Con el mes de julio encarando su recta final, habrá quien tenga que regresar ya a la rutina con el moreno puesto y la depresión posvacacional empezando a mostrar sus primeros síntomas. Pero no están solos en su desánimo. En este momento también existe gente que aún no se ha tomado un respiro y a quien, seguramente, comenzará a hacérsele cuesta arriba la ruta diaria a la oficina. Las altas temperaturas y la sensación de jarana generalizada no son las mejores compañeras de viaje hacia el trabajo, para qué negarlo. Lo bueno es que la opción de resignarse y realizar tareas casi a desgana no es lo único que se puede hacer cuando toca trabajar en verano. La fiesta se puede llevar al terreno laboral, con las medidas adecuadas y en su justa medida.
Fomentar un ambiente amable y hasta divertido debería ser una meta a lograr para toda empresa durante todos los meses del año. No en vano, llegar a conformar un grupo de empleados que desempeñan su actividad a gusto supone fijar una base estable hacia la productividad. No hay nada más motivador que pasárselo bien mientras se trabaja. Y en Silicon News os dejamos cinco recomendaciones para conseguirlo:
1. No hay mejor moda que la que más acomoda. Las frases sobre vestimenta son cuantiosas en el refranero popular, aunque cuando llega el clima veraniego algunas se ajustan mejor que otras a la realidad de los contratados por empresas en las que se exige cumplir con ciertos códigos. O más bien, a las necesidades y circunstancias físicas (y hasta de salud) de las personas. Por mucho que se asocie la formalidad y la profesionalidad con los trajes de chaqueta, no nos engañemos, ir de corbata no va a ayudar a desempeñar mejor ningún trabajo. Mientras no se hayan fijado reuniones de calado con clientes y la actividad de tu plantilla se limite a pasarse horas sentada en la oficina sacando tareas adelante e intentando aprovechar la mejor orientación del aire acondicionado, ¿por qué no autorizar la ropa informal? Ten mano blanda en temas de etiqueta durante los meses de más calor y acepta los beneficios de la manga corta. Tus empleados te lo agradecerán.
Asimismo, procura ser más flexible con los horarios. Los meses de julio y agosto coinciden con las vacaciones escolares y a muchos padres les apetecerá pasar más rato con sus hijos ahora que están en casa. Prueba a conmutar horas en la oficina central por trabajo en remoto o intercambia permisos para salir antes con la consecución de objetivos. Aparte de esto, como norma general deberías aconsejar a todos tus trabajadores a que se cojan algunos días de descanso justo en este periodo estival para recargar las pilas y volver al trabajo con más energía.
2. Juzgando el libro por la portada… y la oficina por el decorado. Además de darle una vuelta de tuerca a las normas sobre qué se debería vestir (y qué no) cuando más calor hace y menos apetece embutirse varias capas de ropa, éste también es el momento idóneo para modificar el aspecto de las instalaciones en las que se trabaja. Cuanto más abarrotados luzcan los despachos, las mesas de trabajo y las propias paredes que rodean a quien tiene que acudir a la oficina en verano, aumenta la probabilidad de asfixia mental y desciende la capacidad de concentración. ¿Qué quiere decir esto? Que la apariencia importa y, para que las ideas fluyan sin obstáculos, será mejor que apuestes por el minimalismo en el diseño. Aquí hay que recordar que encontrarse cercado por numerosos aparatos informáticos en continuo funcionamiento disparará, además, el calor y eso no es bueno. Ni para animar a la plantilla ni para la factura eléctrica.
Aprovecha este momento para hacer limpieza. Deshazte de lo que sobra, de aquello a lo que ya no se da uso. Organizad entre todos los cajones y guardad dentro lo que sigue siendo necesario pero no tiene por qué estar a la vista. Y dado que hay gente que a pesar de soñar despierta con ellas no se puede ir de vacaciones, y otra que ya ha vuelto de ese destino de tintes paradisiacos y adorado, facilita la transición. Haz un guiño a tus trabajadores dándole un toque especial al ambiente. Introduce el verano en la oficina y decórala, sin caer en los excesos que intentas evitar precisamente al desprenderte de cachivaches, con motivos que recuerden al verano.
3. Las plantillas unidas jamás serán vencidas. Como medida excepcional y antes de que pase el buen tiempo, cabe plantearse la celebración de jornadas durante el verano que ayuden a fomentar el contacto entre compañeros que pasan muchas horas bajo el mismo techo pero que todavía pueden llegar a conocerse mejor. Que pueden buscar puntos en común que los cohesionen como grupo y hasta limar asperezas. Esto es posible con las denominadas sesiones de “team building”, donde se plantean diversas opciones para apelar al espíritu de equipo. Desde organizar un campeonato de baloncesto entre los miembros de la empresa a apuntarlos a cursillos de cocina colaborativa o plantearles retos de lógica. Lo que sea para fomentar la convivencia en positivo. No consideres esto como una pérdida de tiempo, sino como una manera magnífica de despejar mentes saturadas, de reforzar lazos y de invertir en el futuro de tu empresa.
4. Veraneando, se va el tiempo volando. No todo lo que se haga al aire libre a lo largo de estas fechas está condenado a ser puramente lúdico. A veces basta con proponerse emprender un cambio del local donde habitualmente se concentra todo el movimiento de la compañía a otro distinto para sentir la motivación. Si tus circunstancias te lo permiten, traslada los portátiles de tus empleados a la terraza para que disfruten del buen tiempo al mismo tiempo que trabajan. ¿Y si suelen utilizar sobremesas? Ésta puede ser la ocasión ideal para abrazar el fenómeno BYOD, siglas de “Bring Your Own Device” o “trae tu propio dispositivo”. Eso sí, aplicando las medidas de seguridad recomendadas para evitar quebraderos de cabeza mayores que se deriven de esta práctica y perjudiquen a tu negocio. Otra oportunidad para salir de los clásicos edificios de oficina es celebrar reuniones entre equipos, o incluso con terceros, en ubicaciones alternativas como una cafetería cercana o el propio despacho del cliente.
5. Los experimentos son para el verano. Ya os lo hemos comentado alguna que otra vez. Un incentivo apreciado por el talento que campa por las empresas, o al menos un incentivo que ofrecen compañías de referencia en campos como el tecnológico, es tiempo para innovar. Esto es, para que la gente deje fluir su imaginación, sea osada, se lance a probar suerte en investigaciones cuyo rumbo no esté marcado al detalle por cargos superiores y persiga retos de factura propia que de veras le emocionen. Y que quizás acaben siendo grandes ideas. Así que deja que tus trabajadores experimenten en verano (y no sólo en sus ratos libres). Hay sectores profesionales que no tendrán mucha actividad durante esta época del año u organizaciones cuyos socios sí habrán aprovechado para irse de vacaciones estivales, como suele ser costumbre generalizada. Ésta es la ocasión para que la gente que se ha quedado en la oficina persiga proyectos locos.
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