¿Te has ido de vacaciones por Semana Santa? ¿O has decidido seguir trabajando en tus proyectos también durante estos días de asueto general? Está claro que la respuesta dependerá más de tu situación financiera particular y de la temática del sector en el que te muevas que de las ganas de pararte a respirar. Hay casos y casos. Por ejemplo, si estás intentando enderezar el rumbo de tu negocio en tiempos de crisis y, muy especialmente, si diriges una startup que todavía está dando sus primeros pasos en el mundillo empresarial, es bastante probable que te hayas decantado por la segunda de esas alternativas. Y es que los festivos oficiales no siempre son los que mejor se adaptan al calendario laboral de todas y cada una de las compañías que existen. Sabemos, además, que mantener la fe en tu negocio cuando se está empezando puede ser uno de los retos más complicados de cumplir.
Pensando sobre todo en empresas que todavía son novatas, en Silicon News hemos recopilado una serie de cinco consejos orientados a recuperar la confianza en uno mismo o, al menos, a hacerte la vida como emprendedor, jefe y empleado algo más sencilla:
1. Desmitifica el fracaso. Para poder avanzar, o simplemente para lanzarte a esa bendita locura de labrarse la vida gracias a una empresa fundada por uno mismo, es imprescindible dejar los miedos atrás. Esto no significa ser irreflexivo y actuar sin sopesar las consecuencias que causarán en tu negocio aquellas decisiones que tendrás que ir tomando con el paso de los meses. Hablamos más bien de un estado de inconsciencia controlada. De esa confianza en que tu idea es buena, puede funcionar y sólo necesita explotar su potencial, que no te paralice cuando haya que arriesgar y te permita guiarte por tu instinto en vez de reprimirlo. Y es que si tú no crees en ti mismo y en las posibilidades de tu negocio, ¿quién lo va hacer? ¿cómo lo vas a promocionar? Recuerda que eres el mejor aval que tiene tu idea, y por supuesto su mejor publicista. Todo esto implica también desterrar la palabra fracaso de tu vocabulario. De hecho, cuanto antes te equivoques, antes podrás corregir tu rumbo y menos daño infligirás a la empresa. A nivel puramente tecnológico te puede ayudar aplicar técnicas de análisis de datos y tendencias en redes sociales para dilucidar el camino a seguir.
2. No tengas prisa por alcanzar el éxito. Obviamente, el objetivo final de toda empresa es ser rentable y, a ser posible, convertirse en líder de su sector y referente de la competencia. El caso es que esas mismas ansias por medrar que te definen como startup serán compartidas por muchos otros, y tendrás que esperar tu turno para hacerte notar. Otra traba que te prohibimos autoimponerte, además de ese miedo a lo desconocido, es la que provoca una velocidad sin frenos. Nos explicamos: no te vas a hacer rico en un mes, ni siquiera en un año, así que asúmelo, piensa a largo plazo y aprende a amoldarte a las circunstancias. Para levantar un proyecto desde cero lo primero que debes hacer es elaborar un plan donde se especifiquen todos los productos, retos, hitos, plazos y gastos que prevés tener, a medida que tu proyecto cobre forma. Esto te servirá para tocar suelo, aparte de para presentarte ante futuros inversores, pero no lo adores como a un texto sagrado al que no se pueden poner pegas. Los imprevistos surgen y será harto difícil, o imposible, seguir por la recta marcada en un principio sin trazar alguna que otra curva. ¿Qué prefieres: presentar un producto temprano pero sin refinar o algo más tarde, habiendo corregido errores que sabes que existen?
3. Solicita opiniones. Tanto para solucionar un problema concreto como para cerciorar si estás siguiendo o no el camino correcto, consulta con terceros sobre tu forma de dirigir una empresa de nueva creación. ¿Cómo valoran los demás la situación en la que se encuentra tu proyecto actualmente? ¿Qué habrían hecho ellos en tu lugar ante circunstancias no previstas? ¿Comparten las decisiones que has aplicado? ¿Las has comunicado bien? ¿Se entiende lo que quieres conseguir y se antoja factible? Estos consejeros pueden salir directamente de tu círculo de amigos cercanos o ser algún miembro de tu familia, ya que ninguno de ellos se cortará a la hora de transmitirte su opinión sincera, o bien tratarse de compañeros de profesión y expertos en tu sector, dado que en ambos casos serán capaces de juzgar en base a su experiencia como profesionales. Atiende a todos y quédate con las aportaciones que más te interesen y mayor valor aporten. La frescura de su juicio, en tanto que son personas que no están implicadas en la gestión de la empresa, podría ayudarte a salir de atolladeros que a ti, al estar demasiado apegado al negocio, te parecen insalvables. También es favorable alimentar ambientes de trabajo colaborativos, premiar la aportación de ideas por parte del talento contratado o probar a trabajar en centros de coworking que aumenten la sensación de feedback continuo y de contacto con el mundo real.
4. Escucha las opiniones. No basta con preguntar, también hay que analizar todo lo que te dicen y darle a cada aportación la importancia que se merece. En este punto de personas a las que hay que escuchar para lograr la consolidación como empresa entran por la puerta grande los comentarios de los propios usuarios de esos productos que produces y servicios que ofreces, que se merecen un trato especial. Sé accesible, comunícate con ellos, conoce sus preferencias, muestra empatía y procura resolver sus dudas de la forma más completa. Si bien al principio las startups cuentan con un plantilla escasa por cuestiones económicas, es fundamental que destines a uno de tus empleados a relacionarse con el público, y que tú mismo garantices su cuidado. Lo lógico en esta época de experiencia online es aprovechar las redes sociales para estrechar lazos, además de ofrecer una dirección de email y un número de teléfono a modo de contacto directo. Sólo el hecho de pensar en el impacto que estás causando en la sociedad y la comunidad de clientes que has conformado a base de pericia y paciencia debería ser un revulsivo lo suficientemente fuerte como para seguir luchando por tu causa.
5. Date un capricho, o dos. Para mantener el ánimo alto y ser productivo jornada de trabajo tras jornada de trabajo resulta fundamental disfrutar con aquello que haces, porque en el caso contrario acabarás quemado antes de que tu empresa tenga siquiera la oportunidad de prosperar. Por un lado, es básico que te enamores de tu proyecto, compruebes que tiene cabida en el mercado e infundas a quienes te rodean esa necesidad por abrirle hueco. Pero también es igual de importante ser experto en las tareas que te toque realizar, que por lo general serán prácticamente todas hasta que no consigas mejoras tus finanzas, para que el camino no se te haga tan cuesta arriba. Y, cómo no, intenta pasártelo bien mientras trabajas, ya que al fin y al cabo eres tú el que ha elegido esa opción laboral tan próxima a la aventura. Una forma de cultivar una actitud positiva es darse un pequeño homenaje de vez en cuando. ¿Por ejemplo? Instaurando días temáticos, al estilo de los viernes desenfadados en los que se estila tomar unas cervezas, vestir de forma informal o hacer las tareas desde casa. De hecho, te recomendamos ser flexible con los horarios siempre y cuando tu gente cumpla con sus objetivos semanales. Organiza actividades grupales, desde ver una película hasta disputar un partidillo de baloncesto, y ambienta tu oficina con zonas de descanso y ocio en las que desconectar a ratos de la rutina. Lo que sea para rebajar los niveles de estrés y aumentar los de creatividad.
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