Las aplicaciones son vitales para animar un sistema operativo móvil y atrapar al mayor número de usuarios posibles.
La impresión sobre esta importancia de las aplicaciones no es infundada. Según cálculos de Flurry Analytics, el uso de este tipo de software se disparó en 2013 un 115% respecto a los números generados en 2012.
¿El motivo? La popularidad de la mensajería instantánea. Aunque también tienen algo que ver las apps de productividad, las musicales y las de compra o estilo de vida.
El problema más grave llega cuando un usuario descarga una aplicación y ésta resulta contener malware, a veces sin que sus efectos sean visibles a primera vista, lo que puede acabar en estragos como el robo de información privada. Otra barrera para conseguir una experiencia satisfactoria consiste en la publicidad engañosa, de tal modo que la instalación funciona de manera deficiente y no satisface tus expectativas.
“En muchos casos los usuarios se dan cuenta de que la aplicación no es lo que buscaban una vez descargada y esta sensación empeora cuando han pagado para poder descargarla”, comenta Pablo Reaño, socio creador de Weplan, que advierte que las clasificaciones creadas por las app stores no siempre son la mejor referencia.
Para seguir disfrutando del potencial de los contenidos móviles pero de forma totalmente segura y eficaz, Weplan ha trazado una lista de 5 recomendaciones básicas:
1. “Leer análisis en blogs”. Lo bueno de vivir en un mundo tan volcado en la Red es que puedes encontrar información sobre prácticamente cualquier cosa partiendo únicamente de un nombre. Visita las páginas de expertos y descubre qué dicen sobre la aplicación que estás pensando en descargarte.
2. “Busca análisis y demos en redes sociales”. Si la información que aportan los blogs en texto puro no es suficiente para aclarar tus dudas o si quieres curarte en salud y ver la aplicación directamente en acción sin necesidad de bajarla, también es posible realizar búsquedas en sitios como YouTube, Instagram o Facebook.
3. “Preguntar a amigos y conocidos”. Además de sondear la visión de terceros que ya han probado la app y ratificar que no se trata de un programa de poca calidad, no olvides consultar con los más allegados. Si ellos ya han tenido una experiencia previa con esa misma aplicación, podrán aconsejarte mejor que nadie.
4. “Escribe y pregunta a los creadores”. Cuando tu incertidumbre va más allá de lo que te pueden aclarar tus amigos o de lo que ya está recogido en Internet, lo único que te queda es intentar contactar con los desarrolladores. No te salgas de las tiendas oficiales, que ofrecen ciertas garantías, y busca ahí la forma de llegar a ellos.
5. “Ayudar a los demás”. La forma más práctica de descargar contenido que cubra tus necesidades es buscar información útil. Así que si has experimentado situaciones relevantes o te encuentras con consultas de otras personas que están en una situación similar a la tuya y sabes resolverlas, no dudes en echarles un cable.
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