El teletrabajo es una de las grandes tendencias de 2020 que se mantendrá durante 2021. En ello coinciden los analistas y también las compañías tecnológicas, que deberían seguir innovando en dispositivos y software para crear un entorno de trabajo remoto realmente eficaz.
Lenovo cree que hay ocho cuestiones que se pueden optimizar a lo largo de este año para dar respuesta a las nuevas necesidades de los trabajadores.
Teniendo en cuenta que las videollamadas son ya una herramienta fundamental en esta sociedad víctima de la pandemia de coronavirus, las cámaras serán una de las tecnologías a revisar. Lenovo cree que se incorporarán importantes mejoras en todo tipo de dispositivos, pero especialmente en los ordenadores. Por ejemplo, en la forma en que se controlan y aprovechan las señales de vídeo.
Asimismo, se esperan adelantos en la tecnología de audio, empezando por una calidad de voz mejorada y siguiendo por funcionalidades como el modo para silenciarse, el reconocimiento de personas a través de procesamiento de lenguaje natural e inteligencia artificial, la posibilidad de tomar notas o las traducciones en tiempo real.
Lenovo confía, en definitiva, en que “los cambios en las tecnologías de colaboración con el desarrollo de imágenes enriquecidas multilente y la supresión de ruido en el audio ayudarán a tener interacciones virtuales más naturales, en vez de centrarse únicamente en casos de uso de productividad”.
Vinculado a esto ganarán presencia las pizarras de colaboración digital y la grabación de vídeo, entre otras soluciones para la colaboración asíncrona.
Por otro lado, el trabajo desde casa y otros lugares distintos a la oficina tradicional se verán favorecidos por unos diseños ergonómicos del hardware, tanto de las computadoras y monitores como de los accesorios tipo teclados y ratones.
Las pantallas comenzarán a ser más grandes y portátiles, así como regulables, con biseles más pequeños y resoluciones más potentes, nuevas relaciones de aspecto y una emisión reducida de luz azul para evitar la fatiga ocular.
Como el hogar se convierte en la nueva sede laboral, la importancia de la impresión decrecerá para dar paso a las aplicaciones de colaboración y las soluciones de gestión multinube, que permitirán gestionar cargas de trabajo desde una única interfaz. Lo que sí podría avanzar es la impresión 3D.
El soporte de TI evolucionará para adaptarse a una plantilla distribuida. En la nueva normalidad se apostará por tecnologías de autoservicio, un soporte predictivo apoyado en el aprendizaje automático y los productos con capacidad de autorreparación. También se pondrán en valor el aprovisionamiento sin intervención, los servicios gestionados y el software como servicio para predecir problemas.
Finalmente, las soluciones de internet de las cosas para supervisar la seguridad en el lugar de trabajo, como accesos sin contacto en acreditaciones o sensores de temperatura, tendrán un papel clave.
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