6 de cada 10 empresas europeas usarán soluciones biométricas en 2023
El reconocimiento de huellas dactilares, del rostro y de la voz predominará sobre otras opciones como el análisis del modo de andar o el escaneo del iris.
El gasto en biometría no dejará de aumentar entre las empresas europeas durante los próximos años.
Para este 2022, la consultora IDC estima un gasto de 3300 millones de dólares, lo que significa un crecimiento del 20 % en comparación con las inversiones realizadas a lo largo de 2021. Cuatro años más tarde, en 2026, el gasto europeo en biometría ascenderá hasta los 6100 millones.
Un 59 % de las empresas europeas usará soluciones biométricas en 2023, para cuestiones como fortalecer la seguridad o automatizar la gestión de la plantilla.
Al menos así lo marcan las previsiones y la popularidad de ciertos casos de uso como el control para entrar en las instalaciones, la autenticación de los empleados para su acceso a determinados datos o la gestión del tiempo y de la asistencia. Las organizaciones buscan mejorar la experiencia de sus trabajadores a medida que impulsan la transformación digital.
“Los lugares de trabajo se están transformando, y centrarse en soluciones biométricas que impulsen la innovación, la experiencia de empleado y la seguridad de las instalaciones será clave para garantizar que las empresas europeas funcionen sin problemas”, comenta Andrea Minonne, responsable de investigación sobre aumento humano en IDC.
“La pandemia de la COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania han obviado las preocupaciones de seguridad y puesto de relieve cómo la biometría puede ofrecer resultados extraordinarios y generar impactos positivos en los negocios y la sociedad”, añade.
De momento, el reconocimiento de huellas dactilares, del rostro o de la voz será lo más utilizado. Pocas compañías se atreverán a ir un paso más allá y aprovechar el análisis del modo de andar, la geometría de la mano, el escaneo del iris o la dinámica a la hora de pulsar teclas en el ordenador.
IDC también espera que Europa destine este año más de 62 000 millones de dólares a cuestiones como la realidad aumentada y la realidad virtual, la biometría, los exoesqueletos, los dispositivos wearables o la computación afectiva. En 2026 deberían ser más de 100 000 millones.
“Vivimos en una era en la que hay escasez de habilidades y personal, problemas en la cadena de suministro, preocupaciones de seguridad”, enumera Minonne, “y los espacios de trabajo híbridos son parte de nuestra vida diaria”.
“El aumento humano será crucial para cerrar estas brechas y abordar las necesidades de la industria”, según este experto. “Las empresas europeas utilizarán la tecnología para desbloquear nuevas habilidades y mejorar las existentes, al mismo tiempo que crean experiencias digitales para los empleados”.