6 mitos que rodean al mundo de los hackers
Ni todos los hackers son delincuentes, ni tienen amplios conocimientos tecnológicos.
La ciberseguridad es una de las grandes preocupaciones de las empresas ante el incremento de delitos informáticos.
Así, los hackers ‘malos’ se han convertido en sus grandes enemigos, con independencia de la época del año. Y es que los ciberdelincuentes actúan también durante la temporada de vacaciones. Pero, ¿cuánto saben de ellos?
Leticia García, Project Manager de la escuela online digital Tokio School, que forma parte de Northius, advierte de que “tanto los propósitos como los tipos de profesiones que tienen las personas que se dedican a cometer crímenes en la red pueden ser muy variados y el peligro podría estar más cerca y ser más común de lo que pensamos”.
“La ciberdelincuencia”, explica, “no siempre se debe a las acciones de un señor encapuchado y vestido de negro que opera desde su casa”.
Existen varios mitos que rodean al concepto hacker, como que “los hackers son criminales”. No todos los hackers realizar acciones delictivas en contra de empresas y usuarios. Los conocidos como hackers éticos o de sombrero blanco hacen todo lo contrario: utilizan sus habilidades para reforzar la protección, precisamente, frente a los ataques cibernéticos.
Tampoco es cierta la sentencia de que “los hackers son personas que se aíslan y no socializan”, ya que “forman parte de una comunidad participativa que les permite compartir sus conocimientos, fomentando así el aprendizaje”, tal y como indica Leticia García.
De igual modo, que “todos los hackers tienen amplios conocimientos de programación” es falso. Hay cibercriminales especializados en ciertas áreas y otros que aprovechan herramientas a la venta en la dark web.
¿Y qué hay de que “el foco de ataque de los hackers siempre son las grandes empresas”? Con el paso del tiempo se ha ido comprobando que los ataques no discriminan y afectan a compañías de todos los tamaños y sectores de actividad, incluyendo el sector público.
Además, hay que tener en cuenta que las técnicas de actuación son diversas. La creencia de que “los hackers siempre usan malwares” no se ajusta a la realidad. A veces basta con aplicar un poco de ingeniería social.
Por último, García descarta la afirmación de que “el principal motivo por el que se hackean los sistemas tiene que ver con motivaciones financieras”. Puede haber una motivación social, política o de daño a la reputación, por ejemplo.