense CSC llegó a Asturias en los años 90 de la mano de la DuPont, una de las principales firmas extranjeras que trabajaban en la región en aquel momento. Aunque la DuPont ya se ha visto obligada a cerrar tres de sus fábricas en esta región situada al norte de España, CSC ha logrado seguir creciendo. Tanto que, a día de hoy, esta planta de CSC es un emplace clave para la marca, por la calidad de su mano de obra, su crecimiento anual y por el servicio que es capaz de ofrecer a sus clientes globales.
Todo esto sin haber sido nunca destinatario de ningún tipo de incentivo, ni económico, ni de ninguna otra índole, por parte del Principado de Asturias.
Estando dentro de un país que vive una crisis económica, lo necesario es cruzar las fronteras. La clave principal, según las palabras de Igor Botamino, Delivery Center Manager en la empresa, es haber logrado un equipo de trabajadores capaz de asistir a los clientes en nueve idiomas diferentes. Para ello, CSC ha firmado acuerdos con la Universidad de Oviedo para poder contar con estudiantes cualificados, se valoran las personas que hablan idiomas y, además, la firma busca trabajadores fuera de nuestras fronteras, mostrándoles que Asturias es un lugar que ofrece mucha calidad de vida, por las actividades de ocio que aporta, el bajo coste de vida y la comodidad de moverse de una ciudad a otra.
CSC desde su base en Avilés, cuenta con 800 empleados de 32 nacionalidades diferentes, lo que les permite ofrecer sus servicios de asistencia en una gran cantidad de idiomas diferentes. Concretamente, en nueve: Español, francés, inglés, italiano, alemán, holandés, portugués, checo y polaco, para cubrir así una gran parte de los clientes que la empresa tiene en Europa.
En comparación con las plantas en India, CSC Avilés resulta más costosa a la empresa pero su equipo es capaz de comprenderse mejor con los clientes de Europa, por razones culturales, por ofrecer servicios en una variedad de idiomas y por coincidencia horaria.
La clave de CSC se encuentra en contar con un ambiente multicultural para poder llegar a más mercados, mientras persiste la crisis económica en España.
Igor Botamino cree que es de destacar el ambiente de este centro situado en el corazón de Asturias. Con una media de edad de 34 años y personas de varias nacionalidades, los directivos de CSC quisieron desde un primer momento contar con personas cualificadas en su plantilla.
También buscan trabajadores en el extranjero. Aunque en Asturias el salario sería más bajo que en otros países al norte de Europa, la empresa hace hincapié en una realidad: la región es asequible para vivir, ofrece mucha calidad de vida por la buena infraestructura, su tranquilidad, la facilidad de movilidad de unas ciudades a otras y mucha oferta de ocio variada.
Un 60% de los trabajadores son asturianos y el resto son de fuera de esta Comunidad Autónoma. Destaca que se pueden encontrar personas de 26 nacionalidades diferentes. También se contratan licenciados en filología para poder desarrollar encuentros con los partners, por su buen conocimiento de idiomas extranjeros. Sobre todo para asuntos de recursos humanos o de coordinación de incidentes.
Durante la visita de SiliconWeek a CSC Avilés, la vicepresidenta y gerente general de la división GIS Workplace en la empresa, Maria Pardee, también se encontraba en la ciudad asturiana conociendo el centro de primera mano y aprovechamos para conocer sus impresiones.
Pardee comentó que desde Washington ya había recibido buenas noticias sobre la marcha de esta planta situada en Avilés y felicitó a sus compañeros por el trabajo que están realizando. Un valor que ha visto en esta organización: poner al cliente como prioridad, según Pardee.
Maria Pardee no quiso adelantar planes concretos pero ha dicho que la empresa sí tiene en mente hacer crecer esta planta asturiana. “Esperamos tener nuevos clientes fuertes que derivaremos a esta planta de CSC en el norte de España”.
En estos momentos, las operaciones estadounidenses de CSC se han dividido en dos, algo que no afectará a la actividad de la firma en Europa. Lo que se hará es, tener por un lado las actividades con empresas privadas y, por otro lado, la actividad con el gobierno de Estados Unidos, un gran cliente de CSC para gestionar sus servicios y soluciones TIC. De acuerdo con Pardee, esta decisión se tomó porque muchos clientes internacionales desconfiaban de la empresa al tener una relación tan estrecha con el gobierno de Washington, estos años en los que mucho se habla de espionaje de estado.
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