Una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los empresarios es la administración del dinero. De hecho, los errores financieros son una de las principales razones de fracaso de las empresas. Es preciso, por tanto, ser consciente de algunos de los errores más comunes y graves en el ámbito del presupuesto, antes de que los malos hábitos pongan en riesgo la supervivencia de tu empresa.
1. No hay un presupuesto. Un presupuesto escrito es la clave para el buen manejo de tu dinero, ya que permite mantener el control financiero. A pesar de que la creación de un presupuesto puede parecer abrumadora, no es tan complicado: basta con decidir cuánto estamos dispuestos a destinar a los gastos regulares de cada mes y conocer las prioridades.
2. Carecer de un fondo de emergencia. Tanto si eres un empresario o un profesional independiente, es necesario disponer un fondo de emergencia, por lo general que cubra el valor de los gastos de entre tres meses y un año. Un fondo de emergencia puede mantener tu negocio en funcionamiento en caso de imprevistos como una emergencia médica, compra de equipos o un flujo de caja prolongadamente bajo.
3. Financiación insuficiente. Si el negocio está financiado insuficientemente, nos veremos forzados a recurrir al fondo de emergencia, a los ahorros, o a aumentar el pasivo mediante la suscripción de un préstamo o línea de crédito. Algo que puede poner en peligro el negocio ya que se está acumulando deuda innecesaria.
4. No evaluar los riesgos. Las finanzas de una empresa siempre se encuentran en una situación de riesgo durante las primeras etapas de la misma. Es preciso gestionar los riesgos más comunes a los que se enfrentan los propietarios de negocios: de producto, de mercado, de estilo de vida y de ejecución.
5. Gastar demasiado dinero demasiado rápido. Es comprensible desear tener los últimos dispositivos, una oficina nueva, mobiliario cómodo… Pero la realidad es que hay que centrarse en lo que importa en el momento: invertir en el mejor producto o servicio posible. Los clientes se preocupan por los productos y el servicio al cliente que proporcionas. Hasta que no haya dinero para garantizar ambos, es preferible ser conservador con los gastos.
6. No separar tus activos personales y profesionales. No pensar en el futuro puede tener un impacto negativo en tus finanzas. Hay acontecimientos personales imprevisibles contra los que debemos estar protegidos desde el principio. Bien sea mediante la creación de sociedades de responsabilidad limitada, la apertura de cuentas bancarias y líneas de crédito separadas, o limitando la responsabilidad por medios que ofrezcan una protección tanto personal como profesional.
Vía Mashable.
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