Las redes sociales evolucionan a velocidad de vértigo, el marketing digital también, de forma que la técnica que funcionó tan bien la primera vez que se utilizó, hace no tanto, se ha convertido en anticuada, incluso obsoleta. Demos un repaso a las tácticas que funcionaban en el año 2012 o 2013, pero no son eficaces hoy en día.
1. Vincularse a personas influyentes sólo porque van a compartir tu contenido. La vinculación a un influencer o citar a esa persona como un experto únicamente con la esperanza de que vaya a compartir tu contenido resulta contraproducente. En primer lugar, la intención es muy obvia para el influencer, por lo que probablemente te ignore. Pero lo peor es que hace nuestros contenidos menos útiles para nuestro público.
2. Imponer a los empleados una estricta política de redes sociales. Si tienes una política de este tipo, podría ser el momento para suprimir todas esas cláusulas y disposiciones. Después de todo, si se le da a los miembros de tu equipo más libertad, podrían convertirse en los defensores de tu marca más apasionados. Alentar a sus empleados a compartir contenidos en redes sociales los hace más propensos a hacer públicamente comentarios positivos sobre la marca y a recomendar sus productos.
3. Compartir únicamente actualizaciones de texto e imágenes. Las imágenes y el texto aún pueden inducir al compromiso, pero el vídeo social se está convirtiendo en algo demasiado importante como para ignorarlo. Por desgracia, muchas marcas están dejando pasar esta revolución y menos del 1% de sus mensajes en Facebook incorporan vídeos.
4. Envío de mensajes automáticos cuando alguien te sigue. El envío de un mensaje automatizado a los nuevos seguidores no sólo indica la falta de un programa de personalización, sino que sugiere que tu marca no se preocupa por ellos como individuos y que sólo está interesada en lo que puede obtener de ellos en lugar de en lo que puede ofrecerles.
5. Pedir a la gente que comparta tu contenido. Cuando hemos creado una impresionante pieza de contenido, naturalmente deseamos que lo vean tantas personas como sea posible. Pero si pedimos a nuestros contactos que lo pongan en sus propias redes, les ponemos en una posición incómoda: puede que el contenido no funcione con sus contactos, o no encaje en su estrategia social, que no estén de acuerdo con todo lo que dice, o simplemente no les guste que se les pida favores. Al final, esta estrategia podría ayudar a obtener más visitas, pero sus relaciones profesionales pueden sufrir un impacto negativo.
Vía TNW.
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