5 consejos para facilitar la vuelta de tus trabajadores a la oficina
Despedir el verano no es precisamente lo que todo el mundo ansía, pero como jefe puedes aplicar ciertos trucos para que la reincorporación de los tuyos al trabajo sea más llevadera.
El verano, estrictamente, no ha terminado. Es probable que algunos de vosotros todavía estéis planificando vuestras vacaciones. Pero coincidiendo con la finalización de agosto y el comienzo de septiembre, serán muchas las personas que tendrán que iniciar el retorno a casa e reincorporarse también a sus puestos de trabajo. En algunaocasión ya hemos hablado de cuál debería ser el comportamiento a la hora de reencontrarse con la oficina, en primera persona. Os hemos recomendado planificación, os hemos contado cómo recomponer los trozos de esa rutina laboral perdida durante los días de descanso y os hemos animado a proponeros nuevas meta. El caso es que el retorno no es sólo cosa de uno. Desde la parte ejecutiva de la empresa también se puede contribuir a una vuelta más feliz.
Si tienes a un grupo de personas a tu cargo y justo están inmersas en ese proceso de readaptación, toma nota de los siguientes consejos para dulcificar la experiencia y, de paso, favorecer tu propio negocio:
1. Sé organizado. Lo ideal es que tus empleados hayan dejado parte del trabajo planificado antes de ausentarse por unos días o semanas del puesto que ocupan. Esto es, que hayan cerrado las tareas más gordas, distribuido otras de carácter urgente que sabían que podían asimilar sus compañeros y anotado todo lo que ha quedado pendiente, para retomar el trabajo con mayor facilidad justo donde lo dejaron. Pero un poco de repaso conjunto entre superiores y empleados nunca está de más. Ayudarles también es tu responsabilidad. Da ejemplo de organización y celebra una gran reunión informativa para poner al día a todos los empleados que acaban de volver de vacaciones lo antes posible. La “asamblea” te servirá para darles la bienvenida, repartir nuevas tareas, resolver dudas, asegurarte de que la plantilla al completo tiene las ideas claras para este curso y evitar las típicas horas muertas de puesta a punto en cada escritorio. Muestra tu interés y, durante los siguientes días, procura preguntarle a tus chicos cómo les va por si necesitan alguna aclaración extra.
2. Sé flexible. Trazar un plan de trabajo desde el momento en el que tus trabajadores entran por la puerta está bien. Querer que cumplan con los objetivos, también. Al fin y al cabo alguien tiene que velar por que la evolución del negocio sea continua. Pero no te conviertas en un jefe agobiante. Una de las bases para construir un equipo humano capaz de rendir al nivel que ansías es que sus integrantes se encuentren cómodos trabajando a tus órdenes. Y, por supuesto, que haya confianza. El hecho de que a una persona le apetezca hacer un alto en su jornada para estirar las piernas, tomarse un café, consultar qué ocurre en las redes sociales o echar una partida a un juego desde el móvil no significa que no esté comprometida con su oficio. Trabajar de forma intensiva, ya sea por voluntad propia o por imposición de los altos cargos, no es aconsejable. No sirve para mejorar el rendimiento y tampoco se nos antoja como el mejor modo de readaptación a la rutina laboral. Así que, ya sabes, anima a tus trabajadores a que hagan parones de vez en cuando para refrescar la mente.
3. Sé integrador. A la vuelta de vacaciones apetece juntarse con los colegas e intercambiar experiencias estivales. Ponerse al día en la oficina siempre tiene una doble vía, la profesional y la personal. Hay tantas respuestas que dar como preguntas que disparar. ¿Dónde han estado los demás? ¿Han optado por un break hogareño o se han aislado del mundo en un destino remoto? ¿Tienen alguna recomendación gastronómica que hacerte? ¿Han probado la mejor horchata de Valencia? ¿Han encontrado el hotel más encantador del país? ¿Les ha pasado algo que nunca creerías? Todo el mundo llega cargado de mil y una anécdotas que contar y deseoso de compartir risas con las personas con las que van a pasar más tiempo al cabo del día, sus compañeros de trabajo. Aprovecha este buen ambiente en beneficio de la empresa creando grupos de trabajo y forzando la colaboración entre el personal. Deja que hablen. Al estar juntos se les hará más amena la vuelta al trabajo y, además, apartarán el estrés y los miedos. No tienen más que recurrir a quien tienen al lado para resolver los problemas que se vayan encontrando durante su puesta a punto.
4. Sé abierto. De igual modo que os hemos dicho que es importante favorecer el descanso del personal con unas cuantas paraditas de rigor a lo largo de cada jornada, esto es, en la medida de lo posible y por mucho que se dé por hecho que los trabajadores recién incorporados llegan a la oficina con las pilas cargadas, también conviene dar manga ancha en otros aspectos. Por ejemplo, si la presencia de un empleado en el despacho no es imprescindible para que éste pueda desempeñar su trabajo, puedes probar a concederle algo de libertad al principio. En vez de reincorporarse de golpe y porrazo junto a los que se habían quedado o a los que ya volvieron de vacaciones hace un tiempo, ¿qué te parece si trabaja unos días desde casa? El teletrabajo resulta tan eficiente como cualquier otra modalidad si se sabe gestionar. Ahora que todavía no ha comenzado el mal tiempo, también puedes motivar a tus empleados enviándolos a eventos fuera de la oficina, permitiendo que se encuentren con los clientes en otro lugar, aceptando los desayunos de trabajo o promoviendo cursos de formación. Deja que salgan. Adquirirán conocimientos, se sentirán realizados y les encantará haber vuelto.
5. Sé divertido. Actuar de forma responsable y pasárselo bien no está reñido. Sin llegar al extremo de convertir el lugar de trabajo en una fiesta sin fin, existen trucos para motivar a tus empleados. Para sacarles una sonrisa a la vuelta de vacaciones y recordarles por qué tu empresa es el mejor lugar donde crecer profesionalmente. Se trata de trucos que serás capaz de poner a prueba tanto en grandes corporaciones como si diriges una pequeña startup, ya que no suponen desembolsos de dinero inasumibles. ¿Por ejemplo? Prueba a relajar el código de vestimenta mientras el calor todavía aprieta o, directamente, permite que un día a la semana el personal se desprenda de corbatas y formalismos. Haz un regalo simbólico a tus empleados. Celebra un ágape de bienvenida y gánatelos por el estómago. Propón una fiesta de disfraces. O vete más lejos y declara el primer viernes de la vuelta al trabajo como un Beer Friday o “viernes de la cerveza”. Seguro que tu gente te lo agradecerá, ya sabes lo que se suele decir: un trabajador contento es la clave de la productividad.
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