Gusten o no, comienzan a estar en todas partes y cada vez más fabricantes se suman a la tendencia de lanzar su propio dispositivo de wearable technology al mercado. Al igual que los teléfonos móviles y las tabletas llegaron para terminar con el monopolio de los ordenadores, germinando lo que se conoce como era post-PC, accesorios inteligentes como lo smartwatches quieren abrirse su propio hueco en la industria tecnológica. Y es que, a pesar de que su existencia está concebida a modo de apéndice de los terminales móviles, ya están surgiendo aplicaciones que sugieren que los recursos de relojes, gafas y demás objetos para llevar puestos encima no acaban ahí. Por ejemplo, Microsoft ha presentado su propia versión de OneNote para dispositivos gobernados por el sistema operativo Android Wear, blandiendo la bandera de la productividad omnipresente.
Si quieres saber qué usos le puedes dar al concepto de wearable dentro y fuera de la oficina, pero siempre de manera profesional, échale un vistazo a la siguiente lista de recomendaciones:
1. Toma nota: toma notas. Una de las aplicaciones que parecen pensadas para los wearables, o que se antojan más naturales a la hora de sacar provecho de los dispositivos para llevar puestos encima, como relojes y pulseras, es la toma de notas. Las ideas brillantes no se pueden forzar. De hecho, lo habitual es que lleguen sin avisar en cualquier momento del día, en cualquier situación y en cualquier lugar, así que viene realmente bien tener a mano (nunca mejor dicho) un gadget que permita registrar esas ráfagas de ingenio antes de que se olviden para siempre. Para ello está preparada la ya nombrada OneNote, pero también Evernote, Google Keep o Wunderlist, todas ellas con su adaptación a equipos miniaturizados. Una ventaja de estos programas para tomar notas, hacer listas y acumular información directamente en smartwatches respecto a sus contrapartes para el PC es que se pueden combinar con los asistentes de voz. Así, se supera el engorro de introducir información manualmente para dictar textos de viva voz.
2. No te pierdas ni una cita. Analógico, digital o inteligente, un reloj es un reloj. Con una simple mirada a la muñeca el usuario confirma qué hora es. Y eso a veces ya es suficiente para organizar tareas a lo largo del día. Al estar conectados a Internet y ser montados con la última tecnología, modelos como el Apple Watch prometen que las desviaciones del tiempo en relación al estándar mundial no superarán los 50 milisegundos y además son capaces de ir variando los datos en función a la zona geográfica en la que se encuentra el usuario. Lo mismo sucede con las alarmas, el cronómetro o el temporizador, formas de jugar con el tiempo que están ahí. Pero es que, además, los smartwatches que están saliendo al mercado presentan como una de sus características a tener en cuenta dentro de las empresas la gestión de la información de manera ordenada y en el momento preciso. Estos relojes están capacitados para tener en cuenta la agenda personal y mantener actualizado el calendario, lo que quiere decir que alertarán sobre eventos venideros, incluidas las reuniones laborales, como lo haría la mejor de las secretarias.
3. Deja que la información llegue a ti. Sus detractores alegan que los wearables no aportan funciones exclusivas que no se encuentran en otros dispositivos ya asentados en el mercado. Puede que esto sea cierto. Pero no es menos verídica la sensación de que ciertas aplicaciones resultan naturales y prácticas en alternativas como los relojes y compañía. Ponte en situación: te hallas sumergido en plena junta de trabajo con otros colegas en una de las salas de reuniones de tu compañía. La reunión es importante pero no puedes evitar sentirte inquieto porque esperas recibir noticias sobre otro asunto en cualquier momento. ¿Qué haces? ¿Revisas el móvil a cada rato? ¿Y si no es una reunión informal, sino una presentación o incluso una comida de trabajo? En vez de sacar el teléfono del bolsillo y dar la sensación de que tienes prisa por terminar el encuentro o, lo que es peor aún, que te aburres y no estás interesado en lo que cuentan los demás, puedes apoyarte en el smartwatch con pequeñas y sutiles ojeadas. O esperar a que el dispositivo vibre cuando reciba una notificación, un mensaje o una llamada.
4. Cuando viajar por negocios es un placer. Existen diferentes apps compatibles con wearables que te ahorrarán tiempo en caso de que tengas que salir del despacho y desplazarte a otro lugar por cuestiones de trabajo. En primer lugar, es posible mantener conversaciones sin llevarse el smartphone a la oreja e incluso tomar la iniciativa, poniéndote en contacto con servicios de transporte si así se desea. La app que suele ser nombrada para ello es Lift. Si el abono del billete admite la plataforma de pago online PayPal, basta con tener la app correspondiente instalada en el sistema, que existe; mientras que en caso de contratar el servicio con un ofertante lo suficientemente moderno como para poseer un terminal compatible, será posible activar el pago móvil mediante el chip NFC del propio reloj. Es lo que propone, por ejemplo, Apple Pay. Aunque quizás donde más se note la diferencia sea en los aeropuertos y en la navegación sobre el mapa. Un viajero del siglo XXI cargará su tarjeta de embarque en el reloj, quizás con Fly Delta, y recurrirá a software cartográfico para moverse por la ciudad. Ya se ha probado a indicar direcciones emparejando izquierda y derecha con pulsaciones diferenciables, lo que evita mirar incluso el mapa para guiarse correctamente por sitios desconocidos.
5. Más allá del smartwatch. No todos los dispositivos son susceptibles de encasquetarse a la muñeca, sustituyendo los tradicionales relojes que se limitan a dar la hora por otros que se atreven a hacer casi de todo. De hecho, hay más wearables que resultan útiles para los hombres y mujeres de negocios. Gafas como las sobradamente conocidas Google Glass pueden sacar de algún apuro a los trabajadores al basarse en la nube y venir con sistema fotográfico incorporado. ¿Que ves algo que te interesa y quieres sacarle una foto para usarla cuando llegues al despacho? Basta con apuntar y guiñar el ojo. Los anteojos de la compañía de Mountain View ya han demostrado ser efectivas en otras situaciones profesionales por sus capacidades de grabación de vídeo y el soporte de videollamadas, como herramienta de comunicación y enseñanza en el campo de la medicina mientras se realiza una operación en directo. También parecen servir para informar del estado de una actividad o pedir consejo en directo, mostrando a la otra persona lo que se tiene justo delante. Mientras, la ropa y el calzado inteligentes pueden ayudar a los deportistas. Y cualquiera de ellos, tenga la forma que tenga, libera al personal de ataduras al entorno que lo rodea para recibir información urgente automáticamente.
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