5 consejos para ser mejor jefe a la vuelta de las vacaciones
¿Se te ha acabado el descanso estival? Usa la energía que habrás cargado durante el verano para motivar a tus empleados en vez de pagar con ellos la frustración por la vuelta a la rutina.
Así como vino, se fue. El verano ya nos ha abandonado. Hay que decir adiós a los días sin horarios, a las mañanas sin madrugones, a los baños en la playa, al picoteo en las terrazas y hasta a las verbenas de pueblo, si ése ha sido tu destino elegido para desconectar del trabajo en vez de otros lugares más masificados que ofrece la industria del turismo. La ocasión de disfrutar a este nivel no se repetirá hasta dentro de un año. Aunque algunos habrán trabajado durante todas estas semanas, y meses, reservándose para su descanso particular la primera parte del otoño, lo cierto es que buena parte de los profesionales han agotado ya sus vacaciones estivales. Incluidos los directivos. Todos ellos tendrán que mentalizarse de que el deber los llama y, sobre todo, de que es mejor tomarse esta particular “vuelta al cole” con una actitud positiva para no caer en la temida depresión posvacacional.
¿Cuál es el remedio que se recomienda? ¿Cómo facilitar la transición desde la desconexión total a la productividad dentro de la oficina? ¿Qué tiene que hacer un jefe para ser más efectivo, competente, y también agradable, al regresar de sus vacaciones? En Silicon News te dejamos cinco consejos para conseguirlo y, ya de paso, aprovechar la reincorporación al trabajo como una excusa perfecta para probar cosas nuevas:
1. Ábrete a los empleados. Como responsable de un equipo, e independientemente del tamaño de la empresa a la que representas, debes esforzarte por mejorar la comunicación con aquellas personas cuyo trabajo depende directamente de las decisiones que tú tomes. Y debes hacerlo uno a uno, de manera personalizada. Más allá de la posibilidad de organizar entre todos una gran reunión que ayude a fijar conceptos de cara al nuevo curso y a resolver dudas generalizadas para que después no se acumulen los ratos perdidos de un escritorio a otro, deja claro a todos tus empleados que pueden contactar contigo en cualquier momento. Al dibujar tu calendario, dedica algunas franjas fijas a horas de puertas abiertas para tratar problemas cara a cara. Y tómate la molestia, además del tiempo necesario para ello, de leer los correos que te envían los miembros de tu plantilla sobre situaciones particulares. Nunca es tarde para convertirte en ese referente al que todo el mundo puede recurrir.
2. Revisa los procesos empresariales. El problema de los correos es que, si no tienes la aplicación permanentemente abierta y la disposición de responder en un plazo corto de tiempo, los mensajes que necesitan una contestación urgente quedarán pendientes demasiado rato. Y, por tanto, este sistema de trabajo acabará convirtiéndose en causa de desespero para la persona que envía los emails, entorpeciendo incluso el correcto desarrollo de sus tareas si para continuarlas depende de tu réplica. ¿Has pensado en las particularidades de los equipos remotos? ¿Qué tal el carácter instantáneo de las sesiones de videoconferencia? ¿Y si implementas gestores de tareas, software de comunicación interna o wikis? Quizás haya llegado el momento de probar una nueva herramienta para procesos de colaboración entre miembros de un mismo equipo y para la propia entrega de los proyectos. Y, así, optimizar el funcionamiento de la compañía.
3. ¿Qué dicen los demás? El trato con los empleados y el funcionamiento de los procesos laborales no es lo único que se puede revisar aprovechando el impulso del descanso veraniego. Durante su andadura, un empresario se relaciona con clientes, socios, proveedores, fabricantes, distribuidores, inversores… Son muchas las personas con las que se acaba entrando en contacto al cabo del día. Y en ese sentido, también son unas cuantas las áreas con margen de progreso que, si se transforman, tienen potencial para beneficiar al negocio. Por ejemplo, el dueño de una tienda online está obligado a escuchar las opiniones de los compradores. No puede ser ajeno a esa realidad. Sólo se podrá avanzar en un servicio de calidad comprobando de primera mano que la imagen que uno mismo tiene de la situación cuadra con lo que dice la gente. Así que como propósito de una nueva etapa empresarial, fomenta el trato cercano con todos los profesionales que trabajan alrededor de tu empresa.
Y, como ya os hemos contado en alguna otra ocasión, aprende a recompensar a cada uno en su justa medida. Cuando las finanzas sonrían, reparte ganancias entre los accionistas y revisa los contratos de tus socios fundadores. Si la asociación con un proveedor demuestra ser efectiva, valora una ampliación de la alianza. Mientras, con asesores y colaboradores estrechos practica transparencia, manteniéndolos informados puntualmente del devenir de los acontecimientos.
4. Usa las redes sociales. La tecnología ha evolucionado mucho durante los últimos años, ¡sácale partido! Si todavía no eres usuario de las tan populares redes sociales, ¿a qué estás aguardando? Empieza por darte de alta en la herramienta para profesionales LinkedIn, que cuenta con toda una serie de recursos especialmente diseñados para incrementar tu agenda de contactos, crear un currículum detallado que los demás podrán consultar al instante o encontrar talento en cualquier parte del mundo. Pero no te quedes ahí. Recuerda que hay vida más allá de esta plataforma tan enfocada al mundo empresarial. Desde la publicación de pequeñas frases en Twitter hasta un perfil bien enfocado en Instagram o la combinación de una cuenta personal y una página corporativa en Facebook, existen diversas opciones para trabajar tu marca personal como experto del siglo XXI. No tengas miedo al progreso. Intenta darte a conocer y ser tú el que maneja las cuentas que llevan tu nombre en vez de confiar tu imagen a terceras personas. Eso sí, preocupándote primero por entender cómo funciona este mundillo y evitando las polémicas cibernéticas.
5. Cuídate. En quinto lugar, aunque bien podría ocupar el primer puesto de la lista de puntos a seguir por un buen jefe, todo el mundo debe esforzarse por su bienestar. Tú también. A pesar de que a algunos les suene a tópico, es cierto. Cuanto mejor te encuentres contigo mismo, más fácil resultará lograr el resto de objetivos que te hayas propuesto conseguir a cualquier nivel, familiar o empresarial. Más sano será el ambiente que irás generando a tu alrededor y más fluida, también, la relación que quieras entablar con los demás, que sentirán el buen ánimo que desprendes. Esto significa que cuidarse repercute en la compañía, en los trabajadores y en el rendimiento en general. Las promesas alrededor de una vida saludable son frecuentes, sobre todo como propósito de año nuevo o cuando se pone en marcha la “operación biquini”. Ambas son fechas que se han quedado atrás, pero éste es un momento tan bueno como otro cualquiera para cumplir con lo que uno ha prometido. De hecho, ahora será más sencillo, canalizando el relax acumulado en vacaciones para dulcificar tu humor. Asimismo, usa algún wearable o aplicación de fitness para llevar un seguimiento de tu ejercicio, dieta y pautas de sueño, y luego trabajar sobre ello.
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