La tecnología marca el camino a empresas de todos los sectores, tamaños y partes del mundo. El mundo evoluciona a marchas aceleradas y los negocios tienen que hacerlo con él, algo que se consigue llevando a cabo proyectos de transformación digital.
Los directivos lo saben y un 70 % de las compañías tiene previsto incrementar sus presupuestos en tecnología en 2023 o, al menos, mantenerlos.
Así queda registrado en el tercer informe global sobre cuestiones tecnológicas de Bain & Company, que explica que la tecnología se posiciona como principal vía de productividad.
La Web3, el multiverso o la inteligencia artificial concentrarán parte del interés, impulsando mejoras en la creación de contenidos, el tema de la identidad o la fidelización de los clientes. Bain & Company destaca la posibilidad de democratizar la experiencia online, permitiendo que los usuarios ganen el control de sus datos y una personalización masiva.
La cuestión es cómo aprovechar las innovaciones tecnológicas en el actual contexto de dificultades geopolíticas y macroeconómicas.
La invasión rusa de Ucrania o la disputa comercial sostenida entre Estados Unidos y China son algunos de los focos de tensión.
“Lograr desenmarañar estos mercados es complejo e, incluso con la aceleración de este año, llevará tiempo. Las empresas han de plantearse qué inversiones necesitan para equilibrar los posibles impactos a corto plazo“, evalúa Anne Hoecker, socia de Bain & Company.
Por otro lado están los efectos persistentes de la pandemia, los problemas de suministro y la escasez de chips. A nivel de semiconductores, hay compañías que no experimentarán una mejoría hasta 2024 como mínimo. El periodo de recuperación probablemente será desigual.
Desde Bain & Company recomiendan a las empresas de tecnología diseñar productos con una capacidad de recuperación flexible y evaluando los riesgos con asiduidad.
“Las mejores empresas evalúan de forma proactiva y continua los riesgos en toda su cadena de suministro”, dice Hoecker. “Por ello, es muy importante perfeccionar los productos para aumentar su resistencia, a ser posible desde las primeras etapas del desarrollo del producto y antes de que se produzca una interrupción del suministro”.
La competencia crece en torno a las empresas de software, que necesitan identificar a los agentes disruptivos en sus mercados. Actualmente sólo un 5 % ve las amenazas disruptivas a su cuota de mercado como graves.
Del estudio de Bain & Company se desprende que las organizaciones más exitosas son aquellas que vigilan las amenazas de negocio emergentes, se desprenden de la mentalidad tradicional e invierten en una estrategia de I+D y de adquisiciones.
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