5 consejos para llevar la Navidad a tu empresa
Guste o disguste, la Navidad ya lo está invadiendo todo con su espíritu. ¿A qué esperas para unirte a la fiesta?
Sí, es otra vez esa época del año. Como quien dice, la Navidad está a la vuelta de la esquina. En estos momentos quedan 2 semanas, 14 días, más de 300 horas o unos 20.000 minutos, para sumergirnos en el 25 de diciembre y, tras su llegada, en el arranque de las celebraciones más significativas del invierno en España, las mismas que enlazarán el final de 2015 con el comienzo de un nuevo año. Esto significa que se acumularán los días festivos y que tu empresa deberá estar preparada para enfrentarse a los parones sin perder eficiencia. Algunos negocios viven estas fechas como el punto álgido de sus ventas anuales, lo que implicará un plus de trabajo en un ambiente quizás no demasiado propicio para exigir concentración en la oficina. Y es que, guste o no, el ambiente navideño se cuela a nuestro alrededor, por todos lados, se mire hacia donde se mire.
Trabaja con profesionalidad, pero sin perderle la pista a lo que ocurre fuera del despacho. Dejarte llevar por el espíritu de ilusión, felicidad y buenos deseos característico de esta época del año puede beneficiar a tu compañía como, por ejemplo, estrechando las relaciones con trabajadores, socios y clientes. ¿No sabes por dónde empezar? En Silicon News os dejamos cinco cuestiones que toda empresa debería tener en cuenta por Navidad:
1. Una cena al año no hace daño. Mes de diciembre tras mes de diciembre la situación se repite. Y no es algo a lo que te puedas resistir. La Navidad se encuentra marcada de forma ineludible en el calendario global y, dentro de cada agenda empresarial, hay un evento que destaca por encima del resto. Se trata de las cenas entre directivos y trabajadores. O de los almuerzos navideños para toda la plantilla. Como responsable de un negocio, deberías fomentar este tipo de encuentros que reúnen a las piezas clave de tu equipo en un contexto más informal que el de las salas de juntas. Buscar la fecha ideal será cuestión de previsión. Pagar los platos de todos, una muestra de voluntad. Mientras que disfrutar de la cita sin caer en el pozo del remordimiento a la mañana siguiente pasa por cumplir, y repetirse internamente, una serie de normas básicas: vestir conforme a la ocasión, no pasarse con el alcohol, dejar los intentos de ligar a un lado y pensárselo dos veces antes de hacer una broma sobre asuntos espinosos. Por mucho contexto festivo que la aderece, sigue siendo una cita profesional y ciertos comportamientos acabarán juzgados con severidad.
2. Regala algo. Si las cenas empresariales son el evento por excelencia de la Navidad en el trabajo, las cestas para empleados sobresalen como el regalo más típico de la temporada. Aunque dicha cesta no tiene por qué ser literalmente, como ocurría antaño, un surtido de alimentos y bebidas típicas de estas fiestas. Puede cambiarse por otro tipo de obsequios que recompensen, más allá del sueldo y las pagas extra, el esfuerzo de tus trabajadores durante todo el año. Y que, al mismo tiempo, les enganche más a la imagen de la marca y les motive para darlo todo en esta recta final del curso. El agradecimiento puede llegar en forma de días libres o de un horario más flexible a lo largo de las jornadas de trabajo navideñas. ¿Es Nochebuena o Nochevieja? No agotes hasta el último minuto del día y deja que tus “chicos” se reúnan con sus seres queridos. Bien planteado, el regalo llegará a beneficiar al mismo tiempo a empleado y empleador, con la renovación de los equipos informáticos, sin ir más lejos. No hay casi reglas. Puede tomar forma de cualquier detalle que tu presupuesto se pueda permitir: un libro, una prenda de ropa, decoración para el hogar, un ticket regalo, una participación de la empresa en la Lotería de Navidad o eso que tanto añoraba cada uno de tus subordinados y tú, como buen Rey Mago, te habrás encargado de descubrir.
3. El tiempo es más que oro, incienso y mirra. Las festividades que se aproximan generan dos formas de afrontarlas. A algunos tenerlas en el horizonte les sirve como motivación para sacar tareas adelante con mayor brío, hasta que se pueden ir de minivacaciones. Y a otros les surte el efecto contrario, dispersando su atención y disparando sus impaciencia. Es por eso que no viene de más organizar a conciencia la agenda cuando se acercan días señalados como los de Navidad, evitando perjudicar así los niveles habituales de productividad. Como es obvio, lo que debe quedar claro en primer lugar es quiénes librarán y quienes trabajarán cada día. En los días normales, mientras siga el influjo de la Navidad, lo más inteligente es abrir la mano y no penalizar los descansos entre tareas porque volver a la oficina cuando se va de día asueto en día asueto no es fácil para nadie. Un truco para centrarse consiste en planificar, dividiendo tareas por fases y haciendo listas de lo que queda pendiente. Esto ayuda a controlar mejor el progreso y a sentirse más realizado al quemar etapas. Asimismo, contribuye a que retomar el trabajo no sea misión imposible. El teletrabajo puede aportar, como otra alternativa que merece la pena considerar en estos tiempos de movilidad infinita, el esfuerzo de tus empleados sin desplazamientos y con colaboración por vídeo si hace falta.
4. El hábito sí hace a la oficina. Dependiendo de la actividad de tu empresa, el sector de referencia o incluso su situación financiera, habrá gente que tendrá que resignarse y trabajar mientras los demás disfrutan en sus casas de reencuentros familiares. O que no podrá acogerse a reducciones de jornada por mucho que se estudien los horarios y se intenten cuadrar los turnos. Que sea Navidad no significa que el mundo se paralice de repente. Son muchos los profesionales que, tras rendir durante meses, vuelven a enfrascarse en sus rutinas laborales a lo largo de días señalados para el resto. Y no es descabellado pensar que el agravio comparativo volverá interminables sus horas. Pensando especialmente en estos trabajadores, dale un aire nuevo a la oficina por Navidad. Engalánala con motivos navideños. Coloca espumillón, brillos, bolas y estrellas desperdigadas por el local o un gran árbol que lo contenga todo en su estructura… ¡cualquier detalle es bienvenido! Una decoración alegre que despierte la sonrisa y aumente las ganas de estar en el trabajo, pese a todo, se puede convertir en tu mejor aliada.
5. Díselo con una tarjeta de felicitación. Los demás no sabrán que has dejado entrar la Navidad en tu empresa si no lo exteriorizas. Acordarte de tus empleados estos días, y hacerles el ambiente lo más agradable posible, nos parece realmente importante. Pero ponerte en contacto con socios y clientes también lo es. Aprovecha para demostrar que no sólo piensas en ellos cuando vas a lanzar un producto o estás necesitado. Tómate un momento para felicitarles las fiestas a si no lo has hecho ya. ¿Cómo? ¿Por qué no envías un Christmas a todos aquellos con los que mantienes una relación laboral durante el resto del año? Para ello ni siquiera necesitas gastar demasiado dinero, sólo ponerle algo de intención y recurrir a Internet. Echa mano de la agenda de contactos de tu correo electrónico, por un lado, sin dejar atrás a nadie en la cadena de felicitaciones, y diseña una tarjeta digital, por otra parte, apostando por la originalidad. No te quedes en las frases estándar y personaliza tu tarjeta para que cause impacto. Juega con los fotos o graba un vídeo. Otra opción consiste en recurrir a las redes sociales para difundir tu mensaje.
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