A medida que crece la presencia de las herramientas de inteligencia artificial (IA), también aumenta la preocupación sobre la seguridad de los datos.
Con esta realidad de fondo, Zscaler comparte cinco consejos para usar la IA manteniendo los datos a salvo. El primero de ellos es “implementar políticas de protección de datos”, con directrices claras para prevenir fugas. La idea es que sólo los usuarios autorizados y los dispositivos verificados tengan acceso.
Igualmente hay que “evaluar la privacidad y seguridad de las aplicaciones” de inteligencia artificial, porque no todas cuentan con el mismo nivel de protección. Es necesario entender su funcionamiento antes de activarlas.
En tercer lugar, Zscaler recomienda aplicar “monitorización y análisis constante” sobre el uso de esta tecnología. Esto implica analizar el tráfico y las interacciones que se producen con las herramientas en busca de comportamientos sospechosos.
“Prestar atención a la calidad de los datos” procesados por las aplicaciones es otro punto clave. Sólo así se podrán evitar resultados erróneos al entrenar las nuevas soluciones inteligentes.
Por último, conviene “prepararse contra amenazas potenciadas por la IA”. Los ciberdelincuentes también recurren a la inteligencia artificial para llevar a cabo sus ataques, incluyendo campañas de phishing, y las organizaciones deben tenerlo en cuenta para combatir sus tentativas de vulneración.
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