Uno de los consejos que más se repite sobre liderazgo empresarial, sea al nivel que sea, es que es necesario saber delegar. Es imposible estar en todas partes a la vez y hay muchas ocasiones en que lo mejor es dejar la tarea a alguien de tu equipo en quien confíes y que posiblemente sepa más del tema. No obstante, este consejo no es aplicable a todas las tareas.
Ser CEO implica también tener claro que hay cosas que son tu responsabilidad únicamente y que nadie lo va a hacer mejor. Forman parte de la descripción del puesto de trabajo (o deberían) y dejar que las haga otra persona podría perjudicar a la empresa de forma bastante grave:
- Relaciones con los inversores. Tenga el tamaño que tenga la compañía, los inversores deberían poder tener reuniones con el CEO, oír de él cómo va la empresa y no sentirse como simples fuentes de ingresos. Mantener a los inversores contentos es también asegurarse de que, si las cosas van bien, seguirán aportando capital en próximas rondas de financiación.
- Visión estratégica. ¿Cómo delegar en otra persona la visión estratégica de hacia dónde se dirige la empresa a corto y largo plazo y las decisiones que esto implica? Por supuesto, asesorarse y mantener muchas conversaciones con el resto de la directiva es imprescindible, pero la decisión final sobre hacia dónde va el negocio solo puede ser del CEO.
- Cultura de la empresa. ¿Cómo quieres que sea la compañía que diriges? ¿Cómo quieres que sean los empleados? ¿Cómo quieres que se comporten? Una vez decidido, eres tú como CEO quien debe ser ese empleado ideal en el que has pensado. Impulsa la cultura que quieres para la empresa empezando por tus propios actos.
- Gestión de crisis. ¿Un problema grave e imprevisto está afectando a la compañía? Como CEO, eres tú quien debe dar la cara y tomar las riendas del asunto para solucionarlo cuanto antes. Desentenderse o limitarse a señalar culpables solo irá en tu contra: como último responsable de la empresa, serás tú la víctima más visible si las cosas no se arreglan.
- Decisiones de Recursos Humanos. No se trata de que sea el CEO quien estudie todos los curriculums y realice todas las entrevistas, pero sí debería intentar siempre ser siempre quien decida si se contrata o despide a alguien. Entrevistar brevemente a los finalistas para un puesto es imprescindible, así como estudiar bien si ese candidato para despido debe realmente salir de la empresa.
- Dar feedback a los empleados. No todo el rato ni sobre cualquier tarea, pero es importante mantener una vía de comunicación con el equipo, que sepan que te oirán a ti no solo si hacen algo mal, sino también si su trabajo es digno de elogios y felicitaciones.