El outsourcing o externalización es una tendencia de moda entre las empresas desde hace años, incluyendo el apartado de tecnologías de la información. Por desgracia, cuando los directores financieros piensan en la externalización, tienden a centrarse en el ahorro de costes. Algo importante, pero hay una gama mucho más amplia de cuestiones a considerar cuando se trabaja con un proveedor externo.
1. No perder de vista el servicio externalizado. Algunas empresas creen que el outsourcing implica que se pueden entregar las riendas de su estrategia de TI a su nuevo socio. Pero si no lo controlamos, el proveedor externo acabará tomando decisiones sobre los niveles de servicio, compras y dotación de personal en línea con su negocio, no con el tuyo. Con el fin de mantener cubiertas las necesidades de tu negocio principal, hay que mantener el control sobre las decisiones importantes.
2. No se puede subcontratar el caos. Si el responsable de TI no tiene controlados las prioridades, los costos, la estructura, la estrategia y las competencias de su organización, no debería externalizar este área. El proveedor externo no conoce la situación ni la estrategia de la empresa, y es inútil esperar que ordene lo que nuestros responsables no han podido organizar.
3. Considerar la cultura de los socios. Es fundamental que el proveedor externo tenga un buen historial en materia de seguridad, disponga de flexibilidad de personal cuando sea necesario y dé un buen trato. Sin olvidad la comunicación: el personal de tu proveedor estará integrado con el de tu empresa, por lo que deben ser compatibles.
4. No tratar al proveedor como un esclavo. Algunas compañías están tan centradas en la reducción de costes que pretenden exprimir a su proveedor. Hasta que el proveedor externo ya no valora la relación y ofrece un servicio de mala calidad a un precio de ganga. El aforismo “lo barato sale caro” también vale para el outsourcing.
5. Mantener las señas de identidad. Habitualmente, son los servicios básicos de una empresa los que se subcontratan a un proveedor externo (limpieza, administración, TI…). Pero nunca hay que desprenderse de las cosas que tu empresa hace mejor que nadie, porque forman parte de la identidad corporativa.
6. Vender bien la externalización. Por último, asegúrate de que todos los directivos de la empresa comparten la decisión de externalizar servicios. Y haz entender que la subcontratación va más allá de una solución fácil: es una forma de centrarse en lo que hace a tu empresa grande.
Vía CFO.com.
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