5 consejos para mejorar las relaciones públicas de tu empresa
Desde gestionar cuentas en redes sociales hasta implicarse en eventos del sector, son varias las fórmulas para estrechar vínculos con clientes, socios y el público en general.
Para que un negocio funcione, tiene que contar con una idea clara, una base económica sólida y una plantilla competente. También es necesario que sus responsables cuiden el tema de las relaciones con cada una de las personas que se van cruzando en su camino. Es decir, motivando el talento de los empleados que contratan, respondiendo con la mejor de las sonrisas a quienes gastan parte de su dinero en comprar los productos o disfrutar de los servicios ofertados o, de forma más general, teniendo en consideración a la red de socios, colegas, competidores, analistas, periodistas y demás profesionales que completan la realidad cotidiana de la compañía. Y es que son muchas las conexiones a tratar. Esto se puede hacer mediante una buena estrategia de relaciones públicas, para ayudar a prolongar en el tiempo los vínculos que se han ido creando.
A partir de ahí, se conseguirá fortalecer la imagen de la marca y extender el propio conocimiento que existe sobre ella, que por cierto es otro de los secretos del éxito. Porque, como se suele decir, si la gente no te conoce, no existes. En Silicon News os dejamos algunas recomendaciones para mejorar en materia de relaciones públicas, reputación y fidelidad:
1. No conviertas tus cuentas online en una colección de anuncios. Si aún no has dado el paso de crear una página de empresa con la que captar seguidores en Facebook ni te has atrevido a colar tu negocio dentro de la marea de minitextos que conforman Twitter, entre otras posibilidades del entramado del Social Media actual, hazlo ya. Empezar es gratis, así que no hay excusa para seguir postergando la transición hacia la modernidad. Crea tus cuentas y, a continuación, preocúpate por aprender a gestionarlas de la forma correcta, teniendo en cuenta que ésta no puede ser la misma que practican los usuarios de a pie. La profesionalidad aquí pasa por no restringir el contenido que vayas generando a publicaciones publicitarias. Está bien que utilices las redes sociales como canal de difusión de tu marca, para hablar de lanzamientos e ir narrando el crecimiento conseguido con el paso del tiempo. Pero ahí no termina su potencial.
Herramientas como Facebook, Twitter, Pinterest o Instagram se antojan perfectas para tareas de atención al cliente. Son muchos los consumidores que cuentan con perfiles en redes sociales, unos consumidores que no te hará falta reunir por ti mismo porque ya forman parte de la comunidad global del Social Media. Y parte de ellos acudirán a tu página para intentar resolver dudas, obligándote a actuar y mostrarte receptivo. Convierte las redes en un método de contacto adicional, junto al teléfono o el email. Y si tus finanzas se lo pueden permitir, contrata a expertos para que respondan a los mensajes privados y lean todos los comentarios escritos por los internautas, evitando peleas absurdas con trolls.
2. Acude a eventos. Fuera de la esfera virtual que define a las redes sociales también hay vida. Y mucha. Cada año se celebran cientos de eventos en todo el mundo que te ofrecen una oportunidad única para conocer a gente nueva y sacar ese relaciones públicas que llevas dentro. Ya sea una feria del sector, el evento de presentación de un producto, un congreso universitario o la celebración de una fiesta, la combinación de organizadores de prestigio y asistencia multitudinaria te entrega la materia prima en bandeja. Y esa materia prima no es otra que alguien con quien conectar. Obviamente, no siempre partirás en calidad de invitado, tu misma empresa debería trabajar en la elaboración de sus propios actos públicos. Para no perder la ocasión de encontrarte con esos expertos, clientes o potenciales socios con los que te gustaría profundizar, sácale partido a recursos tecnológicos como los calendarios online y las agendas que se sincronizan de dispositivo a dispositivo. Planifica con antelación y échale un ojo a los feeds de noticias para reservar hueco cada vez que se anuncie un nuevo evento.
3. Y patrocina eventos. A veces no hace falta quemar esfuerzos en la celebración de eventos propios, sobre todo si no se cuenta desde un principio con contenido demasiado relevante que justifique su puesta en marcha. Existe la posibilidad de colaborar con otras compañías y profesionales, por ejemplo, en la organización de causas conjuntas. Y también está la opción de convertirse en patrocinador. En este último caso, además de la inversión económica, necesitarás estudiar muy bien el target del evento al que estás dispuesto a vincular el nombre de tu empresa. Al igual que ocurre con los anuncios televisivos, que están dirigidos a un público segmentado que ve determinados programas durante una franja horaria concreta, la promoción de acontecimientos debe cumplir ciertos requisitos. ¿Tu perfil es puramente tech? Entonces podrías patrocinar un hackathon al que acudirán fenómenos de la programación. Otra alternativa es contribuir con unas conferencias dirigidas a desarrolladores móviles, a diseñadores web o a CIOs, por poner tres ejemplos.
4. Conviértete en el nexo de unión de quienes te rodean. Reunirse con gente en persona y contactar a otras que están lejos gracias a Internet, aunque haya ocasiones en las que el propósito se reduzca simplemente atender a sus peticiones, es el punto de partida para acabar convertido en un elemento de referencia para el resto de la sociedad. En vivo o en virtual, haz por relacionarte. Además de usarlas para atender a tus clientes, las redes sociales deberían ser aprovechadas para crear fuertes redes de contactos, algo que en el mundo de los negocios es vital. Por suerte ya existen inventos que allanan el camino. Juntar a profesionales es, sin ir más lejos, la especialidad de LinkedIn con su colección de currículos para consulta online, sus recursos de búsqueda y su poder de alianza. Una vez emprendido tu negocio, no dejes de actualizarte. Huye de círculos de amistades cerrados, ya que nunca sabes quién acabará sirviéndote de ayuda o a quién podrás ayudar tú. El papel de nodo que une a la red es un pastelito que no amarga a nadie.
5. Barre tu casa. Si pretendes que los demás consideran a tu empresa de trato fácil y vean en ti a un profesional de confianza, esfuérzate por que así sea. Y no sólo por parecerlo. Todas tus estrategias de comunicación deben estar alineadas y todos tus trabajadores deben seguir un protocolo de actuación común a la hora de crear un concepto concreto de marca. Y para ello la base debe ser sólida. ¿Qué quiere decir esto? Que las personas que disfrutan de un ambiente donde las buenas relaciones internas, entre empleadores y empleados, se hallan a la orden del día proyectarán con mayor facilidad una sensación conciliadora. Por lo contrario, los encontronazos y que la plantilla contratada eche pestes sobre ti y aquello que se hace en la empresa pueden quebrar en cuestión de segundos la imagen que tanto te ha costado vender. Ficha a la gente adecuada, fórmala constantemente, apuesta por el talento aunque tenga que teletrabajar, escúchala, mímala y haz que viva la marca como una parte más de sí misma. Al final será absurdo, e inútil, exteriorizar una imagen que no se corresponde con la realidad.
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