Ya sea por razones puramente sentimentales, de concienciación y forma de ser, o por un motivo más terrenal como el ahorro de costes, lo cierto es que hay empresas que se acogen a ciertas tendencias tecnológicas con entusiasmo, y que cantan sus alabanzas. Pasa con las prácticas de eficiencia energética, como puede ser apostar por ordenadores con sello Energy Star, apagar por completo los equipos que no se están utilizando o bajar el interruptor en las estancias vacías de gente, evitar los sistemas de aire acondicionado en verano y desplazarse en bicicleta cada mañana para hacer del entorno de trabajo un lugar más verde. Y también ocurre con el espíritu “open”. Ser más abiertos, no sólo en mente e ingenio, al apostar por la instalación de software no propietario en la oficina también se interpreta como una táctica de negocio inteligente.
No en vano, existen en el mercado numerosos propuestas de programas “open source”, totalmente profesionales y serios, que al final de la jornada ayudan a guardarse algo de dinero extra en la cuenta de la empresa sin dejar de producir. En Silicon News os dejamos cinco ejemplos, aunque seguro que tú mismo puedes encontrar alguno más:
1. Abiertos desde la raíz. La primera parte por la que se puede empezar a ser “open source” es cambiando el propio sistema operativo que gobierna los equipos informáticos de la empresa. Aunque Windows continúa siendo la elección más extendida, según las estadísticas de uso mensuales, y los ordenadores Mac de Apple se posicionan como primera alternativa, las plataformas basadas en el kernel Linux también están ahí. Y no son pocas. Hablamos del colectivo conformado por Debian, CentOS, Linux Mint, openSUSE… las propuestas en forma de distribución son múltiples y gratuitas. Incluso empresas como Red Hat, con Fedora, soportan sus propios distros. Uno de los proyectos que quizás tenga más fama sea el Ubuntu de Canonical, que acaba de cumplir diez años de vida y ha llegado a “millones de ordenadores a través de cientos de configuraciones”. Lo bueno de sistemas como Ubuntu, por ejemplo, es que no limitan su presencia al PC, sino que también se pueden encontrar en servidores y, en su caso, en smartphones. El año que viene comenzarán a venderse los primeros terminales con Ubuntu de fábrica, lo que recuerda precisamente al camino seguido por Microsoft.
2. Productividad por encima de todo. Como decíamos, pasarse al software de código abierto no implica renunciar a trabajar con tesón y obtener resultados gratos. La productividad viene dada, por encima de todo, por la calidad del equipo humano que, desde tu posición como jefe, consigas armar a tu alrededor y sus ganas de disfrutar con lo que hacen. Al igual que Windows es el rey de los sistemas operativos de escritorio, Office es seguramente la suite ofimática más conocida entre diferentes colectivos, ahora en forma de Office 365 subida a la nube. Si tu empresa no es muy grande y consideras que la desventaja de tener que pagar suscripciones pesa más que el beneficio de contar con un procesador de texto, hojas de cálculo, un programa para presentaciones y demás software de su tradición y nivel de soporte, puedes probar con cualquiera de las alternativas libres de cargos que han surgido durante los últimos años. Las más conocidas son el LibreOffice de The Document Foundation y OpenOffice, un proyecto que la Apache Software Foundation tomó de manos de Oracle. Ambas son avaladas por los números. La primera ha conseguido 100.000 donaciones en medio millar de días y OpenOffice superó los 100 millones de descargas en menos de dos años.
3. Acepta zorro como animal de navegación. Navegar por la web se ha convertido en un gesto inevitable en nuestras vidas. Lo hacemos a nivel personal y también en el plano laboral. Gracias a Internet podemos recibir mensajes de correo y responderlos con la urgencia que nuestros interlocutores requieran, realizar videollamadas o simplemente emprender llamadas de voz para cerrar un acuerdo, gestionar las redes sociales, consultar la actualidad, ver qué opinan los usuarios, crear contenido y mucho, mucho, más. Algunas veces basta con tener instalada la aplicación nativa adecuada para ponerse en marcha, pero también se pueden hacer tareas con ayuda de un navegador web. Para ser fiel a la filosofía “open source” no necesitarás alejarte, en esta ocasión, de las herramientas más populares o de las que más recursos reciben por parte de sus creadores. La Fundación Mozilla sigue apostando a día de hoy por su producto estrella, Firefox, que ya va por su versión número 33 y que, además, ahora tiene continuación en forma de sistema operativo móvil, Firefox OS. El segundo navegador más utilizado en dispositivos de sobremesa, el Chrome de Google, también tiene alma “open”. Otras opciones son Konqueror, SeaMonkey o PirateBrowser. Este último, además, promete saltarse la censura.
4. Piensa en tus clientes. ¿Y a la hora de tratar directamente con los clientes? ¿Qué caminos puedes tomar? Si lo que quieres es una solución de Customer Relationship Management que te ayude a gestionar ese vínculo de la manera más efectiva posible, teniendo la información relevante sobre vuestra relación siempre a mano y buscando su satisfacción por encima de todas las cosas, no te preocupes. También aquí hay opciones de código abierto. Una de ellas se puede encontrar en la cartera de soluciones de SugarCRM, que es una empresa con sede en Cupertino, el mismo lugar donde se erige Apple. Lleva ya diez años de andadura y ofrece una edición “open” bautizada directamente como Sugar CRM Community y licenciada con AGPL. Por su parte C3CRM, QuickCRM, SuiteCRM o Vtiger CRM son herramientas que han surgido a partir de SugarCRM, y que por lo tanto, también pueden resultarte útiles. Pero la lista continúa. En la categoría de CRM “open source” se encuentran igualmente nombres como los de CiviCRM, EPESI CRM, Group Office, Odoo CRM y SplendidCRM, entre otros.
5. Piensa en tus trabajadores. Es importante tratar con cariño a los clientes, estar al tanto de sus necesidades y no perder la pista a vuestra historia conjunta, para demostrarles que de verdad los aprecias, pero igual de fundamental es responder a las necesidades de tus empleados. Sí, pueden usar una distribución Linux para ejecutar sus ordenadores. También pueden pasarse a LibreOffice u OpenOffice a la hora de crear documentos. Y, cómo no, navegar por la web amparados por la experiencia de Mozilla Firefox o alguna otra de las propuestas “open source” del mercado. Pero los trabajadores no sólo viven de sistemas operativos, suites ofimáticas y navegadores. Si cuentas con diseñadores gráficos en tu plantilla o, en todo caso, alguien necesita manipular imágenes, debes saber que hay más vida allá del célebre Photoshop. Un recurso que puedes probar es GIMP o el GNU Image Manipulation Program. A la hora de reproducir audio o vídeo, inténtalo con VLC. En el ámbito de las notas y la programación existe Notepad++. La gestión de archivos podría estar cubierta por Alfresco. La planificación ERP cuenta con Openbravo. ¿Que quieres crear un blog? Piensa en WordPress.
Y así podríamos seguir en prácticamente todas las áreas. Y es que el mundo del “open source” está copado por éstas y otras herramientas tan valoradas como MySQL, Hadoop y OpenStack.
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