Hoy, 19 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Mujer Emprendedora. Una efeméride muy a propósito para homenajear, por un lado, a aquellas mujeres que colocaron sus ideas y sus sueños por delante de las convenciones sociales y, por otro, para recordar que en la mayoría de países del planeta, España incluida, emprender sigue siendo considerado cosa de hombres.
De hecho, el porcentaje de mujeres emprendedoras en 2013 era, según el Informe GEM España, de sólo el 4%, poco más de la mitad que el de los hombres, cifrado en el 7,36%. Una perspectiva que, paradójicamente, ha mejorado algo con la crisis, pero que aún está lejos de la igualdad.
Las diferencias no son sólo cuantitativas, sino también cualitativas. Las mujeres tienden a emprender en mayor medida en los sectores de consumo –a los que se orienta un 65% de mujeres frente al 45,4% de hombres-. En cambio, la participación femenina en los sectores tecnológicos es menor (4,8% frente al 7% de los varones), como reflejo de la tradicional segregación en este ámbito.
En cuanto al apoyo que se presta a las mujeres empresarias en España, factores como la conciliación de vida profesional y familiar, la aceptación social de las empresarias, el fomento del al autoempleo y la percepción de oportunidades de negocio, no están a la altura de las capacidades de las mujeres españolas. Es más: el último Índice global de género, emprendimiento y desarrollo, elaborado en 2014 por la multinacional tecnológica Dell, suspende a España en el apoyo a la mujer emprendedora, con 49 puntos sobre 100. Una valoración inferior a la media de los países de la UE.
¿Qué hacer para mejorar el panorama para las emprendedoras, especialmente las tecnológicas? Por un lado, desarrollar más las políticas de emprendimiento para las mujeres y, sin perjuicio de lo anterior, apoyar la creación y establecimiento de nuevos negocios, con especial atención a campos considerados tradicionalmente “masculinos”.
A este respecto, encontramos iniciativas como el Premio Emprendedoras, convocado por Madrid Emprende y Yo Dona, o la red profesional para mujeres y emprendedoras Womenalia. Algunas de las emprendedoras TIC que hoy recordamos han aprovechado estas iniciativas. Otras han salido adelante con la única ayuda de sus ideas y su esfuerzo. Todas, eso sí, son un ejemplo para las mujeres que quieren convertir su proyecto tecnológico en una realidad.
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